Imposible es sin exagerar,
saber el peso en lágrimas perdidas
por esas madres, todas ellas
castigadas por la inmundicia
intolerante, ignorante y detestable.
No creo posible que bajo sus piernas
pueda esconderse más pena,
ni más rabia entre las grietas de la tierra.
En la plaza de todos los mayos
su grito no entiende de fronteras.
Vanas se hacen las plegarias,
¡los desaparecidos no regresan!
pero sus memorias intactas
se alimentan de esas muchas almas
que con anhelo& aguardan.
Eternas las madres del ayer y de mañana,
que cuan eco de la mariposa,
tímida y discreta, sencilla hacen la vida
con su esperanza bien vestida.
Destacan sus pañuelos blancos
sobre la mentira del olvido,
sobre el miedo y su presidio,
sobre la amargura del vacío.
Admirable es,
la lucha de tan grandes mujeres,
la voz que sostienen,
el aire que las envuelve.
Admirable es,
su llanto incorruptible.
Hoy, día de la madre, quería dedicar a unas muy en especial, estas letras, y como a ellas, a los millones de desaparecidos que aún hoy, encierra el olvido.
De niña las vi por primera vez, mujeres, madres con fotografías de sus seres queridos desaparecidos. Con sus pañuelos blancos y su valentía como escudo, admirable su lucha.
Muy buen poema Buitrago, bello homenaje.
Un abrazo.
Me gusta mucho como escribes.
Sobre este texto en particular, me pliego a tu homenaje.
Horrendas dictaduras todas, donde los infiernos siguen existiendo sobre esta misma tierra hoy, el humano no aprende nunca... y el daño que pueden hacer unos pocos, con poder.