Un Desorden Tras Otro.
Las fuerzas se escondieron dentro de mi sin poder hallarlas y con los ojos cerrados, entre en mi cabeza buscando directamente a la conciencia. El sudor de mis manos exageraban y mi pecho se movia rapidamente, ya ni el oxigeno me mantania viva.
Sentia el desorden del que no podia ordenar, no tenia piernas, no tenia brazos, ni siquiera cabeza, la perdi. ¿Donde esta? ¿Donde la deje? La necesito, necesito necesitar algo mas que no sean problemas. Estaba enloqueciendo al correr de las horas, ¿o ya lo estoy? Llevaba la lista de ordenes como una foto en mi cabeza y no las podia ver, no notaba la tinta y la vista no me daba mas. No podia ver, la maldita ansiedad me habia arrebatado el poder de ser y no me importaba, estaba en plena depresion y no podia huir. Desordenes desordenados de mi vida, motivos por el cual debian preocuparme o motivarme el alma pero no lo hacia. Enrredada en el desorden grite tantas cosas que no podia escuchar, escucharme era lo ultimo que hacia y tampoco importaba. Huia de diferentes caminos, pero entre tantos arboles iguales terminaban en el mismo circulo de problemas del que no sabia escapar. seguia sus ojos, seguia aquellos consejos y por las noches me refugiaba en sus palabras. Pero nada importaba porque ya no estaba... ya no estaba y tampoco importaba. Pero algo no me permitia ir , el no se rendiria y lo agradecia con todo lo que me quedaba. El seguia por mi y por lo dos... ¡No te rindas que ya voy!
