TusTextos

¡esta Vez, Lo Tengo Yo!

Envuelta en la soledad ,grite.
Debajo de las estrellas y el pasto mojado, te soñe.
Detrás del recuerdo de tus ojos, sonreí.
Y detrás de ese último beso, lloré.

Perdida en la penumbra de no volver, volví al laberinto otra vez. Corrí y caí tantas veces que había perdido la cuenta, como también perdí tantas otras cuando el mundo no me daba mas y quedaba arrodillada en algún lugar repleta de oscuridad y tristeza.

Cruce y salte muros, me deshice de serpientes que me estrangulaban hasta morir y las arañas que me visitaban por la noche. Los gritos salian de las paredes y el suelo solia tomarme de los pies las veces que intentaba pornerme de pie.
Un infierno personalizado, y no tuve descanso... hasta que sali.
O eso crei.
Las manos me ardían de tanta suciedad, sentía la cara totalmente quemada y mi cuerpo, estaba a punto de morir... pero cuando cerre los ojos y me deje ir, escuché tu voz.
Eras vos.
Y como acto reflejo desperté de entre los muertos y corrí como nunca crei haberlo hecho. Corrí.

Llegué al sol, llegué a la estúpida y añorada luz y sonreí. Caí de rodillas sobre la magia de volver a vivir, volver después de... había perdido la cuenta, pero eso no importaba.
Deje que mi cuerpo se desvaneciera del todo sobre el suelo y llore, haber perdido tantas veces me hizo tan débil que me dolía hasta llorar.
Ya no quería llorar, ni volver a sentir pánico, y mucho menos soledad.

Soledad... el terror me enceguecia cada vez que ella aparecía, para hacerme la vida añicos y lograr su objetivo.

Y lloré tanto que me dormí .
O eso crei. Ya no podía pensar...

Me deje ir sobre el estúpido paraíso y nuevo mundo. Esta vez tenía corazón , un par de ojos medios muertos, y un alma renaciendo.. pero tenía corazón...
Y desde lo profundo de mi, alguien gritó un nombre que me arrastró de los pies de nuevo al pasado.

Grite, mientras sentia como mi espalda se raspaba con la hierba del suelo y los tobillos comenzaban a hacerse un dolor insoportable de la fuerza que estaban haciéndome tirándome hacía e...

Abrí los ojos.
¡LA SOLEDAD!
Desespere.
¡No de nuevo. Esta vez, no volvería!

Y me cegue del todo mientras no cesaba de gritar, temia por mi y volver a ese horrible lugar. Sin parar de gritar, te llame desde el corazón... Y de una patada y un salto, me levanté y volví a la marcha de sobrevivir.
Mi única salvación estaba mas alla del paraíso, esto no era más que otro cuento de terror, una irrealidad disfrada de realidad; de estúpida y temible realidad...

Esta vez, mi corazón... ¡lo tenía yo!
Universo13 de diciembre de 2016

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