Querida Amiga.
Se con plena seguridad que mientras lees esta nota te estarás preguntando por que después de tanto tiempo de silencio decidí hablar.
Pues la verdad es que ni yo misma con seguridad lo se...
hoy cuando limpiaba meticulosamente mi habitación en busca de los trozos de mi corazón que andan desparramados por ahí encontré muy empolvado el sobre de la primera carta que alguna vez me enviaste, ¿lo recuerdas? ese día me sentía mas solitaria que nunca y andaba arrastrando mis penas dejando que la soledad me consumiera. Cuando leí tu carta no pude evitar llorar, ¿puedes creerlo? jamás había llorado en publico pero aquellas cosas que dijiste sobre una amistad interminable y una hermana sincera removieron cada fibra de mi alma...
¿O recuerdas cuando, decidimos llevar esta amistad mucho mas arriba haciendo aquel tonto ritual de la firma con sangre? ambas en aquel lugar, "nuestro lugar", juramos que mientras ambas camináramos sobre la faz de este planeta jamás nos separaríamos, juramos que nuestros hijos jugarían juntos (sabiendo que te repetí chorro sientas mil veces que no quiero tener uno), que ambas cambiaríamos la existencia de muchas personas...
Fue tan fácil decir aquellas palabras, fue tan fácil escribir aquel contrato y fue tan fácil firmarlo con nuestra sangre, pero hoy que un gran enemigo con el que no contábamos se interpuso en nuestros planes supongo que se quedaran en solo eso: planes.
Ninguna de nosotros dos pudimos luchar contra algo que es más grande que cualquier otro. esa distancia que hiso que lo que fue una maravillosa amistad llena de aventuras se resumiera a leer cartas empolvadas y mensajes olvidados.
Quizás para ti sea suficiente pero yo necesito razones de peso para seguir nadando contra la corriente, y un mensaje de texto o un repique en el celular no son una señal convincente de que quieras luchar por los vestigios de lo que fue todo.
Aun sobrevivo a base de Flashbacks para sustituir esa amiga que perdí, esa hermana que ya no esta y esa confidente que conoce cada uno de mis secretos...
No puedo mirar las fotografías que tengo archivadas en mi álbum sin llorar, no puedo ver el video que hice por ambas sin sentirme una miseria, no puedo seguir viviendo sabiendo que la persona que llegue a amar (quizás gracias a esa personalidad lésbica que emergió aquella tarde en la que me confesaste tu homosexualidad) prefiere dejar que esto termine por si solo, dejando cicatrices y marcas en vez de acabarlo de una vez limpiamente.
Pensaras que es egoísta de mi parte terminar esto sin siquiera verte a los ojos, tal y como hice cuando me fui sin una explicación y sin siquiera decir adiós, pero actuó como una criminal. Me voy por el todo o nada y no puedo seguirle apostando a algo que no muestra mejorías.
Así que, después de todo no estuviste para mi cuando la lluvia cayo, o como estuviste antes como dice aquella canción que cantaste para mi.
Le rogare al gran dios Zeus que ilumine tu camino y te lleve por un sendero exitoso, espero de corazón que me odies pero que no me olvides que yo te recordare de vez en cuando entre lágrimas y algún cigarro.
Andrea Gomes
Es un buen texto en forma literaria, llena de emocion y muchos anhelos que se quedan truncados por algun mal, eres muy buena en jugar con las emociones y dar algo como esto, te feclicito andrea, cuidate.
