Delirium Parisence
Seguro. En la actualidad nuestra descomposicion ha tomado rumbos más silenciosos. Durante el siglo pasado, por allá en los 30's, la desesperanza era más evidente, menos hipócrita. Tengo la impresión de que el drama de la desahucía se expresaba en el mundo sin ningún reparo ni vergüenza, y de que el ombligo histérico de la confución, el agujero, la vagina, el punto en el que colapsaba el caos en con ese grito melancólico era París... El fruto más bello de todo el melodrama era ese parís de poetas y putas en las calles, todos indudablemente muertos, andrajósos, victimas del dulce abandono de Dios... Todos tan harapientos, tan concientes de la vida y de la mofa divina que es la sociedad.. ese parís bohemio, perdido, tan dolorso, tan herida abierta.. ese parís que sufrió Miller a carne viva y que Cortazar empleó como escenario...
Hoy no existen ombligos. La gangrena que nos devora ascendió a un proximo plano: una etapa en la que el colapso y el caos son tácitos, y no hay ombligos, ni poetas, ni putas harapientas en un rincon de la rue, sino un dolorsito oculto silenciosa y astutamente por una pila de Mc Donald y Coca-Cola y neoliberalismo y vacio en la cabeza, y tanta cosa que acarrea el milagro del modernismo occidental...
Un amigo me habla de depresión, de un escalón chueco en las gradas de la evolución, una escala a la que hay que pisar inevitablemente, para llegar a la cumbre. A mi me parece otra cosa. Siento que la historia entera es una gran depresión temporal. Algo que empezó antes del nacimiento de este basurero y a lo que sin duda son sometidos los seres concientes: los libros, los hombres, los violines, las brujulas.. toda esa basura.
