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Un Día de Trabajo En la Carcel

De cámara en cámara.

¡Caramba! , No podría comenzar a contar esta breve experiencia, sin curiosearme antes ¿De cuál libertad habla el homolibertus? O quizás ¿Cuál emancipación es la que profesamos?

Y es que en este mundo quizás hay “peores” ataduras que nos doblegan sin quererlo, que nos pisotean contra la febril definición de la dulce y maravillosa LIBERTAD, esa borrosa, adulterada y de la que todo el mundo trata de vocaliza. Aquí está el amor, o que tal el odio, dos antónimos definidos sin decencia, maldición, dos organismos acomodados y consensuados por la masa neurótica que la asiente.

A primera vista se encontraba la portería de la jaula inventada para la maldad; ubicada en Itagui, a mi lado derecho una primera maya, no de esa que se ponen en las ventanas con focos de navidad, éstas en realidad eran de alambre y al parecer estaban atravesadas y perturbadas por la descarga. Una segunda, en hilo de púa, ¡caramba!, esas utilizadas en los campos para evitar que se salga el rebaño, y una tercera y última de unos 5 metros que se acercaba a Dios y que contenía alambres en forma de serpentina a lo largo de su recorrido como para evitar alcanzar a su divinidad, y viéndolo bien tampoco eran para una piñata que celebraran esa tarde ni mucho menos en otras tardes, tal vez eran para evitar la tentación de libertad, pues quizás del afán por salir de la mazmorra pudiesen dejar allí un pedazo de escroto adornado la corroída serpentina.
Fue así como se emprendió la travesía en aquel laberinto del terror, de las miradas, de los Sonidos metálicos, olores inexplicables, temblor del alma y transmisión a la garganta, tribulaciones, y sinsentidos de la condición humana.

Una cafetería, donde un refresco agrio de mora, me remitía a compararlo con aquel lugar, en un primer momento por las escaleras oxidadas y una gran cantidad de humedades que carcomían la pared, hacía ver frágil la jaula, la jaula construida de los mejores recursos antilibertarios que hoy nos invaden, la moral hecha de la más fina piedra caliza que neutraliza el sentimiento y lo entierra vivo, pero otras que representaban las más de mil y tres doctrinas que nos mantiene en constante expiración de la raza.

Era difícil pasar e ignorar el llamado “Pan óptico” pues se elevaban a unos 10 metro, éste aún más cerca de Dios y cómplice de los asedios del poder omnisciente y vivaz para controlar las “ovejas descarriadas”, al menos eso dicen los maniáticos del poder, que mandan a los campos de Colombia, bolsas de sangre armadas hasta los dientes y que con el más mínimo rasguño de una luciérnaga veloz, se desangran, se derraman, se pudren para fermentan el aire apacible de las montañas colombianas hasta que desaparecen de mi mente y de sus familiares.

Azarado por tanta cámara, termine por acostumbrarme a ellas, así como las victimas en Colombia que quedan en la impunidad ¡caramba! ¡Que barraquera! Al igual que las cámaras de vigilancia; cámaras y más cámaras, arriba, abajo, de frente, perfilada, cenital; para donde se quisiera mirar había una cantidad de cámaras mirando cada movimiento desde rascarse la nariz y sacarse un moco, hasta halarse el pantaloncillo para evitar la apretujada situación; ¡que seguridad tan brava!

En la dirección y dándonos indicaciones para el ingreso a la jaula, mis ojos se despistaban y observaban en un muro fotos importantes de la nación colombiana y que en el día a día se destapan nuevos actos de podredumbre ¡Caramba! los que mantiene a Colombia en el tercermundismo, analfabetismo y procreación desmesurada de pobreza y enfermedades, en primera fila el Presidentico de Colombia, Alticos mandos del Ejercito Nacional, los que nunca combaten y solo mandan las reces al matadero, con el lema de “Morir por mi Patria”, se oiría mas lindo y llamativo “Vivir para mi Patria” directores carcelarios del IMPEC, pero enseguida vi algo que me impacto mucho, debe ser porque fue una foto aérea, desde arriba, desde donde nos ven los que nos manejan sin que nosotros podamos hacer nada y mucho menos en la jaula, la vi, la mire, la observe pues siempre me a gustado sentirme bien parado para no llevarme tropiezos del mundo en el que vivo, no digo que no lo merezca, pero creo que es el único simplemente, el único donde vivo, donde viven y donde vivirán hasta que ella aguante tanta destrucción tanta explosión no solo de bombas, sino de miseria, de intereses donde nos jugamos la vida todos y cada uno de los visitantes de este pequeño foco condenado a apagarse, al que le sacamos su sangre negra para mover maquinas; ¡caramba! es el momento en que parpadeo y dejo de pensar guevonadas e igual siempre a sido y será así.

