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Una Historia Sin Nombre... (cap. 9)

- ¿Dónde está? ¿A dónde fue? ¿Sigue aquí?- Un temblor en su voz denotaba un trago de saliva pesada. Buscaba entre sus sábanas su ropa; la prisa que mostraba, daba a entender al Dr. Parada que solo un pantalón le hubiera sido suficiente al paciente.

El Dr. Parada entendía la enervación de Damián por ver a Ángela. Sin embargo el rostro del doctor mostraba algo más que inquietud.

- No te apresures, antes debemos hablar de lo que te sucedió en la recepción del hotel.- Arreciaba contra Damián, viendo como los pasos del paciente tambaleaban.
- ¡Mis zapatos, ¿Dónde diablos están mis zapatos?!...
- ¡Escúchame maldita sea!, ¡no estás bien, debes descansar un momento!...

Francisco no entendía la situación, Damián le había dado la esperanza de vida que necesitaba, le agradecía tanto que incluso le seguiría hasta el mismo infierno. No dudo en interponerse a la caída de su protector, Francisco notó que el cuerpo de Damián temblaba.

Cuando puso un pie fuera de la habitación sintió su cuerpo estallar en millones de partículas cargadas de emociones incontrolables, su mirada se nublaba al igual que por su frente llegaba a sentir un sudor frío inexistente. Su pantalón arrastraba y dejaba ver sus pies descalzos, la prisa que arrebataba su pecho le disolvía de dudas paralizantes.

Corrió tembloroso por los pasillos del hotel mientras gritaba su nombre. El grito pintaba las habitaciones del hotel con ecos asombrosos y despertaba a los durmientes huéspedes quienes salían a observar al triste desesperado.

La respiración de Damián aceleraba y comenzaba a sentirse morir de angustia al no encontrarla. Sus pasos se volvieron pesados y la gravedad envolvía el peso de su cuerpo, obligándolo a caer lentamente de rodillas, en su rostro el sudor disolvía lágrimas y saliva.

El doctor andaba abriéndose paso con empujones entre la multitud que discriminaba el espectáculo.

Se inclinó ante su compañero,

- No está, Damián. Se fue ésta mañana…
- A donde?, A donde se ha ido?... – Su voz se desvanecía en jadeos de cansancio.
- Damián… - el doctor no supo como decirlo sin lastimar a Damián más de lo que había sufrido.

Le tomó por el hombro y lo levantó del piso, donde el que nunca llegó a ser amante, lloraba sin notarlo. Tardó un par de días en explicar a Damián que ella se había vuelto a casar y que su estancia en el hotel se debía a su nueva luna de miel. El doctor nunca se especializó en dar malas noticias, era un doctor que acostumbraba buscar la solución antes de anunciar el mal.

Una mañana mientras desayunaban los tres viajeros, Damián dijo sin manipular gesto alguno,

- Dónde dijiste que vive ahora?
Viajero10 de agosto de 2010

2 Comentarios

  • Mary

    Viajero!!! por fin apareces con nuevo capitulo, ya pensaba que no
    volvias :(
    Veo que no perdiste nada de tu calidad como escritor, mas bien la
    mejoraste, otra vez me dejate con ganas de saber mas...
    No te vuelvas a desaparecer, que quiero seguir esta historia!!!
    Besoss.

    12/08/10 12:08

  • Viajero

    Muchas gracias Mary, disculpa por no haber escrito algo en todo este tiempo, pero el trabajo no me lo ha permitido...

    Te prometo no alejarme tanto esta vez...

    V.

    12/08/10 07:08

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