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Camino Equivocado.

El lapiz se movía sobre la hoja, haciendo garabatos extraños. Sin sentido. Estaba en medio de una clase que ya ni sabia el nombre, perdida en algún que otro pensamiento. No me resultaba difícil últimamente perder la conciencia. Me sentía distraída, demasiado. Las últimas semanas me la había pasado pensando en cómo sería vivir del otro lado… ser más que una simple mancha blanca, invisible para todos. Excepto para ellos, esos que estarían contigo de la mano. Sonreí. Los descubrimientos era algo que realmente me gustaba y haría lo que fuera por ….
-¡NO!
Una luz me cegó en cuanto levante la vista. Todo era intensamente blanco que mis ojos se achicaron como acto reflejo, busque su rostro, la voz. Pero allí solo… de pronto sentía que no había temperatura, no hacía calor, ni frio. Las paredes eran blancas, todos los objetos lo eran. Una extensa capa de niebla se movía entre nosotros, por todos lados. No me costó darme cuenta en donde estaba. La profesora seguía escribiendo preguntas en la pizarra y todos los demás seguían haciendo sus cosas sin prestarme atención. Ellos tenían color, tenían vida. Me sobresalte en cuanto caí en la cuenta y volví a buscar la voz. Volví a recorrer el aula, pero no había nadie. Decidí levantarme y cuando lo hice, sentí que algo se despegaba de mi cuerpo quieto. Ese cuerpo que aun seguía escribiendo en esa carpeta vieja, como si nada estuviera pasando. “Mi alma”, pensé. Mi alma ya no estaba en ese cuerpo, todo era tan confuso. Quite esas ideas de mi cabeza sacudiéndola a ambos lados y cuando Sali de allí, el frio me envolvió de los pies. No podía divisarlos, había una especie de neblina en cuanto cruze la puerta… corri por los pasillos blancos, atravesando a las personas sin problemas, sintiendo el choque de alma con cuerpo. “Oh, mierda.” “!Esto es tan divertido!” sonreí, y sentí el placer en cada parte de mi cuerpo.
-¡Esto es genial!
Dije casi gritando, como si alguien me escuchara. Grite y rei delante de cualquiera como una loca esquizofrénica. Toque las cabezas de los que pasaban a mi lado y sus orejas. Me divertía ver como sus manos pasaban al mismo lugar donde los había tocado como acto reflejo. ¿Qué sentirían? ¿frio? ¿comezon? ¿air…?
-¡Ey!
La misma voz masculina seguía llamándome  de algún lugar y parecía enojado. Me volvi en seco, dejando las risas atrás y preocupándome un poco. No veía nada, nadie mas que alumnos apurados para su próxima clase. Todo seguía blanco, tan intensamente que seria fácil distinguir a alguien en el mismo estado que yo… pero, no se veía nada. Pensé que lo mejor era largarme de allí, aun quería salir fuera. Sentir el sol, y luego volver a mi cuerpo, pero esta vez sentí un peso. Mi cuerpo comenzaba a pesarme, las manos, la cabeza, todo. El estaba tocándome el hombro, apretaba mi piel blanca con fuerza como si tuviera miedo de perderme o que escapara… quise salir corriendo pero solo me limite a volverme. Mi boca se desencajo en cuanto mis ojos chocaron con los suyos… esa mirada negra no me intimidaba, a pesar de que estaba bastante enojado. ¿Quién era? Esa negrura intensa me traia recuerdos, pero no eran claros. Parecía ya conocerle pero…
-Debiste hacerme caso.
Su voz temblaba  y podía sentir su sorpresa al verme. Su mano blanca como el papel roso mi piel y raramente no me molestaba que lo hiciera. De pronto su alejamiento repentino me alarmo. Se alejo lo más posible de mi, como si necesitara aire y suspiro antes de volver a hablar ¿Qué diablos le sucede?
-Debes volver.
-¿Por qué?
Esas palabras salieron sin mi permiso. Abri los ojos confusa y me aclare la garganta.
-Porque debes volver.
