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Libre de Miedos.

No siente, no late, no emite sonido alguno al sentir la voz. Sus manos suaves lo reanimaron de repente y el pecho volvió a golpear con fuerza. No respire, no pestañe, solo espere a que su voz me trajera de nuevo. Espere, no escuche. Suspire y sentí su mano. Tampoco había calor, no había nada más que el y yo... El... ¿Ella? ¿O él? Recordé porque estaba allí y suspire. Al menos el corazón volvía a funcionar y mi cuerpo volvería a reaccionar en cuestión de segundos... Pero ¿Era lo correcto? ¿El destino? ¿El o yo? ¿Ella dejándome..? o ¿Yo dejándome salir?
-Hola, aquí estoy, de nuevo.
Definitivamente no era la voz que esperaba y entristecí. No me moví. Era ella.
-Puedo sentirte, puedo escuchar tu corazón ¿Recuerdas?.
Lo sabía, pero eso no importaba. No necesitaba ningún regaño y menos escuchar cosas que ya sabía. No respire, no me moví, solo espere su llegada. Lo necesitaba, me necesitaba. Lo quería, lo estaba queriendo demasiado. ¿Querer? Recordé aquella mano junto la mía cuando más lo necesitaba, recordé sus brazos sobre mi cuello cuando mi alma se partía en dos, recordé el pequeño tiempo que había pasado con el... Y no tenia las palabras justas para describir lo que había pasado, podía confirmar que le quería demasiado y costaba creerlo. Costaba creer que solo faltaba mi mano, costaba creer que la única que faltaba seguir sus pasos era yo. No él. Yo. Tan terca y llena de pánico.
-Te estás equivocando... Imagina cuando vuelvas al mismo lugar... imagínanos a las dos solas.
La ignore y comencé a imaginar cómo sería todo sin él. El primer golpe. Lo sentí, sentí aquella boca tocando la mía en medio de un mundo de gente, escapando del amor. Refugiándome en otros brazos por miedo a fallar, por miedo a perder y quedarme sola. Destrozando mi corazón solo para evitar que el verdadero amor me lastime.
-Soltarte... Soltarme no será lo mejor. ¿Lo sabes cierto?
Ella seguía acariciando mi mano de una forma exagerada al ver que no le daba importancia. No iba a llamar mi atención, no iba a dejarla pasar nunca mas... O por ahora no. La había dejado salir de mi pecho y fue lo más doloroso que había hecho en años. Deje que el vació se hiciera solo para que el viniera y lo llenara. Dolor, tras dolor. Arriesgar solo para triunfar o... Aprender. MIEDOS Y MAS MIED... !No, era hora de volverme a unir!
-!NO ESTAS ESCUCHANDO!
Su grito me sobresalto y hizo que el corazón se me acelerara de una forma exagerada, el calor me ahogo de golpe y comencé a calmarme en cuanto volví a reaccionar. Sentí el calor de su mano al soltarme y sus pies a mi lado. Suspire y abrí los ojos... Mis ojos, sus ojos, estaban tan rojos y demacrados, que parecía que hacia días no dormía. No me genero ninguna emoción al verle, seguía decidida en dejarle. Sonrió con esperanza, pero se desdibujo al instante que noto que era todo tan inútil. Salió, lo deje, el pánico se alejo de mi. Miedo a perder, miedo a perder, miedo a sentir, miedo a dejar entrar a la persona que estaba queriendo con locura. Miedos, miedos y mas malditos miedos. Estaba tan harta de no arriesgar, tan harta a dejarme caer. Negó mirándome a los ojos y dejo escapar sus lagrimas.
-Era hora de que las cosas cambiaran.
Mi voz sonó mas dura de lo que imagine y me levante del suelo sin mirarla. También era duro, también era duro caminar con un vació en medio del pecho. No tenia defensas para las derrotas, no tenia temor a sobre que podría pasarme. Perder... Perder... Perder... Perder. !Perderle! reconsidere la idea de volverme cuando pase a su lado y supe que solo quería protegerme. Supe que ella había estado cuando más lo necesitaba, supe tantas cosas con ella, pero también me privaba de ser feliz y eso me hacia tan cobarde. Sentí el nudo en la garganta cuando mi mano se apoyo sobre el picaporte y abrí la maldita puerta. Perder, perder, perder, dejarla ir, perde...
Sus ojos marrones como los de una avellana calmaron mis pensamientos junto con mi interior tan desbordado y sonreí. Sonrió. Una de sus manos, salió de su bolsillo delantero y me la tendió. El dolor se fue, el miedo ya no estaba mas y el vació ardía en busca de su alma.
-Te estaba esperando.
Su voz me completo y tome su mano. cerré la puerta y deje todo allí. volvería a empezar, me equivocaría , haría lo que fuera necesario, pero no podía poderlo. No podía. No más.
-Te quiero.
Deje escapar esa confesión a la vez que me besaba. Mi lugar, mi amor.






Universo02 de enero de 2015

2 Comentarios

  • Polaris

    Me identifico con el texto, me gusto.

    Un saludo cordial.


    Pol.

    02/01/15 12:01

  • Universo

    Me alegra saber que el mensaje le llego. otro saludo!

    04/01/15 04:01

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