Mi esperanza en lo utópico
se ve mermada
por el asco que me proporcionan
las dos caras del discurso,
la dinastía del odio
seguirá segregando
a una estúpida raza
que se considera así misma
avanzada y superior
cuando ni siquiera es capaz
de vivir en plena armonía
dentro de su propia casa.
Ojos cegados por banderas,
dioses ficticios follando sus mentes
fecundando ideas de mierda
a cambio de una ficticia eternidad,
culos abiertos ante el dinero
sin honra ni escrúpulos
ni el menor atisbo de espíritu
en esas mecánicas y vacías carcasas.
El paraíso está exhausto,
apesta desde sus raíces
hasta la capa más expuesta
y no hacemos más
que vengarnos del hedor
combatiéndolo con más hedor,
disimulando
cuales buenos cerdos adoctrinados
las carencias de nuestro podrido entorno.
El uno,ensordecido por las fronteras,
barreras para la expansión del conjunto,
la ineficacia del progreso
camuflada con maquillaje
expuesta a la defensa
de cualquier cerebro lavado
que sin oposición ejecutará
cualquier orden incoherente
que los amos de su necia libertad
le dicten sin misericordia.
Una serpiente enorme y harapienta
en la que veo mi rostro
y el tuyo
y el de todos
como en un espejo infinito
constringe el mundo
asfixiándolo
para luego devorarlo
como si de una rata gigantesca
que se negó a emerger de la cloaca
se tratase...
es inútil esconderse
la muerte avanza en todas direcciones.
Me siento algo confundido,
hambriento y desolado,
como mi nevera en la actualidad,
como la ilimitada capacidad humana
para el alcance nulo
de la completa paz,
la única conclusión
a la que me dejo llegar
es a la que me susurra
como una confidencia
que el infierno grita
es que aún somos
demasiado absurdos...
