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La Reencarnacion

Mi historia es bonita, pero efímera, soy un bonito recipiente de color verde, mi cometido ha sido guardar el dulce y sabroso jugo de frutas, según la documentación que tengo impresa en todo mi cuerpo, me llamo “FRUTOO” contengo néctar de frutos del bosque, estoy hecho en Euskadi, en un proceso que ha durado unas horas, después de ser creado me enviaron a Murcia, donde me llenaron de este delicioso néctar de frutas ¡qué bonita y dulce existencia para la que me han creado!
Una vez rellenado y empaquetado en una caja con otros once compañeros idénticos a mí, de nuevo me veo en carretera.
Vuelvo a viajar, me han enviado a Madrid, donde he permanecido almacenado una semana, ahora me encuentro en Cantabria, me han traído para servir a unos jovencitos que juegan a un juego, según estoy escuchando estos chicos, al juego le llaman fútbol.
Mi misión es muy bonita, calmar la sed e hidratar, a una cuadrilla de jovencitos, sudorosos y sedientos.
Después de haberme consumido, me han tirado, maltratado a patadas, al igual que el balón con el que jugaban hace unas pocas horas, los mismos chicos que me han usado para enriquecer sus vidas.
Ahora por la caridad de una señora mayor, me ha encontrado y recogido del suelo para depositarme en este contenedor amarillo, fuera del campo de fútbol. Llevo una semana, estoy deseando que me saquen de aquí, quiero volver a ser utilizado.
Por fin escucho el rugir de un motor de camión que se ha detenido al lado del contenedor donde estoy metido, estoy muy nervioso, y deseando volver a la fábrica para volver a ser reutilizado.

.- Aristóteles e Hipias dicen que (Tales de Mileto) hizo partícipes de alma a las cosas inanimadas. Aristóteles presenta al alma como una entidad o sustancia, y a la entidad la muestra de tres formas:
- Como materia: Es decir, algo que no es nada por sí mismo, algo no determinado, simplemente materia.
- Como estructura y forma: En virtud de la cual podemos decir de esa entidad que “es algo”, algo determinado.
- Como compuesto de las anteriores.

.- Metempsicosis: (Reencarnación) Está presente en la mayoría de religiones orientales, Hinduismo, Budismo y Taoísmo, y también en las

religiones tribales de América y Oceanía. Afirman que la reencarnación existe en un ciclo sin fin. Cada alma viaja por esta rueda, que abarca desde los semidioses, hasta los insectos o cosas. El sentido de la trayectoria de un alma dentro de este universo lo marca el contenido o sentido de sus actos. Según el Hinduismo popular moderno, el estado en el que renace el alma está determinado por sus buenas o malas acciones realizadas en anteriores encarnaciones.

