La Carta Final.
Sobre papel el sauce escribiò las que serìan sus ùltimas palabras.
En primer lugar pedìa perdòn a la ardilla que siempre viviò
en un hueco sobre èl, pues renegò tantas veces de sentirse
asfixiado por un intruso, pues ahora que tanto estaba pensando,
supo que sin ella, se habrìa encontrado totalmente solo,
aunque renegò del agua, esa que cae desde el cielo,
el agua tan pacifica que le daba vida, ¿Vida?
Comprendio que al renegar, se burlaba de su propia existencia,
sin esa agua tan oportuna, sus raices hubiesen quedado
secas ya desde hace muchos, muchos años atras.
La tierra firme quien le soportaba, estaba prestàndole su
atenciòn, pues el sauce quedò solitario al marcharse
de la ardilla que tanto maldijo y al desaparecer de la lluvia
que le mojaba y daba alivio, siempre, para mantenerse fuerte.
Què làstima que no pudo agradecer, simplemente se enojaba,
por eso fue que decidiò escribir, plasmando sus màs sinceros
y calurosos sentimientos en su privilegiada carta final.
