Llegado ese momento sonara el eco de trompetas inmortales, brillaran los sonoros metales en el amanecer del día en que los hombres no teman dogmas nauseabundos de creencias obsoletas, adornadas con palabrería rebuscada y transmitida con rituales tan deformados y engalanados que la verdadera esencia, antaño humilde, ya ni siquiera reconoce, caerán palacios de oro y mármol y en sus escombros quedaran sepultados estandartes y símbolos de sufrimiento difundidos bajo un velo el cual solo busca el poder que corrompe todo ser humano al cual se le otorga el deber de ser algo mas que el común de los mortales, en ese momento en que todos seamos iguales y nadie sea alabado por encima de nadie seremos los verdaderos forjadores de nuestro destino.
Estas palabras me dan esperanza.El ser humano esta sirviendo a satanas hace siglos...Muy pocos lo lograran, pero valdra la pena. No nos queda mas que seguir luchando.
Saludos.
