TusTextos

A Solas Conmigo

A solas conmigo


Pasado el tiempo, incrustado en mi celda descansa el leve latir de la razón por vivir. Qué triste es saber lo que te niegas a saber.


Me siento a gusto en mi desconcierto.


Me asusta el pensar que acierto.


Tal vez el decir esto no sea un acierto, pero por un momento imagina que estoy en lo cierto.





Cada anochecer me arropo en el último sueño con el manto de la prudencia, para con el primer rayo de sol despertarme sumido entre sabanas de obediencia.


Me pongo frente el espejo pues hace tiempo que de lejos ya no veo mi reflejo.


Mis sueños yacen dañados allá perdidos a lo lejos en este rastro de pasos forzados al bailen de la prudencia. A mi vuelve la imagen del día en que pacte con lo sencillo olvidar mi rebeldía a cambio de obedecer y ceder cada día.


Así desfilo fingiendo estar viviendo y a cada paso más me va doliendo.


Quisiera hablar con el optimismo, dejarme convencer y no vencer, pero llegados a este punto ya todo me da lo mismo.


Siempre a golpes con mis sentimientos, como ese barco que su destino es partir y quisiera adentrarse en tierra ya que teme que entre las frías olas su ilusión se frustre. De valiente es fingir que no duele pero de cobarde seria no decir que miento.


En un portal del maestro Sabina resido yo en su calle melancolía, donde pasar los días se convierte en ese juego que a ningún niño divierte, y al que al llegar la noche con permiso del último claro susurrándote al oído del miedo te advierte.


Triste morada la mía a la cual nunca llama la primavera, solo conoce el aliento helado del invierno. El cual recorre con su frio cortante cada rincón y cada instante de este cuerpo transeúnte escondido en el ayer, el cual a trompicones se encuentra con el hoy, le solloza e implora que haga que regrese al ayer pues convencido está de lo que venga mañana todo es perder.


Te invitaría a pasar y tomar un café, pero como has de ver solo sorbos de tristeza te sabría ofrecer. Deja que cumpla mi condena que no es otra que la pena por un adiós que de muerte me hirió.


Impregnada mi celda por el dulce aroma del movimiento de tus caderas hacen de motivo por seguir respirando, consciente y sabiendo que a cada nuevo suspiro de tu ser mi tiempo expiro.


Me siento junto a la ventana y creo verte llena de vida, permíteme que te contemple pues este corazón solo a de latir al verte feliz.


Así día tras día me acurruco en mi rincón a sabiendas de mi castigo, fuera el canto de un pájaro, a mis oídos el dulce trinar despierta la esperanza de un mañana, lavaré mis miedos y regresare al mundo, hare de mi tristeza proeza, vestiré mi alma con la calma del que ya no busca lo perdido y consciente de que la única forma es ser valiente saldré de casa al encuentro del alma que apague esta sed ardiente.


PD: Jamás conviertas un golpe del destino en una excusa para acomodarte en la soledad, ya que en ella solo encontraras a la paciente guadaña haciéndose de tu vida dueña.

Antonio José Mascaró Pérez

http://ajmascaro.blogspot.com.es/2014/04/a-solas-conmigo-pasado-el-tiempo.html
Ymaska19 de abril de 2014

2 Comentarios

  • Voltereta

    El maestro Sabina, seguro que esta contento de ver como escribe un alumno ta aventajado, que a veces nos recuerda mucho a el.

    ¡Hermoso camino de palabras!

    Un saludo.

    19/04/14 11:04

  • Ymaska

    Muchas muchas gracias, por las palabras y de quien vienen.

    20/04/14 08:04

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