Cerrando Puertas.
Entre laberintos pedí a gritos mi alma, un corazón y un futuro que no estuviera destino al tuyo.
Si mi amor, construí muros de orgullo dejando lágrimas y penas que jamás debería haber dejado, atravesé y huí de nuestro mundo para ser feliz.
Pense en mi.
Que irónico, haberte dado el alma cuando yo no tenía la tuya, que estúpida e inconsciente haberme acostumbrado a una persona que no tenía un perdón, que había intercambiado destinos con el mio para luego irse.
No mi amor, no tenias ni noción de la carga existencial que llevaba mi alma todo este tiempo, y los motines que muchas veces sufría mi cabeza durante la noche. No cuando no sabias nada del amor, de mi amor y sobre todo, del tuyo.
No tenias ni idea de lo que fue haberte entregado el corazon y me lo hayas destrozado a tal punto de morir y vivir a la vez. ¡Un infierno eterno! Tatuar tu nombre en el y dejarlo tirado en un rincón que nisiquiera recuerdo.
¿POR QUE?
¿Por que huir de mi?
Eso ya no. Me condene tantas veces por vos, por intentar volar cuando no tenía alas, darte la luna cuando nisiquiera había noches y creando estrellas para iluminar una relación que ya no tenía cielo.
Mi amor, nos destrozamos vivos sin siquiera ser conciente de ello. Nos prendidos fuego en medio del agua y creamos un infierno en el cielo.
Y huiste.
Cuando esto fue por los dos.
Cuando el error fue de a dos.
Pero... Espere. Espere el regreso que jamás tuve y me ahogue en las barbaries de tus recuerdos, y me asfixie tantas veces esperando también a una muerte que jamás tuve.
Y si mi amor.
Todo era por vos.
Hasta hoy.
Hasta hoy.
Que volví a pensar en mi y admitir el agujero negro que dejaste en medio. Volví, que exagerado e increíble. No tendría cura no, pero al menos... Me acostumbraria a vivir. Habría una esperanza esperándome en algún lugar, de la mano de una fe inventada seguí por los pasillos oscuros de un laberinto que también invente para sobrevivir a vos. Y sobreviví. Todos creían que iba a sobrevivir, pero yo no, aunque lo hice.
Y gracias.
Gracias, por haberme enseñado el amor.
Y gracias también... Por no volver.
