Olvidarte
Cada vez más sola, rodeada de gente.
Que si el viento viene a empujar
sólo encontrará, las cicatrices
que dejaron la soledad.
Viviendo en la locura
abrazada a la sinrazón
cuando todo lo que quiero me dice no.
Voy dibujando desde temprano por la mañana
tus ojitos y tu sonrisa
que desaparecen a carcajadas.
Y cierro los cajones dónde guardo
todo el daño que me hiciste
con lo que aún queda por llegar.
Y vuelan moscardones al olor
de esas mentiras y tus traiciones.
A codazos con el tiempo
no me entretengo a mirar
¿para qué?
Si todo lo que viene... ¡es igual!
De nada vale, nadie soy.
Nadie que se pierde entre los bares,
entre la maleza de los parques
nadie en los bancos y entre portales.
Del llover, de la oscuridad de los días
de mierda y de nada.
Del hedor del querer,
del saber, que sirvió
para dañar las verdades
que a medias contabas.
De que sobra todo lo que llega después.
De camas vacías
de charlas con el olvido,
de tantos soles sorprendidos.
De esta casa sola y temblorosa
de los buchitos de vino
de las largas horas ...
Y mi corazón huyó de mí,
decía que se marchaba
que no lo esperara.
Que había entendido por fin
que ni las penas ni las alegrías
tienen lugar para vivir.
Y no me siento con ánimo, hoy en la cama me quedaré,
a dar saltitos en los charcos de barro
a vigilar la ventana de tu cuarto.
A echar a corre, trasegar por caminos perdidos
y así ya no sueño contigo.
