Sopló las velas, cerró los ojos, y sonrió.
Otro año más, otro deseo más, y el mismo olor a cera quemada, igual que cada año en esta fecha. Se sirvió un trozo de tarta, la misma tarta que comía todos los años por su cumpleaños. Hoy se permitía tomar una taza de café, la ocasión lo merecía. Saboreó cada pedacito de pastel que fue comiendo lentamente, sabiendo que esta era la única ocasión en la que se permitía tomar algo dulce. El médico le tenía prohibidas tantas cosas….pero bueno, una vez al año………..
Cuando terminó, se miró las manos, surcadas por multitud de ríos azules, y con el paso del tiempo reflejado en aquellas inevitables grietas que ella tapaba cada noche con un manto de crema hidratante. Se levantó despacio, y recogió los platos, los vasos….siempre terminaba celebrando este día sóla. Sus amigos ya no venían, pero ella no perdía la esperanza de que aparecieran inesperadamente, y siempre ponía platos y vasos para todos, para que no les pareciera mal llegar tarde y descubrir que no los esperaba. Eso estaría muy feo, y ella era una perfecta anfitriona. Siempre se le enfriaba el café durante la espera de los invitados, pero al cabo de un tiempo prudencial, se daba cuenta de que no vendrían, y entonces soplaba las velas, sóla, como desde hacía ya muchos años, no recordaba cuántos, o quizás era mejor no querer recordar cuántos cumpleaños llevaba celebrando en solitario.
Antes de introducir el resto de la tarta en la nevera, desprendió las velas con suavidad. Las miró fijamente. Dos números, dos velas que se encienden cada año y que cada año están más gastadas. ¿Cuánto cumpleaños más podría celebrar con aquéllas velas? Las limpió cuidadosamente, y las guardó en la misma cajita de siempre. Meticulosamente las colocó una al lado de la otra, como todos los años, y suavemente las depositó en el mismo rincón del mismo cajón donde esperaban, año tras año, a que se repitiera este ritual. Se miró en el espejo que había encima del mueble y la imagen que tenía enfrente, y que no reconocía, le regaló una sonrisa, mientras le decía: “Feliz cumpleaños Gloria. Que cumplas muchos más”. Parecía que lloraba.

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4 Comentarios

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  Verseau

  Realmente, me entristeció

  21/04/08 01:04

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  Blues

  ¿qué pasa? ¿porqué tanta soledad en el mundo? qué optimismo, pero qué tristeza, definitivamente no debemos sentarnos a esperar el deber ser, hagamos algo no estar como Gloria!

  21/04/08 02:04

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  Veronica

  Compraría globos y guirnaldas, bajaría estrellas y soles cálidos, le regalaría miles de sonrisas, carcajadas de niños y copos de azúcar, haría muchas cosas para que pasara un cumpleaños feliz esta señora Gloria... me puso muy triste... un beso grande

  23/04/08 10:04

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  Flor

  es tristisimo! muy muy triste...
  
  no quisiera transformarme en Gloria de grande...
  
  
  felicitaciones Uca, escribis tan lindo!

  23/04/08 10:04