Llevo más de cuatro horas dentro del gran cajón del camión, esta vez me envían a Zaragoza, voy a volver a estar en uso.
Estoy ya en la fábrica, después de haber pasado por todos los procesos para ser reciclado: limpieza, molido, fundido y moldeado, ya estoy listo para reiniciar otra vez mi periplo.
Esta vez soy un tarro blanco bonitamente diseñado, no llevo ninguna etiqueta impresa ni tampoco una recomendación gravada para mi uso, ni para qué sirvo, he pasado por una máquina para la esterilización total.
Después de haber permanecido mas de una semana almacenado y un par de días de viaje, ahora aquí me encuentro en Salamanca, en una sala donde la mayoria del personal viste con una bata blanca. Después de varios días en este gran salón iluminado con luz blanca, esta luz no reproduce ninguna sombra y crea un ambiente de limpieza y pulcritud. He descubierto que estoy en un ambulatorio de la sanidad pública.
Por fin voy ha ser utilizado, no se para qué me van a emplear, según escucho a la señorita que lleva puesta una holgada bata blanca.
Es una auxiliar de enfermería, joven y de cabello rubio, su bata blanca oculta sus pronunciadas y sexys curvas. Estoy dentro de una gran caja, amontonado sin ningún orden, con más tarros iguales a mí.
Día tras día esta joven y guapa mujer mete su mano sin mirar y coge al azar a uno de nosotros, hoy parece que me a tocado a mi, me ha cogido, me saca al exterior del gran cajón de cartón, me entrega a una señora que está en pie frente al mostrador de la preciosa auxiliar de enfermería.
He pasado a ser propiedad de esta señora mayor, debe de tener sobre unos ochenta años.
¡No soy capaz de adivinar para qué sirvo!
La octogenaria señora, me atrapa entre sus manos, me lleva al interior de su bolso negro, No me gusta el olor del bolso, huele a rancio, a cuero mal curtido, no hay nada de valor en el interior, solo manojos de periódicos que esta señora los usa para dar forma al bolso. He entrado
a presión, estoy agobiado, como no retire algunos periódicos ésto va a reventar, la pobre no tiene nada que guardar, nada que yo deba criticar.
La señora ya en el interior de su casa me abandona encima de una balda, estoy en el salón de la casa, la decoración es austera, no hay grandes ornamentaciones. La luz es tenue, le dá un aspecto triste y lúgrube a toda la estancia, la casa está limpia, huele a limpio.
Después de llevar más de una semana en esta estantería del salón, por fin voy a ser utilizado ¡sigo sin ser capaz de adivinar para qué sirvo!
Mi dueña me ha llevado a su dormitorio, me ha dejado encima de lo que parece que es un tocador, en sus cajones hay poca ropa y muchos objetos que son sus recuerdos, en la mesilla que está en la cabecera de la cama, hay un marco con una fotografía, está ella con un señor, debio de haber sido su pareja, en la habitación no hay mas detalles que me descubran etapas de su historia. Encima de la cabecera de la cama tiene colgado un crucifijo, en las paredes de la habitación hay dos cuadros de Vírgenes y también tres cuadros de Santos, a saber cuales son las obras, gracias o devoción de estos Santos. La señora entra en la habitación con el pijama muy ajustado, se lo ha puesto encima de mas ropa, el tejido del pijama es grueso, debe de ser franela, la buena mujer entra en la cama, recita sus letanías, da las buenas noches mirando el marco con la foto que tiene sobre la mesilla.
.- Luís marido, buenas noches.
Apaga la luz de la habitación, espero que mañana por fin descubra para qué voy a ser usado. No pasan más de dos minutos y la octogenaria mujer ya está roncando.
Está amaneciendo, la anciana se está despertando, como la noche anterior saluda al que fue su marido, qué está ya en otra dimensión.
.- Buenos días Luís, he dormido poco y a cachitos.
Se levanta lentamente, me atrapa con rabia, como si yo tendría la culpa de su infortunio, me lleva con ella al baño, me deja encima del lavabo, se mira en el espejo, abre el grifo, deja correr el agua esperando que el agua caliente empiece a fluir, se moja las manos y con las yemas de los dedos húmedos se quita las legañas nacidas por la noche, como un gatito se frota los ojos, cierra el grifo, se dirige al inodoro que esta instalado enfrente del lavabo, se baja el pantalón del pijama, la faja, las bragas y se sienta en la taza, me vuelve a atrapar, me quita el tapón, me lleva al interior del inodoro ¡por favor ya sé para que sirvo!
¡Ooooh dios mió qué oscuridad!
Aquí abajo estoy recogiendo los residuos líquidos de la octogenaria, la señora después de orinar me roza contra su sexo para recoger hasta la
última gota que ha expulsado. Me saca de aquí abajo, me cierra con mi tapón para no perder ni una gota de lo recogido.