Me sujeto nuevamente del brazo y tiro fuerte de mi. Podía jurar que su aspecto me daba impresión. Su cuerpo palido bajo esas telas negras, dejaban resaltar cada detalle imperfecto… sus ojeras violetas, sus dedos arrugados y lastimados. Su cabello negro gastado. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Su tacto , podia sentirlo y ahora me molestaba. Me solte de un tiron y cuando intente salir corriendo, choque con un pecho duro… sus ojos marrones se abrieron de par en par cuando se encontraron con los mios… “ la misma reacción que el otro chico” pensé. Su boca hizo un gesto que no pude describir… sentí la necesidad de alejarme , respirar. La que necesitaba aire, correr, pensar, era yo… no podía pensar si… su rostro. Eso es malo… muy, muy… muy lindo.  Parecía haberle visto antes también… conocerle.
-¿Qué diab….?
Su voz me dejo mas atónita de lo que estaba y nuevamente sentí la mano fría del chico de negro. Su tacto me hizo sentir mejor, calmada. Ambos intercambiaron miradas y suspiraron lentamente. Parecían controlarse de algo, o compartir pensamientos… pero de todas formas algo me decía que no se agradaban uno a otro.. ¿odio? ¿enemistad?
-¿Estas bien?
La voz del chico de negro me despabilo por completo y me volvi. Asentí, la garganta me raspaba. Quería agua, aire.
-¿Puedes llevarme fuera? ¿por favor?
Sus ojos dulces pasaron de los míos a los de el… una mano pesada me descentro. ¡por favor! Sus suaves manos me giraron. Obligándome a encontrarme de nuevo con sus insoportables y duros ojos. ¿Qué clase de tortura es esta? ¿Por qué sentía que ese chico era el diablo en persona? Su vestimenta era blanca, contraria al otro. Esto es tan confuso. ¿tenian nombres al menos?
-Si sales no volveras.
¿Qué? Sus palabras fueron como un puño en el estomago, su sinceridad me daba nauseas.
-¿Quiénes son?
Me solte de aquellas manos, frenéticamente y llena de pánico. Estaba alterándome y eso era malo. ¿Cómo que no volveria? ¿de que diablos estaba hablando? Ninguno respondió por unos minutos, pero ambos me miraron llenos de…
-Eso no importa, vete.
Me empujo delicadamente, obligándome a que el otro chico se apoderara de mi. Su empujon me ofendió, sus palabras, su senceridad y su dureza. Segui sus ojos, el seguía observándome como si me fuera a perderme para siempre, parecía triste, ¿eso eran lagrimas? ¿Quién era? ¿ellos?
-¿Volvere?
Pregunte sin darme cuenta y sus ojos negros se encontraron con los mios antes de suspirar. ¿Por qué hacia eso? Entramos al aula y me deposito en mi lugar, con cuidado como si fuera a romperme o quebrarme. El también parecía triste, ¿eso también eran lagrimas? Me uni a mi cuerpo, completándome. Una sensación indescriptible me recorrió el cuerpo y me queje. Me beso la frente como una niña y me contemplo triste… ¿Por qué yo me sentía de la misma forma que el?
-Solo esperemos que no.
-¿Por qué?
El sueño comenzaba a cerrarme los ojos, me costaba mantenerlos abiertos.
-Este no es tu lugar.
-¿Qué es este lugar?
Los oídos también comenzaban a apagarse. “no, no , no, debo saber” se miro las manos arrugadas y luego tomo las mias como si estuviera conteniéndose a cada segundo. ¿Qué nivel de control de ira tenia? ¿un 9? ¿tal vez un 11?
-Este no es tu lugar… solo recuerda que… ¡mierda! ¡no entiendes, no recordaras nada!
-¿Es malo todo esto?
-Lo es… cuidate por ti misma.
Su sinceridad me rasgo el alma, sentía aprecio por el. No lo recordaba, no sabia quien era, pero lo quería. Mi corazón lo decía.
-¿Quién eres? ¿Quién es el?
Dije casi cerrando los ojos, sonreí débilmente. No tardaría mucho en perder la conciencia.
-Eso tampoco record..
Quise responder, pero cuando volvi a abrir los ojos, todo tenia color. Las miradas de todos allí estaban mirándome raramente, molestos y divertidos. Me acomode inquieta y mire el frente… “mierda” la profesora estaba de brazos cruzados, también observándome en este caso, furiosa.
-En cuanto vuelvas a dormirte… derecho a dirección.
Levanto la mano y le dio vida a dos de sus dedos, haciéndolos caminar. Volvió a darnos la espalda centrandose en la pizarra.
-Mierda.
Universo22 de julio de 2014

2 Comentarios

  • Vanished

    Es muy bueno como algo asi: extraño, me gusta. Saludos :)

    22/07/14 06:07

  • Universo

    Muchas gracias, me alegro que te haya gustado :)

    22/07/14 08:07

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