TusTextos

Lo Imposible

-¡Dijiste que no era posible! ¡Dijiste que nunca iba a suceder!
Corría y gritaba de un lado a otro de la habitación y de la casa, con la voz en alto desgarrada por la angustia. Él la observaba con las manos muertas al final de sus brazos laxos, sin fuerzas, en silencio. El viento ya comenzaba a arrancar árboles a lo lejos. El cono negro succionaba todo a su paso y presionaba en sus oídos con la poderosa fuerza de su voz sibilante. No debería suceder. No aquí. Pero ahí estaba, indesmentible ante los hechos.
Cuando escucharon estallar los vidrios de las casas vecinas, se escondieron bajo la mesa. Ambos sabían que sería inútil, pero no había mucho más que hacer. Nadie estaba preparado para eso. Ella sollozaba con el rostro escondido, los brazos cruzados por sobre la cabeza, boca abajo. La miró con la impotencia incrustada en el rostro. Hubiera querido decirle algo diferente.
- Me equivoqué.
Ella buscó su mano a tientas sin levantar la mirada de su escondite. Y esperaron.

fin.
Winchestermcdowell07 de enero de 2010

2 Comentarios

  • Jorge

    Esa ráfaga en forma de admiración “¡Dijiste que no era posible!” me gusta; sin saber cómo, se agita y suscita especulaciones. Más, es necesario esperar el dictado de tu pluma que, nos lleva por una miríada de encuentros emotivos.
    Una escena donde la madre naturaleza juega su papel trascendental; el viento tan suavemente concebido ha despertado cubriéndose de destructora gloria. Los elementos se han vuelto contra nosotros.
    Me gusta…Un Saludo…déjame soñar despierto con tu escrito.

    08/01/10 09:01

  • Winchestermcdowell

    Gracias por tus palabras, Jorge.

    11/01/10 03:01

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