Te camino una y otra vez, estas aquí en mi día a día, en esa fuente inagotable que se llama amor, mezcla de deseo rabia y decepción, es el grito desesperado que te pide que regreses, tan poco te importa que no tuve derecho a una despedida.

Sólo te fuiste así, dejaste la puerta abierta y te marchaste, sabías el daño que me hacías y no te importo, me dejaste el corazón sumido en este océano de incertidumbre, de dudas, si todo era perfecto porque te marchaste, porque te callaste, me dejaste como un condenado a muerte que es inocente; con una capucha en la cabeza, sabe que va a morir y no sabe porque.

Si tan sólo me hubieses dicho porque, no me habrías condenado a sufrir tu ausencia eternamente.....

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