TusTextos

Mi Querido árbol

Y ahora, envuelto de amor y desesperación, te escribo.
Son ya bastantes las tardes alejadas de ti. En este mismo instante, el instante repetido durante todas las tardes, me veo contemplando un árbol. Un árbol falso, como la distancia, pues cuando le planto cara parece que no crece y que si me mantuviera firme él seguiría siendo el mismo. Me equivoco, al paso de los otoños veo como se hace más robusto, más pesado y más grande.
Deseoso de acabar con nuestro dichoso obstáculo elevo mi voz para pedirte auxilio.

En un día de verano, encontré el árbol lleno de hojas y hormigas que seguro me molestarían al intentar empujarlo. Yo, paciente como siempre, espere al frío. Las hojas cayeron y las hormigas se escondieron. Sabes bien que golpee el árbol con todas mis fuerzas, mas la única forma de ver como caía fue utilizando mi imaginación.

Desde entonces, día a día, segundo a segundo, utilizaba la imaginación para sentir que el árbol ya no existía. Al poco tiempo, aunque a mi se me hizo eterno, me encontré aún más cansado que cuando había utilizado la fuerza de mis brazos. El árbol seguía ahí.

Así dio comienzo la primera parte de esta carta. Pensé que con la fuerza de los dos el árbol caería fácilmente. Me lo repetí mil veces hasta que llegue a una conclusión: si tú pudieras estar aquí, ya estarías a mi lado.

Cambiando mi modo destructor de ver el árbol, decidí sacarle provecho y al mismo tiempo ir debilitándolo. Compre herramientas y lo fui talando. Me llevo más tiempo del deseado. Al final obtuve la recompensa: con la madera construí nuestro hogar.

Descanse varias noches, me puse las botas y agarre el hacha. ¿Qué iba a hacer con nuestro hogar si solo estaba yo en él?

Al principio el puente te daba miedo, de todos modos no miraste atrás ni soltaste mi mano. Todo este tiempo tú habías conseguido mantenerme en pie, sin que me cayera ni me rindiera.

A día de hoy, utilizamos nuestras fuerzas para reunir leña y así dar calor a nuestro hogar. Acortamos el árbol, acortamos la distancia hasta tener la necesaria. Felices, juntos, tú con tus particulares calcetines y yo acurrucándome contra tu hombro.
Vozdeanis28 de agosto de 2012

1 Comentarios

  • Vozdeanis

    Muchas gracias por comentar :)

    Besos

    31/08/12 02:08

Más de Vozdeanis

Chat