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Morir de Amor

Encontraron su cuerpo en un callejón, boca abajo y empapado, en aquella tarde de lluvia infinita. Fue por casualidad: una pelota que se escapó del parque que había enfrente, y un niño que llegó hasta aquel lugar y que, asustado, fue rápidamente en busca de su madre para contarle que en el callejón había una mujer que se había desmayado.
Poco a poco, el vacío callejón se convirtió en un pasillo de policías, de periodistas, de médicos, de curiosos, ….estaban todos menos él. La única persona que en realidad hubiera querido que la sostuviera en sus brazos en aquel momento, la última persona que le había rozado los labios y que le había acariciado la mejilla…, no estaba. La persona que le había arrebatado sus últimos minutos de vida, el hombre que le había robado el último suspiro de su corazón,…él…, él no estaba…, porque no la creyó cuando le dijo que si la dejaba, ella se moriría. No la creyó cuando él le dijo que era mejor que se fuera de su casa, y ella empezó a respirar con dificultad, y a notar cómo le faltaba el aire…él dijo que ya se le pasaría. No la creyó cuando, pálida y temblorosa, le dijo que se mareaba, al terminar de escuchar de su boca, que todo se había acabado. Aquella boca que hasta hace poco le había regalado besos, ahora la invitaba a irse. Todo se empezó a nublar, ella le repitió que si se marchaba, se moriría, pero él, dándole la espalda, miraba por la ventana, impasible. “Deja la llave sobre la mesa antes de salir” Fueron las últimas palabras que ella escuchó. Y salió por la puerta, con el corazón intentando volar hacia donde él se quedaba. Llegó a la calle y notó cómo la lluvia le rozaba la cara y sintió frío. Empezó a caminar sin rumbo fijo, no veía nada, la vista se le nubló y sintió un gran vacío en su interior que brotó por su boca en forma de un grito aterrador que nadie escuchó en aquel solitario callejón, y allí mismo se desplomó. “Te lo dije cariño, me moriría si te dejaba, te lo advertí, me he muerto de amor, y tú has sido el culpable”. Él seguía mirando por la ventaba atraído por el movimiento de ambulancias y de coches de policía que se divisaba unas manzanas más allá. ¿Qué habría ocurrido? Este era un barrio muy tranquilo. Nunca supo que se encontraba en la piel del culpable que nunca buscaron y que nunca, por supuesto, encontraron.
Uca02 de noviembre de 2008

4 Comentarios

  • Ada

    valla manera de acusar al culpable!!
    me gusto como lo has redactado,pero el culpable fue el destino x hacerla tan fragil,no ese pobre q solo fue sincero,si con ella hubiera quedado por no cargar dicha "culpa" en vida la hubiera matado....
    un saludo

    03/11/08 03:11

  • Uca

    ja, ja...! S?, es otro punto de vista que no est? mal, habr?a que saber los motivos de cada uno, pero eso queda al gusto del consumidor ;)
    Besines.

    03/11/08 06:11

  • Ada

    exacto,esa es la magia de la lectura ,al comentar te di mi vista de tal relato,como ya te dije el texto muy bueno.
    besos

    04/11/08 12:11

  • Alumine74

    Aqu? magia muy buen texto!!!

    05/11/08 11:11

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