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Fragmento de Novela Corta

Hay que partir de la raíz misma del hecho, en este caso el factor común tenía un nombre.

Emilio Bohórquez se recibió de economista en la ESPOL a la edad de veintidós años. Para esa época ya tenía dos años trabajando para diversas empresas. Seis años más tarde se asocia con Cléber Matamoros, amigo del colegio que en ese tiempo manejaba su propio negocio con su esposa, para instalar una especie de agencia de marketing en Urdesa Central. La idea era convencer representantes de marcas de licores de que ellos podían manejar toda la logística de las promociones de sus productos generalmente en los supermercados ubicados en las distintas zonas de Guayaquil y sus afueras. Para cada evento era necesario contratar chicas jóvenes que impulsen el producto. La impulsación es un trabajo eventual al cual generalmente recurren chicas para ganar algo de dinero con su imagen y tiempo. Para Tania era una de las formas menos difíciles de sustentar baratos caprichos ocasionales y acomodar los pañales en la pequeña humanidad de su hija de año y medio. Antes de aparecer en la oficina de Dante acompañada de su madre para ser entrevistada, e ingresar en el círculo de Arreglos y Planificaciones (nombre con el cual, después de un mes de discusión, Emilio y Cléber bautizaron la agencia) tenía larga experiencia como impulsadora desde que se recibió de bachiller en ciencias sociales cuatro años atrás.

- Buenas tardes. Pasen adelante por favor.

Con un tono disimuladamente grave y pausado para su estatura, Dante recibía a Tania y su madre en la recién inaugurada oficina. Ésta se encontraba en el segundo piso de un edificio en la Víctor Emilio Estrada. Lo que originalmente había sido el nido de la amante uno de los banqueros prófugos, se había convertido en un inmueble comercial gracias a la perspicacia de Camilo, amigo entrañable y antiguo jefe Emilio en sus mozas épocas empresariales, que aprovechó la venta de bien raíz por parte del SRI para formalizar y ampliar sus ventas de dulces a lo largo del país. Emilio relata que un buen día Camilo renunció de su trabajo, dejó de ser empleado para convertirse en su propio jefe. Con los ahorros de su vida servil abrió su primera isla de dulces importados en Plaza Mayor, allá por el noventa y nueve. Con la posesión total de un lugar decentemente amplio y aseado y el deseo de reducir gastos en el mismo, Camilo, invita a Matías a ocupar la oficina sobrante, que en otrora se desempeñaba como bodega a medio llenar, pues las cajas, organizadas en hileras, sólo ocupaban el alto mas no el ancho de la habitación.

Trascurridos los seis primeros meses de ambientación comercial, habiendo conseguido promociones medianas con tarjetas de crédito y licores locales, Emilio y Cléber decidieron dejar la atención personalizada de la agencia en otras manos, priorizando la sólida fuente de ingresos que representaba, en el caso de Emilio, su empleo como jefe regional en una de las importadoras más substanciales del Ecuador, para Cléber, el creciente negocio de las cajas. ¿Qué objeto no necesita un envase en estas épocas? Las cajas compran casas y carros. Emilio hubo entrevistado cinco sujetos para el puesto, para camuflar y justificar el contratar a Dante, ante los ojos de Cléber. Una de sus creencias, era la de que los negocios no se le pueden dejar a extraños. Responsabilidad, puntualidad, orden. Eran todas las cualidades necesarias que Dante no tenía para el cargo. Más cumplía al menos con una. Ser hermano de uno de los dueños.

- Y…. entonces (alargando la ese) señorita Román. ¿Qué… experiencia tiene usted… como modelo?- Tania sobaba los bordes de mezclilla de su minifalda, el pequeño índice hacía círculos entre las costuras mientras, contemplaba el techo buscando una respuesta para quedar bien.
Dante estiraba el brazo izquierdo mostrando la costura de la manga rayada, Oscar de la Renta, por debajo de la leva azulada del terno que usó ese día, a pesar que hacían treinta y ocho grados, mientras depositaba la ceniza acumulada, que no advirtió. Ya que mientras la una miraba el cielo raso de la oficina, él indagaba sorprendido las tan perfectas piernas de la que, perdida una excusa inventaba.





Velasco12 de mayo de 2008

2 Comentarios

  • Mejorana

    Hace falta estar muy metido en el mundo de la empresa para escribir así y que se entienda.
    Velasco me alegro mucho de encontrarte por aquí.

    12/05/08 09:05

  • Grekosay

    Procuro discurrir en ese juego lúdico y abierto, en el que las correcciones "son dudas existenciales". Siguiendo una de tus presustas másximas..."que todo esfuerzo simplifique el hecho de permitir que la vida fluya". Sin mas...Un placer.

    14/05/08 07:05

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