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Isla de Lampedusa ( El Hambre No Frota)

Isla de Lampedusa ( El hambre no frota)


Madres condenadas a no ver sus hijos crecer, como única suerte padecer.

Tierra olvidada y castigada, nunca sus heridas aliviadas. Miradas disipadas al cobijo de sus lágrimas.

Como esperanza de vida la muerte de amenaza.

Continente castigado apuñalado por la daga de la indolencia, la indiferencia como referencia a nuestra falta de consciencia.

Madres abrazadas a sus niños, sin más carne que la sombra del hambre.

Entre tanta miseria la inocente sonrisa de un bebe ajeno a la brisa de la guaraña, como compañero de juego el llanto ahogado de una África siempre mencionada y a la vez ignorada.

Y allí sentados en su rincón pasan las horas lentas empujadas por el ensordecedor repique del hambre. La vida se despide por minutos. Su piel castigada luce de luto.

Continente que arrastras con el lastre que sin buscar encontraste.

Sabiéndose olvidados y condenados no esperan más que servir de sustento a la muerte, pues se saben abandonados a su suerte.

Armados con la razón del inocente, inocentes de vivir su presente buscan un mañana diferente.

Alentados por el hambre y la miseria sueñan con partir de la tierra que les vio nacer.

Franquearán el telón en busca de un mundo mejor, donde su fiel amigo no sea el hambre que sienten siempre consigo.

Zarparan hacia un mañana que extienda su manto ahogando todo el llanto del que no tiene más que un pasado angustiado, un presente suplente de ese futuro que para ellos día a día permanece privado.

A bordo de barcos mutilados y pateras plenas de esperanzas como pasajeras, se alzan al mar salado por tantas lloros abonados.

Otra vez la suerte se vuelve esquiva y la muerte hace su criba.

Quinientos seres perdidos yacen en el mar heridos, espejos de la vergüenza de este nuestro mundo sin conciencia.

Las orillas de la Isla Lampedusa se tornan en placidos lechos que abrazan las almas de los que sin vida yacen en la tierra añorada tantas veces soñada.

Erradamente bautizada como la isla de la vergüenza.

Como nombrar la vergüenza cuando vivimos sin conocerla.

El mal tiempo a las puertas de nuestros hogares nos ha traído la muerte y el sufrimiento del malherido.

Por un día más de doscientas razones despertarán los corazones.

Para a la mañana olvidarnos y barrer nuestras orillas con el fin de seguir durmiendo plácidamente en este mundo nuestro llamado civilizado.


PD: A veces la respuesta está en la pregunta
Ymaska16 de octubre de 2013

3 Comentarios

  • Polaris

    En el año 1994 yo me encontraba en la actual República Democrática del Congo, antiguo Zaire, y allí fui testigo directo de una de las mayores masacres que jamas ha acontecido en la historia de la humanidad, estuve solo 17 días antes de contraer disentería, y regresar a España, cuando ocurre una tragedia humana, uno puede imaginar el sufrimiento, pero puedo decirte y contarte con mi experiencia personal que nada de lo que uno imagine es comparado con la realidad.
    No voy a extender mucho en este comentario, primero porque no viene al caso y segundo porque no me gusta hablar de ello, pero si te diré que de todo lo vivido allí, tengo retenido algo en mi memoria que no quiero olvidar mientras me quede un ápice de cordura, esa imagen no es otra que la los muertos enterrados con una excavadora, cuando la situación se hizo insostenible, consiguieron que viniera una excavadora a las afueras del campo de refugiados de Goma de la vecina ciudad de Sake, era de color amarillo, un Canterpillar, aquella excavadora recogió los muertos amontonados y perfectamente esparcidos con cal y los deposito en aquella fosa que previamente había escavado, alderredor, soldados, funcionarios, médicos y algunos curiosos, fumaban o hablan de su cosas, como si allí no estuviera pasando nada, yo jamas podré olvidar ese recuerdo, tras varias paladas y entremezclada con la tierra asomo el brazo de un ser humano en la gran pala de la máquina, allí estaba ese brazo colgando inerte, sin vida, un ser humano anónimo que estaba enterrado en tierra y muerto en las entrañas de aquella maquina, mientras que todos los que estábamos alrededor, no mostramos ni un pequeño acto de respeto o dignidad. Desde aquel mismo instante y como si una bala hubiera atravesado mi cabeza en dirección a mi razón, deje de creer en Dios y desde entonces lucho en una guerra particular e interior que no si algún día tendrá fin.

    El genero humano se hace llamar así, pero yo lo niego, he visto más humanidad en los animales que en las personas, allí en la selva de Ruanda, cerca del infierno del campo de refugiados de Goma había más paz y más dignidad junta que en todos y cada uno de todos aquello seres humanos, por eso no creo en los hombres como conjunto, la humanidad no esta en el conjunto, esta en el ser, Dios no existe, pero algunos hombre pueden a llegar a comportarse como tales, con sus defecto y con sus virtudes.
    Lo que hombre ha creado, no lo pude solucionar Dios, lo contrario es mentira, esa es la gran falacia y la mentira más extendida del genero humano.

    Lampedusa es la vergüenza con la que tenemos que vivir los Europeos, aquellos que tenemos vergüenza, o tal vez debería decir sentimientos, desde hace mucho tiempo educan a la gente para inhibirse en ellos, por ello existe Lampedusa, si los mismos no fueran mutilados, saldríamos en barcos a buscarlos, o formaríamos un ejercito a modo de cruzada para acabar con la injusticia que los arrastra a aventurarse a tan cruel destino, pero de entre todos los remedios, el peor es no hacer nada, nada, y, esa es nuestra mayor crueldad.


    Te agradezco personalmente, y en nombre de todos los que formamos esta pagina que te hayas implicado con este texto, tu has demostrado tener sentimientos y pertenecer al genero humano, te felicito.

    Un abrazo.


    Pol.

    16/10/13 11:10

  • Ymaska

    Ahora entiendo la sensibilidad que muestras al escribir. Un abrazo Pol

    16/10/13 07:10

  • Albasilencio

    después de lo dicho por Polaris, nada más que añadir. solo felicitaros por tanta sensibilidad.
    un saludo.

    21/10/13 08:10

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