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La Manía

En el principio, todo era nada, verbo e infinito. Diole al verbo mal de amores por la nada y vió que estaba buena y dijo: “Soy el que soy y de aquí mero soy”. Por su cuenta, la nada halló bien la elegancia, ciencia y porte fino de lo infinito y deseole para sí, que era nada apenas y no tenía ni autoestima. El despecho, vagabundo, se arrastró a donde el principio y encontró al verbo descuidado y le dio recio y despiadado. Quizo el verbo en su manía, poder poco por la nada y urdió un plan para acabar, mejor, con lo infinito. De este plan nacieron la luz, las aguas y eventualmente las cantinas, los hombres con su pizca del despecho divino y las mujeres que lo quieren todo. Hasta la fecha el verbo sigue haciendo trizas lo infinito, y al final, ya lo sabemos, quedaran verbo, despecho y nada.
Abrahamsaucedocepeda06 de mayo de 2009

1 Comentarios

  • Mejorana

    Mi querido Abrahan.
    Pienso que ya est?s preparado para volver a reescribir la Biblia.
    Acu?rdate de borrar el pecado original con el que hicieron cargar a las mujeres.
    Me alegra muho leerte.

    06/05/09 11:05

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