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Los Detalles de mi Marido


Mi marido siempre anda por su parte de la casa y yo por la mia. No es que tengamos fronteras ni nada de eso, no, que esto no es un castillo ni al ala norte para mi y yo me quedo con la del este que es donde está la colección de cuadros de los antepasados de la familia, no, pues claro que no.

El es feliz con sus matitas, sus flores en el jardín , esas que no me deja tocar ni muerta y que luego cuando nos vienen a visitar, las amables visitas me miran a mi, la señora de la casa y me dicen: ¡Ay que plantas más lindas tienes! Y claro el me mira con cara de ...con la cara esa que pone con la rabia por dentro y la mandibula apretada, como yo lo conozco la traduzco enseguida que para eso una sabe francés y entonces yo digo lo que digo siempre: ¡Ya quisiera yo! Mi marido es el que cuida las flores, a mi no me deja ni tocarlas... Como me aburre decir siempre lo mismo, ya directamente me pongo el play, toco el botón del play y sale sola la retahila de lo de las plantitas. Entonces le cambia la cara, me pone la mano en la rodilla, cuando hay visitas más, que es como poner el sello de marido y ya me puedo poner a pensar otra cosa, que es lo que más me gusta, mientras los demás hablan (cuando hablan de los mismo). Tengo experiencia en asentir o negar y poner cara de “yo no fui” mientra me abstraigo. Puedo estar o parecer que estoy y pensar en mis cosas. Sin embargo para conseguir el punto de flotadora del eter necesito saber que él, mi marido, está bien, cómodo y a gusto, tenga el sello de marido puesto en mi rodilla o encualquier otra parte del cuerpo de su mujer. Si el está bien entonces floto, me encanta flotar por la casa.

A él le gusta la tele y las va encendiendo cuando pasa delante de ellas, las enciende como quien cumple un deber ineludible, luego se va a otro cuarto a encender otra tele. Llego después yo a ese lugar donde hay una tele encendida y la apago porque no me gusta la tele ni la voz que sale de ella. Un dia de estos mi marido y yo tenemos que llegar a un acuerdo con lo de encender y apagar las cuatro teles que hay en mi casa o ponernos de acuerdo en los turnos de llegar a las habitaciones, que nuestra casa no es un castillo y todo consiste en ponerse de acuerdo en los entrares y salires y los encederes y apagares de los diversos aposentos de los que disponemos.

No hay discusiones con el mando de la tele porque a mi la tele me da repelús, incluso apagada me da grima, ni la dos, el canal de los documentales, para que nos vamos a engañar.

Es estupendo tener distracciones diferentes, eso hace que nos mantegamos unidos el por su lado y yo por el mio. Claro que ya me he dado cuenta que no es conveniente comentar las jugadas. Yo no te cuento sobre las historietas que he escrito porque a la mitad se te cierran los ojitos azules tan lindos que tienes, esos que abres al final de la historia conteniendo el bostezo y diciendo siempre lo mismo: ¡Muy bonita! Te cuente lo que te cuente, que ha me he dado cuenta.Una ves te conté un poema larguísimo y malísimo, con hadas y estrellas y almas y corazón y esas cosas que pican y tú como si nada, poniendome la carita atenta y la pestaña a medio cerrar, que te conozco, al final lo mismo ¡Muy bonita!. Como te aprecio no te voy a someter a la lectura de mis somníferos poemas. Es que hay que ser considerado, no sabes lo que te agradezco que tu a mi no me cuentes las intervenciones de los políticos en los foros esos y menos aún sobre quien se acostó con quién y lo que cobró por contarlo.

Esto es amor, de verdad te lo digo cielo, el no atormentarnos sin necesidad ninguna.

De vez en cuando nos reunimos en nuestra casa mediana, por ejemplo a la hora de comer y también para dormir, porque dormir y otros asuntos de lechos conyugales que ustedes comprenderán que no les cuente los detalles ni siquiera los por encima y menos aún los por debajo y me he vuelto a perder ¡Ah si! Que cuando nos reunimos para comer, nos contamos las cosas que nos ha ocurrido el por su parte de la casa y yo por la mia, y una vez nos narramos las incidencias acontecidas, añadidas a los aconteceres de lo que me ocurre a mi fuera de casa, porque el es habitante vitalicio y no sale casi nunca, entonces, cumplida la obligación conyugal de contar las cosas que no tienen importancia y guardar para una lo que de verdad importa, pues nos ponenos a comer. Y de repente, ocurre esa cosa que me dan unas ganas de comermelo a besos, a mi marido, pero claro, tengo que seguir comiendo lo que tengo en el plato porque con todo no puedo, y si hay algo que no soporto es la sensación de plenitud, hay que dejar un huequecito en el estómago, eso dicen los dietistas que salen por las mañanas en las teles que mira mi marido, el de la risa redonda. Además, el es el que hace y pone la comida en la mesa, y yo soy muy respetuosa con el trabajo de los demás, aunque sea el de mi marido.

