He tenido la ocasión de observar durante un tiempo, lo relativa que es la palabra vivir, tan fácil disfrutarla para unos y tan compleja de definir para otros.
He conocido vidas paralelas, personas que por giros del destino están en situaciones muy diferentes en un mundo similar
La soledad de un hombre que vive lejos de los murmullos y lo mundano. Quien lo dio todo por sus seres queridos sin pedir nada a cambio, sólo el cariño que otorga el calor de una compañía, y ahora se encuentra con una soledad, fría pero plácida, siendo él dueño absoluto de su vida. La soledad te hace más fuerte pero menos humano, sin embargo he tenido la suerte de conocerle, y puedo afirmar que pocas personas pueden presumir de tener un corazón tan lleno de bondad y una mente tan vacía de prejuicios hacia los demás. Él es el ejemplo de cómo son las personas sin la influencia de una sociedad, transparente, libre de hipocresía, lleno de humildad.
La esperanza que ofrece la sonrisa de un niño. Una familia con condiciones mejorables, padre, madre, hijo e hija, esta última enferma de nacimiento
Me encoge el corazón pensar que esa niña, puede no tener el futuro al que todos tenemos derecho, que nos corresponde por naturaleza y que a ella el destino le ha robado. Orgullo es lo que siento al ver a una madre luchar con todo el valor y el coraje que tiene, saber que lo dará todo hasta que no pueda más, por el simple hecho de que a sus hijos no les falte una sonrisa cada día, en esa cara inocente, pero desgarradora
Y por último, la sabiduría de una abuela. Sé que suena a tópico, pero no todo lo que debemos aprender, está en los libros. La vida es una profesora exigente pero eficaz. Mi querida abuela, sus ojos reflejan una vida llena de dolor, de entrega y de una valiosa humildad. Es un ejemplo de que la experiencia viene dada por lo que vives, una mujer que ha trabajado en New York, sin saber leer ni escribir, ese es el significado de la palabra luchar, de no esperar regalos, el valor supremo, como hacer lo que sea por vivir, por merecerte una vida
la voz de la experiencia, pero de la más valiosa, no la de un libro, la de una vida
Todo esto te hace amar la vida pero odiarla a la vez, por ser injusta, por crear sonrisas y destruirlas con llantos, por dar a unos tantos y a otros tan poco.
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