Son las diez de la mañana, la octogenaria me vuelve a coger retira algunos periódicos de su bolso para que yo pueda entrar mas holgadamente, salimos de paseo a la calle, no sé donde me lleva, aquí dentro del bolso no puedo deducir que hora es, calculo que no habrá pasado todavía una hora desde que salimos de casa, entramos en un establecimiento, es una degustación, mi dueña, solicita al propietario del establecimiento.
.- José cuando puedas, ponme un café con leche poco cargado y con sacarina, ya sabes como siempre.
El propietario sin decir una palabra asienta con su cabeza.
Vamos directos al baño, la operación se vuelve a repetir, recojo mas orina de esta mujer, salimos del baño, mi dueña se acerca a la barra recoge su café cortado, paga y elige una mesa del establecimiento, ya sentada mi ama me deja encima de la mesa a la vista del propietario del local y de los clientes de la degustación.
.- Sra. Luisa, otra vez con las pruebas de orina, si está usted muy bien, si sigue haciéndose pruebas le van a encontrar hasta lo que no tiene.
Sentencia el propietario de la degustación.
Mi dueña con una sonrisa, asiente con la cabeza mientras coge la taza para darle un sorbo al café, los cuatro clientes del establecimiento sonríen.
Han pasado ya tres cuartos de hora, salimos de la degustación, mi dueña se llama Luisa.
Me pregunto ¿que habré echo yo para que mi vida haya deparado en esta humillación? e pasado de contener jugos de ricos frutos a recoger residuos líquidos humanos y desagradables, roces de genitales.
Las horas van pasando entrando en baños, siendo enseñado a amistades y desconocidos. Creo que son ya las doce y treinta horas del mediodía, entramos en una oficina administrativa publica, nos llama una señorita, encima de la mesa de esta empleada publica hay un triangulo con su nombre, la joven, se llama Susana.
La octogenaria me saca del bolso y me deja al lado del nombre de la funcionaria, la empleada mira el tarro con cara de extrañeza cuando la octogenaria desvela mi contenido la cara de esta chica cambia a cara de incredulidad, sorpresa y repugnancia, al no dar crédito de lo que esta pasando en su mesa de atención al publico. Susana, la funcionaria, atiende a mi propietaria, muy agradable y atentamente sin dejar de mirarme ha reojo. Cuando Susana termina de atendernos, mi dueña se levanta se despide de la funcionaria dándole las gracias cariñosamente, salimos de las oficinas publicas, mi periplo sigue por toda la ciudad y
sus baños, deseo que esta mujer termine de llenarme ¡por favor que se agote cuanto antes mi jornada, qué desagradable tener que rozar el chichi de la octogenaria! el hedor es desagradable, a pescado o cloaca, deduzco que esta señora no es usuaria de toallitas húmedas, la frecuencia de aseo para sus partes bajas es muy prolongada.
Son las trece y treinta del mediodía, va siendo hora de comer, mi dueña, es una mujer de costumbres, entramos en un enorme bar restaurante el ambiente es de un gran ajetreo. La barra está llena de pinchos, el trasiego de clientes y camareros es entretenido para contemplar. Mi dueña solicita al barman media docena de pinchos, y una copa de vino, el barman con una sonrisa y llamándola por su nombre atiende a mi ama.
.- Señora Luisa ¿quiere algún pinchito más?
Aquí en este establecimiento también la conocen
Mi dueña contesta con un gesto de negación con la cabeza, acercándose al comedor separado del resto del establecimiento por un biombo, elije una mesa y me vuelve a sacar al exterior y colocándome encima de la mesa a la vista del resto de clientes, exhibiéndome como un trofeo, los clientes y comensales me miran y por sus caras adivino que ellos se preguntan ¿qué hace un tarro clínico lleno de orina encima de la mesa? Mi dueña se ha terminado los seis pinchos, de la copa de vino le queda menos de la mitad, antes de salir del restaurante, me vuelve a coger, vamos directos al baño, se repite la misma rutina.
Mi jornada va llegando a su fin, estoy lleno en mas de tres cuartas partes, me he pasado el día encima de mostradores y mesas de toda la ciudad, enseñado en público, al igual que un rejoneador en la plaza de toros enseña sus trofeos al tendido. Gente anónima han visto cómo me iba llenando, he recorrido más de una docena de baños públicos y privados.
¡Que mal he causado en otra vida para que mi existencia sea tan simple!
Tenemos que pagar las faltas cometidas en otras vidas, teniendo que pasar por situaciones ridículas, graciosas, tristes y penosas hasta llegar a reconocer o pagar los daños causados o quizás tengamos que perfeccionarnos. A mi me ha tocado ser un objeto inanimado, la providencia a convenido concederme solo la razón.


Alvaro Villa Rey
Villarey27 de mayo de 2013

1 Comentarios

  • Jasmin23

    Me pregunto ¿de dónde viene la sensibilidad? ¿la diferencia entre uno y otro? ¿por qué la dedicación de unos al arte? ¿por qué otros a la santidad y otros al delito? ... no sé las respuestas, pero me inclino a pesar en que venimos de vidas anteriores. Me gustó el texto, cariños

    28/05/13 01:05

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