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Viejo Amigo

Un amigo me invitó a tomar algo, me dijo que tenía que hablarme de algo serio. Sobre las 14:30 nos encontramos en un café. Pedí lo de siempre, café solo y sin azúcar, después de un sorbo pasó a contarme que era lo que le pasaba. - Me gusta una chica y no se que hacer - tenía un tono de amor y melancolía en cada palabra que soltaba - no se que hacer, te lo juro, a veces estoy mal y otras me siento feliz, parezco una montaña rusa - nos reímos, otro sorbo de café y empezó a jugar con la cuchara, jamás lo había visto así, mi amigo es un poco especial, muestra sentimientos muy de vez en cuando, su respiración se transformó en un suspiro constante, es como si no estuviese en este mundo por momentos.

- ¿Le has dicho lo que sentías? - es la pregunta clásica cuando hay temas así - Sí, lo hice, de muchas maneras - apretaba la cuchara como si se fuese a desatar una guerra en sus ojeras, fueron dos segundos de silencio, se rió, soltó la cuchara y se acomodó en la silla - Sabes... Hay cosas que es mejor dejarlas así, uno nunca sabe que puede suceder, si es la correcta, capaz que no soy el indicado para ella tampoco, podría ser que nuestros caminos tengan rumbos distintos y el algún momento tendríamos que soltarnos - Su voz había cambiado, firme como si estuviese convencido de cada palabra que dijo, pero sus ojos sentían luchando. Una charla típica de un café, el bullicio de la gente se confundía entre risas y cucharas que golpeaban la tazas, los autos que transitaban del otro lado de la ventana dejando el humo y el asfalto húmedo de las lluvias pasadas. Hicimos una pausa, yo miraba hacia los alrededores, tanta gente, tantas vidas que uno no conoce su camino, suspiró y volvió a soltar - no se que hacer, tengo miedo pero a la vez no, es como una bomba de tiempo a punto de explotar, pero no me alejo, me encantaría que me explote en la cara - Lo miré con cara rara y luego se rió.

Tomo aire, lo mantuvo y suspiró de nuevo, se volvió a acomodar en la silla, con los brazos apoyados sobre la mesa, me miró fijo y me dijo - Vinimos a este mundo sin saber que carajo nos vamos a cruzar, algunos se van antes, otros tuvieron vidas de mierda, otros la siguen teniendo, algunos pudieron resolver el código enigma que nos presenta la famosa vida y ahora viven lo que siempre soñaron y nosotros aquí, con un café hablando sobre una chica - Que pensamiento profundo, le mantuve la mirada fija y le pregunté - ¿Qué le viste que te tiene tan raro? - No contuvo la mirada, sonrío y miro una servilleta, agarró un lápiz de su mochila y empezó a dibujar mientras me contaba - El problema no es lo que le vi, si no lo que le sigo viendo. Tiene una vida distinta, un camino alterno al que yo camino, si no nos hubiésemos conocido de esa manera jamás la hubiese visto si quiera, tenemos algunas ideas iguales y otras totalmente diferentes, somos como agua y aceite, pero cuando la veo sonreír, cuando me habla, cuando miente fingiendo estar bien, cuando la veo de espaldas caminar, es... algo difícil de explicar.
- Estas enamorado - Fue lo primero que me salió decirle, esbozo una carcajada y me pasó a explicar - No, el amor es otra cosa, es un peaje que se tiene que pasar acompañado, no puedes enamorarte así porque sí, pero la verdad es que me gusta, la quiero, no la conocí hace mucho pero pareciera que fue hace tiempo, le conté cosas que jamás sabría un desconocido y sabe casi todas mis sombras. A veces me dan ganas de abrazarla, de besarla y otras me preguntó ¿Qué le vi? Luego sonríe, me habla, me mira, empieza a caminar y digo, claro, eso... - Atónito estaba, como una persona tan distinta podía llamarle tanto la atención, jamás serían compatibles - Creo que sería un error, no son muy compatibles - Levantó la vista, como buscando ayuda - Ese es el problema amigo, somos incompatibles a tal punto que somos totalmente compatibles, no todo lo igual termina por resultar bueno o perfecto, incluso con el tiempo uno acepta y adquiere ciertas costumbres del otro por más que antes las haya rechazado - ¿Por qué? No entendía su punto, nadie acepta lo que una vez rechazó, que locuras habla - Te pegó mal me parece - fue un chiste entre verdades - ¿Te parece? Aunque ella no lo ve así y podría ser que así sea mejor ¿Quién sabe? Puede ser que el futuro nos tienda una trampa y caigamos de nuevo juntos - Apretó la cuchara otra vez, pero con las dos manos, la miraba fija, hasta que le dije - Creí que te venía a salvar pero creo que tienes las cosas muy claras - La soltó y sus últimas palabras fueron - No amigo, yo te vengo a salvar a ti, si tu te salvas, yo me salvo -

Apareció el mozo con la cuenta del café, uno solo, volteo y miro mi reflejo en la ventana, sonreí antes de irme, esperando poder salvarlo, poder salvarme. Gracias viejo amigo, me hacía falta verme conmigo otra vez.
Cafefrioenpapel04 de mayo de 2018

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