TusTextos

Sin Palabras.

Me distraía, me hipnotizaba el escurrir del rímel sobre sus mejillas, el trapo mal trazado sobre su boca y el sudor escurrir en su espalda. La forma de sus ojos suplicando por ayuda. No calculé los segundos que me tomó recobrar conciencia, pero fue más eterno que el infinito, el horror por no tener la capacidad de abrir con los dedos, el candado que la encadenaba al lavabo del baño. Había entrado sin reparar en nada, ni un segundo a la casa en llamas, mientras la otra reía histérica detrás de mí. El peso de la noche jaló mi pecho al mismo infierno donde nos encontrábamos los tres. La otra se había tragado la llave y reía cada vez más. El tanque de gas en la puerta de la cocina comenzaba a silbar y la que era mía, cerró los ojos. Me acerqué a ella y me puse de rodillas. Destapé su boca y
Viajero09 de marzo de 2013

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