Buscando Salidas.
Y de pronto me siento sola, estoy sola en este mundo que parece ser estar lleno de colores, vida. Solo tengo la capacidad de ver ciertos colores, no puedo vivir. Me siento gris, muerta. Mis ojos arden, mis venas también. Solo puedo sentir como hago un nuevo paso a la oscuridad. Esa oscuridad que solo es tristeza, dolor en medio de la nada. ¿Que mas puedo decir? Siento que con cada risa, cada momento de intento a estar bien, es un paso. Un paso a la nueva oscuridad, esa oscuridad que solo puede ser negra. No gris, negra. Nada. ¿Que mas puedo hacer? Solo intentar estar sola, como en una misma caja de té. Esquivando al mundo, a todos. Ese todo que solo está intentando ser mi futuro. Por favor, ¡Estoy grande! Tengo mis decisiones. Puedo hacer y opinar lo que quiera. El tiempo me regalo eso. Eso es lo que quiero. No puedo pertenecer allí, no con ellos.Tan alejado de todos, sola. Como un perdido en una isla, con miedo a poder enfrentarse a cosas que quizás, nunca haya pensando hacer. Riesgos a perder la vida misma. Miedo a tener que tener que poner el pecho a las balas, aunque no haya otra opción. Me limite a sonreír nuevamente. El mismo iris, mi pupila aumenta. Esa sonrisa hizo que mis pelos se supieran de punta. Ya no más. Por favor. ¿Que mas puedo pensar? Por favor. Dame ese respiro, ese respiro eterno que algunos tienen. Esa paz interior o la simple vida, solo eso. No me hagas pertenecer a esta oscuridad, porque no podre salir más. A veces mis contradicciones terminan siendo mis pesadillas. La viva imagen de una persona en pleno pánico, en desesperación. Por favor.
Ver como esa risa aumenta, mi capacidad de retenerme también lo hacía. La desesperación me estaba sacando de quicio. Las ganas de levantarme del suelo y mover esa tapa de hierro que tenía a unos centímetros de mí, también. Esa tapa que solo había estado tapando los ruidos, las voces
pero, nuevamente
esa risa
no. Esa risa que me sofocaba, la vida misma. Esa sonrisa que solo me hacía pensar en ella, en nadie más. Sus hermosas comisuras al elevarse, estirarse. Sus enfilados dientes perfectos
al mismo lugar, a la misma hora, nuevamente es donde vuelvo a caer. ¿Siempre serán así las cosas? El pecho se hunde como un barco en medio del mar. Lentamente, sufriendo y perdiendo sus cosas a cada minuto. Por favor, no más. Solo eso. Respiro, paz. No más. El corazón vuelve a hundirse. ¡Tranquilo! Esta vez húndete, nadie se preocupara por ti. No escapes, no tendrás éxito. No intentes, solo gastaras el poco tiempo que tienes. No pienses, solo enfermeras tu cabeza. No respires, tal vez de eso se trate el dolor. No hagas nada, nadie hará algo por ti. Solo tú lo podrás hacer.
Contradicción.
Piénsalo, hazlo o no. A nadie le importara. Solo a ti tiene que hacerlo. Por favor.
No me des la mano, no la quiero.
Ya no. Duele tenerla extendida y no tomarla, cuando miles de veces anteriores deseaba y soñaba con hacerlo. Puede que ya me haya rendido. El dolor se apodero de mí y tú también lo hiciste, fácil. Esta poca capacidad para respirar me asfixia, me sofoca. Siento como mi cuerpo se pega a las paredes, esas paredes que van haciéndose más angostas al pasar, ese camino que todos pasan. Pero que pocos logran superar.
Desesperación.
Pero no miedo. Nada. Tan neutra por unos segundos
pero
esa risa me retiene. No soporto las ganas de girarme, encontrarme con ese recuerdo. Cerré los ojos, eso dolió y traspaso al alma. ¿Por qué diablos lo haces? ¡Eres feliz! Y punto. No me retengas. ¡Esto es el maldito infierno sin ti! Mi locura avanza, todo avanza. La misma enfermedad, la misma cura. Pero tan solo puedo esperar, la paciencia es algo que mi cuerpo no soporta. Claro que no. No, no, ahora no. ¡Camina!
Era mi propia voz, luchando con mi propia mente. Volví a caminar, encentrarme en la nada. Porque no veía nada, absolutamente nada. La negrura me arrastraba, me pedía que no piense. Pero esa risa
¡YA BASTA!
La rabia era más fuerte, las lágrimas pedían tu rostro. Tu abrazo, mi salvación. Sabía que no podía darme eso. Había perdido la oportunidad y este era mi castigo. Mi efecto secundario. Por favor. No más. No por hoy, tal vez mañana. Pero hoy no. me cuesta pensar, quiero gritar. Raspar cada cuerda vocal gritando tu nombre, que te quiero. Que toda esta locura es por ti. Que todo este dolor solo ha sido por ti. Por no tener algo a que amar, algo a que aferrarse. Solo has sido tú, ¡no aguanto más! Quiero que lo sepas, no me detengas. Que nadie lo haga porque puede ser que sea la última vez que lo escuches. Mi capacidad para encerrar ciertas cosas es complicada de explicar, hasta de entender. Mi cabeza ya no soporta los gritos, mi voz llamándote. Intentando ocultar que todo era una mierda cuando te fuiste, que todo es una mierda ahora y siempre, por haberte dejado. Alejado, tomando la decisión incorrecta. El amor te eligió y yo te elegí a ti. Solo puedo esperar porque otra cosa no quiero, no me queda. Te odio tanto por saber que no tienes escape en mi corazón. Duele y mucho a cada día que pasa. La misma tortura del amor.
Te amo.
otra Contradicción, locura. Las lágrimas arden en mis ojos, soltando y liberando un poco el alma. Este alma que solo brilla al verte, al tenerte. Nuevamente tengo miedo, a que lo sepas, a que lo veas. Esta carta, esta cosa que libero al escribir. Esta carta llena de sentimientos y emociones. Mi alma está escribiendo. Duele con cada palabra, con cada verdad. Duele dejarlas salir, algo que no es costumbre dentro de mí. Solo pido que leas. Tal vez me inundes de amor con ese abrazo, ese abrazo que solo abriga mi alma. La cuida, se siente feliz y segura.
Lastima
eso sentía.
Pero costaba verlo. Siempre mis ojos llevaban esa capa de negrura para ciertas cosas, esas cosas que evito dejar entrar. Imposible. Error, un error tras otro.
Cuídate, se feliz. Te amo, te odio. Mi alma lo hace, solo por llenar este dolor en mi, contradicción.
¡Ves! Esto es lo que provocas. Te amo. Siempre recordare eso que tanto te destaca, tu sonrisa y tu abrazo.
-
Polaris
Para amar a alguien hay que quererse primero uno mismo.
Cuídate mucho.
Pol.
23/07/14 02:07
