Una inmensa agua inmóvil,
en un lúgubre pantano tendida,
sin plantas,sin flores, sin vida.
Mece el viento los árboles somnolientos,
cayendo sobre el suelo helado
las secas hojarascas frías.
Taciturnas están las aves
sobres los brazos de su viejo amigo
¡Cómo no van a estar tristes!
Al ver desnudo a quién le dio sombra y abrigo
Desde lo alto de la llanura
la lamentación de una camada.
Tras las primeras tormentas nocturnas,
arrastraron entre el juncal las aguas impías,
el cuerpo sin vida de la madre de las crías.
El ave torna su vuelta, despega,
vuela, vuela y vuela.
El zumbar de los insectos
ya sólo es rumor vago
que ya no suena desde el suelo
hasta la copa del árbol.
Solitario en su camino,
anhelante de otros tiempos
en los que estaban presentes
las flores, ya sólo en sus sueños.
Prende la tarde,su fuga loca
¡prodigiosa escena!
convierte el día en ceniza
y las sombras llegan.
Oscuro queda el camino,
apagado el bosque,
el monte ennegrecido.
Y desde la penumbra
silencioso, no se escucha nada
ya no sale cada noche
con su canto la cigarra.
Prende la tarde,su fuga loca
¡prodigiosa escena!
convierte el día en ceniza
y las sombras llegan , en verdad reitero mi inmenso placer en leerte, cariños.
