Lucha
A veces me vendería al olvido.
Otras no renunciaría a uno solo de los segundos vividos.
Y en ocasiones simplemente sería ese barco sin timón que se deja llevar sin atreverse a mirar.
Y es que así es la vida, una aventura donde tan pronto se vuelve de los más dura como al amanecer todo a tu paso parece florecer.
Cuando se agolpa el desconsuelo a mi alrededor juego al escondite con el no sea que dé con mi sonrisa y me la quite. Reniego a esperar y mucho menos a desesperar cojo camino y a pasear pues a la tristeza no se le da bien lo de caminar.
Si el desamor se empeña en robarme el amor, me cobijare en un lugar donde no exista el frio en busca de calor. Allí me resguardaré del intenso dolor, con mi fiel amigo el tiempo iré curando las heridas y daré acogida a la ilusión que me fue abatida.
Todo menos rendirse por más que el lado injusto de la vida se empeñe en dejarnos sin el propio sabor de la vida.
