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El Reino Conceptual..


¿Dónde queda el Reino de Patagonia? Algunos han dicho que sólo en la mente afiebrada de un aventurero francés. Otros sostienen que ya no existe, que ha sido destruido, que es cosa del pasado.

Pero ya os he explicado que nada de eso es verdad – o quizás ambas cosas sí lo sean, aunque sólo en parte- porque esas medias verdades sólo pretenden ocultar la realidad remplazándola por un mito malintencionado: Disminuir su legitimidad y la de su actual, única, legítima y verdadera casa real, la Casa de la Tudesia-Patagonia.

Y entonces ¿Dónde queda ese discutido Reino de Patagonia?

Pues que la respuesta es simple: En la Patagonia.

Alto, no tan rápido, no os apuréis que podéis volcar en la primera curva.

Sin duda alguna el Reino de Patagonia se encuentra en Patagonia. Pero ni es ese su exclusivo ámbito geográfico, ni mucho menos su ámbito conceptual.

De a poco. Paso a paso. ¿El Reino de Patagonia se halla no sólo en Patagonia? ¿Dónde más? ¿Conceptual? ¿Qué significa que el Reino posea o se extienda sobre un “ámbito conceptual”?

Si. Conceptual. Porque si el anterior príncipe francés Felipe Boiry sostuvo que su reino había sido destruido y por lo tanto renunciaba al título real, don Astolfo, rey de Patagonia por la Gracia de Dios, ha expresado en forma inequívoca que el Reino existe, y que existe más allá de su extensión geográfica, porque el Reino no es un reino meramente geográfico sino un reino conceptual. Tiene rey y tiene vasallos -que no súbditos-, porque para serlo se requiere de una expresa manifestación de la voluntad. En palabras del Rey:


"Son tenidos por vasallos del Reino quienes se tengan por tales, y no aquellos a quienes se pretenda tener por tales ni aquellos a quienes se tienen por súbditos, porque la pertenencia al Reino es voluntaria y requiere manifestación de voluntad de parte del vasallo y aceptación por parte del Reino."


¿No es acaso esta definición constatación precisa de que el Reino es un reino conceptual? A este concepto se suma el de las nacionalidades múltiples. Cualquier criollo puede acreditar múltiples nacionalidades. El mismo Rey don Astolfo poseía tres: La argentina, la española, y por supuesto la del Reino, al igual que sus hijos. Y alguno de sus nietos cuatro, sumando la chilena.

¿Nacionalidades múltiples? Vaya dislate. La Tierra está repartida entre las diferentes naciones, y cuando una apetece el territorio de otra sobreviene la guerra. Porque la tierra y los súbditos que pertenecen a una no pueden pertenecer a otra. ¿A qué leyes estarían sometidos entonces?

Os respondería el rey –que como a señor de la Tudesia le habría sido otorgado el secreto de la Sagrada Sabiduría con el aliento vital- y que por lo tanto sólo podría hablar con verdad:


“¿Acaso habéis visto alguna vez una frontera? Habréis visto un río o una cordillera que ofician de frontera, algún puesto de guardia o una barrera, quizás una cerca, una muralla o un simple letrero. Pero no una frontera, porque las fronteras no existen sino como manifestación de la soberbia de los hombres. Porque los soberanos de las naciones pueden pretender apropiarse del territorio, aún del ajeno, y hasta de las personas. Los soberanos de las naciones pueden hacer valer sus leyes en determinada extensión del territorio y sobre determinadas personas. Pero apropiarse es señorear pero no adueñarse, porque la Creación tiene un Único dueño. Y aquellos que colocan cercos y muros y murallas es porque en su necedad no han aprendido las lecciones de la Historia, que ni el Muro de Adriano, ni la Gran Muralla China fueron más que expresiones de la soberbia humana, los mayores despilfarros de esfuerzos y recursos en pos de un imposible.”


Sólo la Iglesia y su cabeza el papa como administración en la Tierra de la Creación de Dios pueden conceder el privilegio e imponer las obligaciones inherentes al gobierno en cabeza de un rey por la Gracia de Dios y señorear sobre gentes y tierras. Por eso don Astolfo, rey de Patagonia por la Gracia de Dios; ha emitido un decreto real ratificando la jurisdicción territorial del Reino –que no la propiedad, que pertenece al Señor- conforme la concesión del papa

Alejandro a los reyes de Castilla, Asturias, León y Galicia y las designaciones en cabeza de la Casa de la Tudesia que oportunamente aquellos hubiesen efectuado para mejor gobierno y mayor servicio a la Gloria de Dios:


“En el casquete esférico del geoide terrestre determinado por la línea fijada por la concesión papal, su antimeridiano, y el paralelo en el cual otrora se supuso concluyeran las tierras emergidas tanto en África como en América, que es el límite del Mar Dulce de Solís, y el límite norte de la segunda capitulación del Reino de Nuevo León concedido en gobernación a don Simón de Alcazaba y Sotomayor, hombre de la Casa de la Tudesia, 35°S.”


Pero además de extensión geográfica el Reino tiene extensión temporal. En palabras del mismo Rey:


“Hasta tanto Chile, Argentina, y Patagonia sean una sola Nación y los criollos un solo Pueblo y los herejes expulsados al Norte, Nos y nuestros retoños y los retoños de nuestros retoños, y así continuadamente, seremos la Casa Real de Patagonia, por la Gracia de Dios”.

Sor María Ceferina.
Londres, 32 de febrero de 2056.
Ceferino27 de febrero de 2016

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