Es la mujer del hombre lo más bueno,
y locura decir que lo más malo;
su vida suele ser y su regalo,
su muerte suele ser y su veneno.
Cielo a los ojos cándido y sereno,
que muchas veces al infierno igualo;
por raro al mundo su valor señalo;
por falso al hombre su rigor condeno.
Ella nos da su sangre, ella nos cría;
no ha hecho el cielo cosa más ingrata;
es un ángel y a veces una harpía;
quiere, aborrece, trata bien, maltrata,
y es la mujer, al fin, como sangría,
que a veces da salud y a veces mata.
No me resistí a publicar este soneto del gran Lope de Vega. Entendido en amores y mujeres. Quién mejor que él, pues, para decirnos como sois vosotras, nuestras amantes enemigas...