Poco antes de que los domingos fueran amargos
exploraba mundos habitados por sueños,
tal vez fuera un filibustero
abandonado a su suerte,
en los mares atribulados,
donde naufragaron utopías.
Esos océanos profundos
que surcaban ballenas blancas
perseguidas por capitanes
de pata de palo
que desangraban
corazones maltrechos.
Duele tanto la vida
cuando uno muere viviendo
esa cadena perpetua
de una prisión sin barrotes
a la que nos dejamos arrastrar
por miedos ancestrales.
Flanquea el barco su desdicha,
abismos abruptos e insondables
donde encallan las quillas
de viejos marineros,
que perdieron su rumbo
buscando la rosa náutica.
Nadie aprende pasando un camino de rosas,tal vez la vida nos enseña que hay mas caminos,cuando creia que moria en vida ,justo ahi en ese instante ,encontre otro camino,y ya la vida al fin la vivo....solo te deseo que tu lo encuentres tambien...y tengo la certeza que todos sentimos lo mismo,tiene que haber otra manera....
07/10/16 07:10
¡Precioso! Me alegra compartir contigo la participación en concursos de relatos. Suerte para los que vendrán. Un saludo.
27/10/16 11:10
