¡no Estoy Loca!
Siento que estas aquí al lado mio, mi respiración se para, siento que mi corazón cada vez late más despacio, a cada segundo que pasa. ¿Si estamos juntos, que más da?
-Prométeme que vivirás sin mi, que no harás ninguna locura, prométeme que me cuidarás desde aquí.
-No voy a prometerte nada, las promesas son sólo éso, promesas. Se cumplen y se rompen sin saber como, porque ni cuando, así que no voy a prometértelo simplemente tendrás que confiar en mi.
-Necesito irme con la certeza de que estarás bien. Necesito descansar en paz.
-Estaré bien, lo sabes. No quiero que esto se haga más difícil, quiero irme contigo.
-Confió en ti y en tu sensatez.
-No creo que aguante mucho más... Gracias por todo este tiempo, gracias por hacerme feliz, te quiero ahora y siempre...
Esa persona que amo con todas mis fuerzas. Mis manos se desvanecen, siento que no tengo fuerzas, inútiles piernas que no se mueven. Un beso, un beso es lo único que necesito, dame un beso ya porque sino no tendré oportunidad de besarte de nuevo, solo quedan segundos, date prisa... Entonces tu me besas, siento que ya puedo descansar en paz, te tengo en mi corazón, y ese beso mi alma se la llevará asta allí arriba. Te esperaré, pero no tengas prisa, prefiero verte y amarte desde allí y que tu sigas vivo a que tu estés condenado como lo voy a estar yo.
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Ésa fue la última vez que noté el calor de sus labios y la fuerza de sus abrazos y dolió saber que ésa sería la última vez. Lo que no me imaginaba es que incluso ahora estando ya vete a saber donde poder ver a todas esas personas que tanto te quieren, bueno, te querían derramando lágrimas, desgarrándose el corazón y haciéndose preguntas una y otra vez. Sí, he sido yo. Podría haber sido uno de vosotros. Peor he sido yo y le alegra de que haya sido así... Se me parte el alma, ojalá pudiera hacerles saber que estoy ahí, con ellos, a su lado... que no me he ido, que sigo ahí. Pero eso es imposible. El recuerdo del último beso me rompe el alma, lo único que me queda, no siento nada, sólo recuerdos, no puedo sentir tristeza, no puedo llorar.... no siento absolutamente nada.
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-Mama, la yaya está con nosotros. La noto...
+Anda Natalia, no digas idioteces, ya eres bastante mayorcita como para saber que la yaya no está, se acabó. Cariño, sal un rato y despéjate.
Me alejé de ese lugar tan triste, lleno de familias llorando y salí al único sitio en el que se podía pensar, sentir y respirar un aire fresco de montaña. En pleno verano y tenía frío. ¿Porque nadie se molestaba en creerme? Yo la notaba cerca. Sabía que estaba allí. Se había ido, pero no del todo. ¿Era verdad o simplemente yo me molestaba en creerlo? A lo mejor, me estoy volviendo loca. Sí. Es eso. No puede ser verdad. ¡Joder Natalia que infantil eres!. De repente una brisa de aire alborotó mi pelo y mi corazón sintió otra vez esa sensación y unas palabras llegar hasta ami... era ella. Sí. No estoy loca. Y sin poder evitarlo, sonreí. Da igual que nadie me crea, sé lo que siento y sé lo que sé, todo lo demás me da igual.
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