Comedia
La comedia vino a mí
desde el añejo tímpano
de un ocaso sin molestias
de carácter sexual.
Triste fue asignarle al mundo
brisas de nácar y emblemas
de puro presentimiento;
triste fue escuchar lo de siempre
(bla, bla, bla
),
como agua que no mueve molino.
La comedia en cada amonestación,
en tu aislamiento matutino,
en el giro y en el alarido
que nunca escuché
a causa de las sospechas.