Ayer me hablaron de ti, Creí que nadie sabría de tu paradero, aquel amor doloroso volvió a surgir en mi pero por tan solo un segundo, se supone que el tiempo curo aquello. Supe que pintabas cuadros, enseguida quise saber sobre tu arte ¿cómo traspasaras a un lienzo tus emociones la manera de ver y percibir al mundo con aquellos ojos iguales...? ¿Cómo pintaran aquellas manos? que tanto desee que me tocaran, que se aferraran a mi cintura al momento de besarnos.
¿Pintarías algo sobre mí? ¿Aunque solo fuese inconscientemente? En cambio muy cuerdamente he escrito sobre ti a pesar de los muchos años que han transcurrido. La nostalgia se asemeja a una prisión donde yo atrozmente cumplo una condena de por vida.
Gracias Índigo por leerme y por los comentarios, próximamente publicare la segunda parte de cañas de azúcar, he empezado a leerte y me encantas. Saludos