TusTextos

Destrucción.

-¿Por qué no late?
Sus ojos celestes como la mismísima agua del mar, me miraron asustados. Su sonrisa se desdibujo al instante y sus ojos se llenaron de un negro intenso, apagando el celeste en ellos. La pupila no era más que otra parte de su ojo, ahora todo comenzaba a ser negro. Había caído a la oscuridad, recordaba cómo había sido aquello para mí. Lo recordaba aun, recordaba mi sonrisa quebrada en pedazos en aquel suelo naranja. Aquellos ojos verdes que tenía en ese entonces, ahora todo era negro. "¿Por qué a ella?” Pensé. Estaba algo furiosa, ella no merecía esto. “No late, no latera y no volverá a latir” suspire. Aquellas palabras solía repetirlas cuando no podía controlarme, controlar esta sed en medio de la soledad, del ahogo a mí misma. “el contraataque”
Aquellos ojos ahora del mismo color que los míos, me pedían una explicación, una solución de la que no podía dar. Ni siquiera había encontrado mi propia solución “¿Qué haría ahora? ¿Cómo sería todo de ahora en adelante? ¿Tomaría mi mano?” Las preguntas apagaban mi conciencia, hundiéndome más de lo que ya estaba. Necesitaba un barco en medio de este mar, un yate, un delfín, cualquier cosa para poder salvar nuestro pellejo. “Estoy pérdida, realmente perdida” discutí conmigo misma, mientras ella se acercaba lentamente y sacaba sus propias respuestas. “Si, no te diré que mantengas la calma, porque aquí no hay calma… no te diré que estarás mejor, porque aquí nadie está mejor… no te diré que habrá una salida, porque definitivamente no la hay” cerré los ojos y me levante enojada. Ahora ella formaba parte de esto, un mundo sin límites, un mundo sin nada en común o en especial. “Solo una pequeña bola de oscuridad, donde vamos atados de los pies sin elecciones” suspire nuevamente y volví a centrarme en ella. Estaba asustada, su vestido bordo le llegaba a las rodillas que lentamente iban envolviéndose de ramas de negras. “¿Otra vez tendré que ver esto?” sabía que pasaría y no sería nada bueno. “!Ella seria arrastrada por esta oscuridad, hasta chocar contra su propia sombra!”
-¿Estás bien?
¡Buena pregunta! “!Eso tendré que preguntarte a ti luego de que te arrastren por toda esta cuidad!” su corazón se había frenado en seco, había dejado las emociones a un lado. Había dejado todo, no pudo consigo mismo. “el precio del dolor, el precio de la desesperación” ¡vamos, vamos, vamos! “No puedo dejarla sola, no, no, no” mordí mis dedos bañados en tinta negra, escribir de esa forma me lastimaba mucho las manos e incluso no tenía tiempo de pensar en cómo lucían. “no hay tiempo para cuidados, esto es la maldita oscuridad, el descuido es lo primero que aparece” el sabor de esta me hizo arrugar la nariz y enojar el doble. “Así todo comienza, primero el descuido a un mismo, luego la desesperación, los recuerdos, después el enojo y luego la aceptación… ¡una mierda reemplaza a la otra aquí!”
-¡¿Oye?!
Su desesperación me alarmo aun mas, comenzaba a alterarme demasiado y eso era malo. Recordaba la última vez que eso había pasado, solo cinco malditos días fueron los que me salvaron de que no se quebraran mis piernas. “Desesperación de la mano de la locura, tiende a correr a la par de tus propios miedos ¡anota eso!” Soluciones, soluciones, soluciones, destrucción. “Destrucción, des… des- truc- cion” esa palabra freno mis pensamientos ligeros, me calmo por completo y pensé en dos cosas solamente en medio del caos.
-Ven.
La calma fue exagerada y ella se asusto. “No te asustes, que los locos solo se lastiman a sí mismo” no iba a lastimarla, solo quería ayudar. Sus ojos comenzaban a llenarse de esa capa negra que era la oscuridad, “no hay tiempo, si hay tiempo, no hay tiempo, si lo hay, si lo hay. No lo hay” Tome su mano y mire el cielo que comenzaba a abrirse. “Mierda de luz que aumenta nuestro odio” No era vampiro, no una psicópata adicta, no era ninguna criatura de otro mundo, solo era una loca en medio de la oscuridad… “En medio de mi propio corazón”
-¿Qué haces?
No hice caso a su voz y me asegure de que corriera a mi par, sabia donde debía depositarla. Sabía donde encontraría una salida para ella y esperaba la mía. “Destrucción, maldita destrucción” la gente de alrededor nos miraba de una forma ni extraña ni molesta, solo observaban a dos mujeres corriendo en medio hacia la destrucción. “La luz llegaría, la luz estaba por allá” corrí, corrí y la obligue a correr, hice caso omiso a sus suplicios de que la soltara, teníamos que llegar. “! Debíamos llegar mier…”
En cuestión de segundos estábamos flotando boca abajo por la falta de aire en nuestros pulmones, sus ojos habían perdido la luz, habían perdido la oscuridad “destrucción, destruc…” La única forma de salir de esto era destruirnos, destruir eso que tanto nos destruía, destruirnos… Ahora no había nada más que tiempo, no había dolor. “No hay nada, nada para nosotras aquí” Sonreí. Había sentido mi primer latido en años.
Universo19 de agosto de 2014

Más de Universo

Chat