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Historia Incompleta. Capítulo 1

Hanna se despertó, con un terrible dolor de cabeza y con sensación de aturdimiento. Como si tuviese la peor resaca de su vida. Miró al alrededor y tardó en enfocar. No sabía donde estaba ni como había llegado allí.
Era una habitación oscura, lóbrega y con un fuerte olor a rancio. Parecía la habitación de un hotel... A pesar de la oscuridad veía bastante bien, no obstante se incorporó, y buscó el interruptor de la luz. Lo accionó. Estaba tumbada en una cama de matrimonio. Unas mesillas, un armario ropero, una mesita con una televisión y un sofá, componían todo el mobiliario.
Se asustó un poco, ¿ cómo había llegado hasta allí?. Se dirigió al cuarto de baño. Se lavó la cara, tratando de despejarse un poco mientras pensaba qué hacer. Se miró en el espejo: tenía heridas recientes en la cara, todas ellas cicatrizadas... entonces recordó el accidente que habían tenido y en seguida un nombre le vino a la cabeza:
-Louis... ¿dónde estás?- Se sintió confusa, su reloj interno le decía que habían pasado días desde el accidente, sólo que había estado “dormida”. Una sensación de hambre la invadió y también de sed. Llevaba días sin comer, era normal. Dio vueltas por la habitación, buscando algo que comer... Encontró una nota en la mesilla. Era una carta, iba dirigida a ella. Con una caligrafía en cursiva impecable:

“ Hanna:

Cuando despiertes, posiblemente estarás sola. Hay algo para ti en la nevera que hay junto al sofá. Tómalo, te sentará bien, pues te sentirás débil. Lo que puedas necesitar, lo encontrarás en esta habitación. No salgas sola, todavía eres débil, sería peligroso. Pronto te darás cuenta de que has cambiado, y necesitarás un guía si quieres sobrevivir.
Espera mi llegada antes del amanecer.”

Hanna terminó de leer, sin comprender demasiado. ¿Qué querría decir con que he cambiado? Un poco intranquila se miró a si misma como esperando ver algo extraño, pero no notó nada. Dirigió la vista al sofá, sí, efectivamente allí había una pequeña nevera, supuso que habría algo de comer allí dentro. Lo de que no saliese de allí la inquietó un poco. No pudo evitar preguntarse quién había escrito la carta, quiso creer que fuera Louis, pero enseguida desechó la idea. No podía haber sido Louis, porque él no tenía ese tipo de letra. Tenía que ser de otra persona... una persona desconocida que la había llamado por su nombre. Frunció el ceño, la idea no le gustó nada.
Trató de pensar con rapidez, porque estaba algo asustada, tras haber tenido un accidente, no saber que había ocurrido después, despertarse en un lugar desconocido... supuso que alguien la había llevado hasta allí, quizá la misma persona que le había escrito la nota... Pero tenía el estómago vacío, necesitaba alimentarse, seguro que después de comer algo se sentiría mejor. Fue hacia el sofá y con intención de abrir la nevera, todavía con la nota en la mano. La abrió. Lo que encontró allí le pareció extraño. Sólo había dos bolsas con... sangre. Le pareció una broma de mal gusto. ¿Para qué iba a querer ella unas bolsas con sangre? Puesto que no había nada más cerró la nevera.
No le gustaba estar allí, no sabía quien vendría al amanecer, pero no podía ser una persona muy normal si tenía bolsas de sangre en su nevera. Decidió marcharse. Se encaminó hacia la puerta. Giró el pomo de la puerta.
- Que esté abierta, por favor...-Dijo suavemente, casi suplicando. No, la puerta estaba bien cerrada. Con una sensación de fastidio, exclamó:
-¡Mierda!, y ¿ahora qué?
Unos segundos de silencio. Trató de abrir la puerta nuevamente, pero finalmente desistió. La puerta estaba cerrada con llave y sin llave no haría nada. Echó un vistazo por la mirilla de la puerta. Pudo ver un pasillo, estaba poco iluminado, no vio ni escuchó a nadie. Definitivamente, hoy no era su día de suerte, pensó. Lo único de interés que pudo ver a través de la mirilla fue que había una puerta justo enfrente de la suya, y estaba numerada con el número 307. Suspiró, Eso quería decir que estaban en el tercer piso de un hotel, la idea de saltar por la ventana le pareció una locura.
Volvió a leer la nota. Ponía que no saliese sola, como si esa decisión dependiese de ella y sin embargo parecía estar encerrada. Miró el reloj que llevaba en la muñeca. Marcaba las 4:30 y ponía que era 6 de Octubre... calculó que habían pasado 3 días desde el accidente (nunca había dormido tanto) y que no faltaba demasiado para que amaneciese. Trató de concentrarse y pensar. Tuvo una idea. Tenía que darse prisa, tenía muchísima hambre y algún tipo de intuición, corazonada o como se llamase le decía que debía largarse ahora mismo. Como guiada por una voz interior, supo como salir de allí.
Se dirigió al armario ropero. Lo abrió. Había ropa oscura de hombre, que le pareció un poco extravagante. Y un abrigo de mujer con capucha. Fuera habría frío, lo cogió. Parecía hecho a su medida y se lo puso. Abrió el último cajón, esperando encontrar algo útil allí. Había un maletín. Lo abrió. En su interior, una pistola. Tenía un nombre gravado; Alice. No le gustaban las pistolas, pero tenía la “sensación” de que le haría falta. Guardó el arma. Y se dirigió a la cama. La deshizo. Cogió sus sábanas y ató sus extremos. Fue hacia la ventana, que estaba abierta. Todo le pareció muy sencillo. Ató lo más fuerte que pudo el borde de las sábanas a la pata del sofá más próxima a la ventana. Arrojó las sábanas al otro lado de la ventana y bajó, empleando su invento a modo de cuerda. Satisfecha por su hazaña se alejó a paso ligero.