Eran todas las estructura del panteón de los vivos aislados y congelados en el tiempo y en el espacio, pues allí es difícil ver el dizque progreso social un progreso que mete todos los días mas gentes a las convulsionadas jaulas alli donde ni ellos pueden volar de palo a palo, ¡caramba! un progreso que depende del oxigeno pues arrancamos un árbol que estorba, para construir un rascacielos donde pueda vivir la reproducción desmedida del conejo humano, pienso que cuando ellos salgan no tendrán donde vivir pues los de afuera ya ocuparon todo hasta las montañas del Everest pues con el descongelar de los polos ya toca echar pa’ las montañas sin embargo no había entendido nada de esa estructura rectangular que contenía el papel fotográfico .

Y por fin lo esperado, pero también lo angustioso, y es que se empezó el recorrido por cada uno de los laberintos de esta estructura de esta vida en el claustro.

Patio 1:
Me sumergía en un mundo de ultratumba, un cielo enrejado, cuatro horizontes pintados con vacas pastando y bosques que no pudieron ser terminados pues el artista había volado a otra jaula de la cuidad. Había pequeñas luces caramba Talleres de artesanías, sorprendente, estos personajes mostraban sus productos de una manera tal que por parte de nosotros se mostrara el asombro y se exclamara ¡Ho! y ¿esto lo fabrican ustedes? La verdad es que todas aquellas obras de arte tienen su valor y su respeto mismo. A pesar de que las manos que hoy construyen, ayer destruyeron.
En cuanto a la muchedumbre de este patio, se vio de alguna manera una gran cantidad de rostros y cuerpos en actividades productivas y de ocio, por ejemplo había uno en parte alta montando bicicleta estática, otro en una esquina haciendo barritas, otros guiados por un instructor jugaban microfutbol, otros viendo televisión, pero también habían quienes trabajaban con cuero y cuerdas de colores. Al retirarnos un simple “hasta pronto” de parte de los presos; y así nos despedimos.

Patio 2: se respiraba un ambiente pesado, y no es que hubiesen malos olores cabe acotar, que el aseo era impecable a pesar de que en una esquina hubiese un pedazo de desecho humano que hacia juego con el ambiente. Muchas miradas hacia los extraños, murmullos y preguntas inquietantes como ¿qué hacen aquí? ¿Y para qué? ¿Nosotros manejaríamos las cámaras? ¡Si! fueron algunas de las preguntas. Pero al menos salimos sanos y salvos. Podríamos asemejarlos al primer patio solo que eran seres mas pasivos, discretos y observadores.

De aquí salimos hacia los patios 4, 5 y 6 eso creo, eran los comunes o eso entendí, allí estaban algunos con delitos menores o que ya casi recobrarían su libertad. Podría decirse que por la cantidad de gente que había, uno pasaba desapercibido o casi hasta ser uno de esa masa tiranizada. Allí se pudo observar la sala de edición, una biblioteca, un salón oscuro con un cristo al fondo, mini salones donde se alfabetiza a la comunidad y un loco muy particular, también hombres vestidos de blanco como quien dice los cocineros, ya en uno de los patios se observaba una parranda que realizaba el INDER. Algo que me impresiono y diría que fue la imagen del día fue el producto al parecer de un taller de dibujo, pues uno de los reclusos le entrega un dibujo en lápiz para que se hiciese llegar a la directora del penal. Si una imagen a lápiz, donde de una manera indiscriminada un guardia golpeaba a un recluso en la cabeza tumbándolo, esta imagen a su vez acompañada de texto y dice “Respeto a los Derechos Humanos”.
Así salimos de los últimos patios pero aun recuerdo la puerta del misterio, la puse así por que dos de las guías se preguntaron que habrá detrás de esa puerta. Aun es un misterio por resolver.

Ya finalizando nuestro recorrido y volviendo a donde la directora para dar las gracias; observe de nuevo la foto panorámica desde el aire de la cárcel y pude comprender por fin cada uno de los vértices de la estructura y todo lo que contenía en su interior, bueno no todo, pero sí algo significativo.
Visualshot07 de diciembre de 2008

2 Comentarios

  • Mejorana

    Voy por la mitad Visualshot , cuando lo termine te comentar? despacio.
    Se me acaba de ocurrir que el ser humano es la ?nica especie que yo sepa, que explota y suyuga a los de su misma condici?n.
    Seguiramos leyendo en otro momento.
    De pronto me has dejado seria.

    07/12/08 10:12

  • Unsilencioquenocalla

    Pues, como dice el Capitalismo: "el Socialismo es la f?rmula que somete, que abusa, que subyuga al Hombre por el Hombre; en cambio el Capitalismo es todo lo contrario..."

    10/12/08 04:12

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