Hoy he ido al medico.
He ido con mi seguro privado a una de las clínicas más caras de Barcelona para recibir una asistencia que valga la pena acorde con el coste de mi mutua.

Le dije al doctor que estoy deprimido... Que no puedo más.
Que estoy harto de que mi vida tenga que ser dura mientras cargo con el peso de esta realidad.
Mientras intento alegrar e iluminar al mayor número de personas que se topan en mi vida, enseñándoles de moral, ética y poesia. Aconsejándoles en sus dudas, apoyándoles cuando se derrumban, haciendo de paraguas cuando viven una tormenta.
En los momentos sombríos, desolados y fríos.
En los momentos alegres, cálidos, dulces y agradables.
En los momentos grises, apáticos, corrientes y aburridos...
Siempre estoy allí. Dando mi mayor empeño en una sociedad malagradecida que no duda en apartarme, maltratarme y abandonarme si tienen la oportunidad... A pesar de que yo les haya ayudado... A pesar de todo.
Un mundo cruel, frío, individualista y malagradecido... Todos los humanos son iguales.

Le dije al doctor que me siento solo en este mundo amenazador. Que me siento desolado en un mundo que se empeña en hacerme daño a pesar de que yo me haya empeñado en darle lo mejor de mi.
Un mundo de mierda, con gente de mierda, testigos de mi vida de mierda, mientras sus vidas parecen acomodadas a pesar de hacer este mundo una mierda.
Todo se vuelve cada vez más cínico, más loco. Yo incluido.

El medico me dijo que el tratamiento es sencillo:
Todo lo que necesito es recuperar la esperanza, la luz... Aquello que brilla y que clarifica el alma y te hace ver esta realidad más brillante, apreciando cada aspecto de la vida y de la existencia a pesar de sus defectos que no hacen más que complementar la perfecta imperfección y el balance existencial de este.
Para ello, el mejor tratamiento sería asistir a la función del gran y maravilloso payaso Voielo. Este payaso extrangero ha llegado a la ciudad y ha de alegrado a más de un corazón bucolico y perdido. Es un profesional de la comedia y repartiendo felicidad a quienes le admiran. Es todo un poeta, un artista...
Te puedo jurar que esto te animará... No solamente valdrá la pena, sinó que no volverá a sentirla en mucho tiempo.

En ese momento, mi corazón se estremeció.
Empezé a llorar descontroladamente en la sala, con la presión arterial tan alta que sentía que mis venas iban a escaparse de mis brazos, que mi cabeza saldría desprendida de la cabeza y que el corazón iba a romper mi torax desde dentro.
La respiración se me aceleraba, la ansiedad surgia desde lo más profundo de mi ser. Las lagrimas salían de mis ojos de forma descontrolada, y las ganas de gritar crujían mi ser.
Apreté mis dientes tan fuertemente que uno empezó a sangrar... Mis dedos rasguñaban mi cara tan fuertemente que más de una uña se me rompió y varios cabellos arranqué en aquel ataque de frustración.

El doctor, desconcertado por mi estado de ánimo me inyectó un calmante que hizo efecto lo suficientemente rapido como para evitar que se escuchen mis gritos de desesperación en la sala de espera y en el vestibulo del hospital...
Me preguntó porqué de repente mi estado de deprimente pasó a autodestructivo de forma activa...

Doctor... Sé que mi vida en sí es un chiste, un muy mal chiste.
Yo soy Voielo.
Mi vida es un chiste... Ha llegado el momento que cierre el telón.

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1 Comentarios

• 

  Maruska

  Me parece un texto desgarrador y sincero, aunque podría ser ficción nunca se sabe en este caso. Teniendo en cuenta que no me dedico a la psicología, solo podría darte un humilde consejo que me dieron a mi hace algún tiempo. Primero tienes que quererte a ti mismo, debes de pensar que eres fabuloso para ver las cosas desde otras perspectivas. Seguro que eres un crack! Escribes muy bien!

  18/03/21 11:03