Dice algo tan gracioso que me muero de la risa, se me olvida entonces los malos rollos del dia, todo se pone en su sitio y me alegro de estar en mi casa al lado de mi marido, al que tanto quiero y que me hace reir justo cuando menos me lo espero. Un marido jardinero y risueño, además de guapo, que entiende lo de las locuras de mis escribideras y que pone bajito las cuatro teles para que me pueda concentrar.

No saben ustedes lo que se agradece estos delicados detalles.

Briseida12 de febrero de 2008

11 Comentarios

  • Aquiles

    No sé que decirle a usted señorita escritora, porque usted ya sabe que el texto es muy bueno. Le hablaré del tiempo...en Valencia llueve...ya sabe Zeus se ha enfadado...Un diez de nuevo Briseida. Enhorabuena.

    12/02/08 07:02

  • Briseida

    Gracias Aquiles. Aquí en Canarias hace sol hasta de noche. próximo parte a las diez y cuarto, permanezcan atentos.

    12/02/08 08:02

  • Mejorana

    No sé por qué presumes tanto de ese marido tuyo que te riega tu jardín, porque ese marido se ha pasado a mis huestes y ahora es mío, señorita Briseida.
    ¿O tal vez no?
    Nunca sé donde pongo las cosas.
    Tu marido el de la sonrisa redonda el que te pone tan contenta.
    ¿Será por eso por lo que nos escribes esas cosas tan divertidas que nos haces reir a todos con tus ocurrencias?
    Bendita seas Briseida.

    12/02/08 08:02

  • Briseida

    Gracias mejorana, mi niña linda, tus palabras me consuelan mucho cuando no estoy alegre y cuando lo estoy multiplican mi alegría. Fíjate que me he pasado solo para ver si mi amiga me habia dicho algo bonito y nunca nunca te olvidas de darnos un achuchón a todos nosotros. Gracias.

    12/02/08 11:02

  • Mejorana

    ¿Será por achuchones? Los tengo a raudales. Vamos que no los aguanto dentro. ¿Qué quieres que haga con ellos si no esparcirlos?

    13/02/08 10:02

  • Franco

    jajaja muy bueno,nosere yo su marido???

    13/02/08 06:02

  • Briseida

    ¿Es usted regador de jardines? ¿Tiene los ojos azules? ¿Dice siempre pero siempre siempre que mis versos son muuuu bonitos? ¿Tiene la risa redonda? ¿sabe distinguir un cuadrado de un círculo"lo digo por la curvartura de la risa"?¿le encanta la tele y le limpia el polvo al aparato ( de la tele) siete veces al dia?
    Si no cumple todos los puntos de esta encuenta usted señor no es mi marido.

    13/02/08 07:02

  • Veronica

    PUEDO CASI IMAGINARLO. EN CADA UNA DE TUS LETRAS ESTA LA IMPRONTA DEL REGADOR DE JARDINES. SE VE QUE HA SEMBRADO MUCHO EN VOS, PORQUE EN TUS TEXTOS FLORECES. SALIO COMO POESIA. HERMOSO.

    13/02/08 07:02

  • Briseida

    Mmmm.....no se Verónica, no se que decirte. Es cierto que hay un lema que dice la tierra pal que la riegue, no, así no era. Vámonos pal huerto y déjate de teles?No, así tampoco era. En fin, cuando recuerde el refrán te lo comento.

    13/02/08 08:02

  • Viviana

    Hola Briseida, realmete me vi reflejada en este breve cuento. Yo tambien tengo un esposo como el tuyo, se encarga de la casa, del jardin, la perra, a parte de su trabajo, y sí, también algunas veces le leo algunos de mis cuentos, también se aburre , pero me respeta y me alienta.También comentamos lo justo y necesario, nos llebamos muy bien, él por su lado yo por el mio.

    22/02/08 10:02

  • Briseida

    Si, es muy cómodo tener un marido así. También tengo un novio de papel. Gracias Viviana.

    23/02/08 11:02

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