Todavía era de noche y estaba lloviendo. Se puso la capucha, convencida de que así nadie la reconocería, ni siquiera la persona que la había encerrado en el hotel. Caminaba por la acera de una calzada estrecha y oscura. Todo le era desconocido. Había vagabundos cobijados en diferentes sitios, la miraban con miradas inquisitorias al pasar por ellos. Dos mujeres muy ligeras de ropa, vestidas con minifaldas y con camisetas de escotes exagerados, le dijeron algo, con voz burlona:
-No eres de por aquí... ¿te has perdido?. ¿Dónde están tus papás, guapita?...
Esto era el colmo, pensó Hanna, lo último que le apetecía en ese momento, era soportar las mofas de unas fulanas. No estaba de buen humor, estaba enfadada y tenía muchísima hambre. Tenía la certera sensación de que como no comiese algo pronto se desmayaría...
-Mira sus ojos, parece que esta drogada... No me sorprendería nada.-Continuaban las prostitutas hablando entre ellas, sólo que Hanna ya no las oía. En su lugar escuchaba otra voz cada vez con más claridad. La de un hombre con voz seca... La voz venía de la cabeza de Hanna:
-Mátalas, mátalas, mátalas...¡Mátalas!
Por un momento tuvo la tentación de coger la pistola... pero se contuvo. ¿Qué le estaba pasando, se habría vuelto loca? Continuó su marcha, dejando atrás a esas mujeres...

El hambre se hacía insoportable. Ya no pensaba claramente. Se metió en un callejón. Se apoyó contra una pared y se dejó caer. Se sentía fatal. Estaba perdiendo el sentido. Y estuvo así quince minutos. Ida. Escuchó nuevamente la voz:
-Hanna, levántate... me estás decepcionando. No me hagas ir a buscarte como si fueses una niña pequeña...
Se despertó, definitivamente había perdido el juicio. Escuchaba esa voz... Todo esto era una locura, se preguntó si todo sería real o una pesadilla. Quizás todavía estuviese dormida... Trató de engañarse a si misma con esa idea.
Se incorporó, estaba decidida a entrar en el primer lugar que encontrase en el que pudiese comer algo. Además llovía mucho, estaba empapada, tenía que refugiarse en algún sitio...
Avanzó por el callejón, sin saber a donde iba. Al fondo del callejón había una especie de bar. En unas letras en neones rojos, ponía Seven Sins . Se acercó. Llegó allí, bajó unas escaleras. Antes de abrir la puerta titubeo unos segundos. Tenía la sensación de que este era el destino de su paseo, se preguntó por qué. Prefirió no saberlo. Abrió la puerta y entró. Volvió a oír la voz, esta vez con más nitidez como si viniese de algún lugar cercano;
-Te estaba esperando... Hanna.
Arianne27 de septiembre de 2008

11 Comentarios

  • Purple

    guaaaaaa... kiero m?s... k intriga, jo k ta muy bien, sigue k perar? pa la siguiente, un besaso y un abrazo... hasta la siguiente

    27/09/08 03:09

  • Arianne

    Graaacias!! Acabas de subir mi autoestima xD. la historia empieza en el pr?logo... T? tambi?n escribes guay.. Un besazo!!

    27/09/08 03:09

  • Purple

    gracias..... es k deveras que ta super guay, deveras k espero la siguiente.
    un beso... chao

    27/09/08 03:09

  • Dama

    Esto me est? gustando y mucho, no dejo de pensar en LOuis, en como estar? ...por que por lo que recuerdo no muri?...qu? nerviosssssssssssss

    A esperar tocan .

    27/09/08 03:09

  • Arianne

    Muxas gracias a las dos, en serio. En el fondo esta es una historia de amor... Louis anda por ah?... Quiz?s. Besazos.

    27/09/08 03:09

  • Namari

    Uffff qu? intriga..... me gusta! :-) Gracias, bezotes

    27/09/08 04:09

  • Namari

    Por cierto aparece nuevemente el 307....

    27/09/08 04:09

  • Arianne

    Gracias Namari por leerme.

    Muy obserbadora con lo del numerito. S?lo decir que termina en siete por ser mi n?mero favorito por muchas razones...

    besis

    27/09/08 05:09

  • Nanceci

    wo0o0o0o0o0o0o me encanto esta super chida la historia encerio que buena esta me quede impactadicima muy chida....
    ciao ciao

    04/10/08 05:10

  • Deathxlove

    Me encant?...tiene pinta de ser de vampiros...mi favoritas^^

    SANGRE,SANGRE,SANGRE,SANGRE,SANGRE...

    Saludos!

    05/10/08 09:10

  • Arianne

    Gracias nanceci y deathxlove.. Guay q os guste.

    No me gustan los personajes perfectos y felices... Si son extravagantes despiertan mas inter?s a mi juicio.. Vampiros, lic?ntropos, psicopatas, personajes depresivos y atormentados, solitaros...

    Venga, un beso chicos..

    08/10/08 08:10

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