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Sangre

Steiner decía que la sangre es un fluido muy especial. Pienso que es verdad. Es sinónimo de vida; nos llena las venas, hace que nuestro cuerpo se ponga en marcha, hace que se nos acelere su recorrido cuando amamos, cuando tememos, cuando padecemos… También es muerte. Imposible no identificar con muerte la sangre derramada, las gotas de roja sangre manchando el suelo de una calle. Nacemos ensangrentados, confundidos nuestros fluidos con los de la persona que nos dio la vida; y algunos mueren de la misma manera, también ensangrentados.
También dicen que los lazos de sangre son los más profundos. No lo sé; creo que si son muy profundos y a veces inquebrantables, pero no los más profundos. Al fin y al cabo, ¿hay alguien que haya elegido a su familia, de donde proviene o donde nace? En cuantas ocasiones son más importantes esos lazos que voluntariamente vamos atando a lo largo de nuestras vidas. Aunque luego se desaten como lo hacen en invierno las tormentas. Pero mientras han estado, nos han unido a personas que han dejado un poso indeleble en nuestras vidas. Y quizás entre esos lazos haya afortunados que tejen algunos para siempre. De esas ataduras voluntarias que van más allá de la vida y de la muerte, de los recuerdos, de la risa y del llanto.
Por eso, aunque la sangre sea un fluido muy especial, no es el único especial; y quizá pesa más la elección de con quien queremos compartir penas y alegrías, a quien elegimos libremente entre muchos para desnudarnos en cuerpo y alma y enseñar lo que nadie ha visto, lo que a ningún ser humano nos hemos atrevido a mostrar. A cada uno le resultará difícil enseñar una cosa distinta: el miedo, la debilidad, la vulnerabilidad, el ansia de ser amado, el miedo de amar, el egoísmo, la crueldad, la incapacidad de decir “te necesito”. Pero casi ningún ser humano elige a alguien de su propia sangre para ese destape moral, doloroso y la mayoría de las veces traumático.
Beth28 de marzo de 2014

9 Comentarios

  • Asun

    Grandes verdades nos dices, la sangre sin duda une de manera invisible a los que llevan la misma. Pero no es con ellos con los que queremos compartir nuestra vida, generalmente es al contrario. Suele ser con los que peor nos llevamos y a veces de forma insalvable.
    Muy acertada reflexión.
    Besos y buen finde

    28/03/14 06:03

  • Buitrago

    ...esas ataduras voluntarias que van más allá de la vida y de la muerte, de los recuerdos, de la risa y del llanto...

    Solo esto... cuanto y cuanto.
    Abrazos

    Antonio

    28/03/14 06:03

  • Beth

    Así es Asun. Y suele doler mucho, pero es que la verdad siempre duele. Un enorme beso

    28/03/14 08:03

  • Beth

    Las ataduras voluntarias, mi querido Antonio, siempre son esas que no nos oprimen y de las que no queremos desatarnos. Un beso

    28/03/14 08:03

  • Superandoloimposible

    Fabuloso!!!! Yo no lo hubiera podido decir mejor. Has nombrado el significado de sangre pero llevado a un territorio mas común y coloquial, acompañado de un gran sentimiento. Me ha gustado mucho :))

    28/03/14 11:03

  • Beth

    Muchas gracias. Es cierto que la sangre tiene muchas acepciones, esta es solo una mas de ellas. Saludos cordiales

    28/03/14 11:03

  • Sandor

    Hermoso texto...yo incluyo a mi madre...lo dio todo por mi,nadie me quiso como ella;sabía cuando estaba triste...alegre...todo,BHET...nada nunca me pidió...solo me dio. La llevo en la sangre.
    Un abrazo
    Carlos

    07/05/14 03:05

  • Beth

    Quizá las madres sean las únicas que lo dan todo a cambio de nada. Al menos las madres que saben serlo, que no todas saben, porque ser madre no es solo parir, sino todo lo que viene después. Un abrazo

    07/05/14 06:05

  • Beth

    Quizá las madres sean las únicas que lo dan todo a cambio de nada. Al menos las madres que saben serlo, que no todas saben, porque ser madre no es solo parir, sino todo lo que viene después. Un abrazo

    07/05/14 06:05

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