la Envidia.
Vale, lo reconozco, soy muy envidiosa, pero eso no significa que me tengas que arrebatar todo lo que tengo, porque si tengo envidia de ti, es porque me lo quitas todo. Cuando yo me compro algo, tú te compras algo el doble de mejor del que me compré yo. Sí, sí, sé que no es justo que hable así, pero creo que te lo mereces. Porque has conseguido chafarme todos los días de mi larga y feliz vida. Por tu culpa. Ya no tengo nadie en quien confiar de verdad, ya no tengo ninguna motivación y solo por un capricho tuyo. La verdad que no es justo, porque no se lo que te hice para tratarme asi, pero ¿sabes que? Ya basta.
No voy a ser la típica niña de la que te puedes aprovechar cuando mas te convenga. Porque claro, cuando te conviene si que me buscas y me halagas, y cuando no, haces de todo con el fin de ser superior a mi.
Quiero que sepas una cosa, ya no me tienes. No vengas a mi cuando te haga falta ni me halagues cuando me quieras pedir algún favor porque no volveré a caer en la misma trampa de tu cruel castillo. Y lo que he dicho va a misa, princesita. Ya no vas a tenerme en tus buenos momentos, si no en tus peores, en los que estaré ahí al lado tuyo. Pero no para sacarte una sonrisa, si no para hundirte en la misma envidia que has sacado de mi. Yo no era una persona cruel, pero tú, has conseguido cambiarme. Y me alegro, gracias, porque ya no soy el patito feo, no, ahora lo vas a ser tú. Te voy a dar con la misma moneda, te voy a hacer pasar todo lo que tuve que pasar yo. Y bueno, ya no pienso ni eliminarte ni borrarte ni del Tuenti ni del Facebook, porque asi por lo menos podrás ver lo feliz que soy, que ya soy inmune a tus falsedades, a tus caprichos, que ya no me duele nada. Y no seré la única, porque cuando yo empiece con mi reconquista, mas gente también se habrá dado cuenta de lo que eres, de cuales son tus objetivos.
