El Pájaro Juan
Como cada noche arropó a su niña para dormir
- ¡Anda papá, cuéntame un cuento...!
Pero hoy no quiero que me lo leas... Invéntate uno... porfi...
- Vamos a ver...Pero tienes que estar muy callada, ¿vale?
- Vale.- acurrucándose en la cama expectante.
- Apago la luz,...
- Bueno...
- Había una vez un pájaro muy grande en la sabana... en África...donde vivían muchos animales que se comían a otros animales, los de-pre-da-do-res...¡grgrgr...!
(Risas)
- Este gran pájaro no tenía plumas. Ni una sola. Parecía un pollo desplumado enorme, moviéndose entre la espesa vegetación.
- ¿Y por qué no tenía plumas?
- ¡Chsss...!,¿qué habíamos quedado?
- Vale,vale...pero...
- Hacía algún tiempo lo habían descubierto unos cazadores. Lo atraparon y lo enjaularon. Lo subieron a su avión con intención de llevárselo. Pero cuando despegó algo falló y se produjo un gran incendio. Todos murieron, menos nuestro pájaro que vamos a llamar... Juan.
- ¿Juan...,papá...?
- Sí..., ¿por qué no?. Era grande y bueno. A pesar de ser tan grande no se metía con nadie y se alimentaba de frutos y semillas.
El caso es que Juan también se quemó y empezó a arder, pero milagrosamente se salvó cayendo en una charca. Se le quemaron todas las plumas y ya no le volvieron a salir. Ya te puedes imaginar que a partir de ese día todos los animales le miraban raro, porque no sabían muy bien qué era.
Sin embargo los depredadores querían comérselo. Su piel sin plumas les parecía muy apetitosa. Además de no tener plumas, con las quemaduras, se había hecho daño en las alas y no podía volar. Así que siempre iba escondiéndose muerto de miedo. Cuando no había leones...,eran leopardos y cuando no...perros salvajes...
- ¿Y qué pasó?
- ¿Rocíoooo...?
- Que síiii...
- Un buen día todo estaba muy alborotado. Había por allí dos todoterrenos con cazadores y sus guías. Buscaban elefantes pero no habían tenido suerte. Tuvieron que recorrer una extensión muy grande de la sabana,para nada.
De repente un cazador que estaba de muy mal humor, hizo un tiro al aire. Aquel sonido se escuchó en toda la llanura y todos los animales se volvieron locos: las leonas que estaban a la sombra con sus crías se desperezaron y empezaron a rugir; cebras, jirafas y antílopes empezaron a correr en todas las direcciones... Hasta los cocodrilos se metieron en el agua.
Nuestro amigo Juan, estaba temblando y corría también en todas las direcciones, con tan mala suerte... o no... que se cayó en un gran charco de algo que era negro y pegajoso. No había forma de salir de allí. Se asustó incluso más que cuando le perseguían. Al final consiguió apoyar una pata en un saliente de aquel pequeño pozo y poco a poco con mucho esfuerzo salió.
Cuando lo consiguió ya todo había vuelto a la normalidad sin que él se enterara. Estaba muy ocupado intentando salir. Tras recobrar el aliento y levantar la vista, un grupo de perros salvajes le rodeaban....Grrrr.....
Juan pensó que ya no lo contaba. Así que se dijo: " Si me han de comer, no se lo voy a poner fácil".
Se levantó y extendió sus desplumadas alas y ocurrió algo rarísimo. Los perros echaron a correr. Juan quedó confundido. Se dirigió a una charca cercana para beber porque estaba sediento. De camino, todos los animales que antes no dejaban de comer hierba ante su presencia, ahora se apartaban y se alejaban.
Al llegar al borde de la charca lo entendió. En el agua se reflejaba una figura enorme, negra como el carbón, que le daba un aspecto terrorífico. A partir de ese momento ni los depredadores querían intentar comérselo y desde entonces vivió feliz y tranquilo.
Fin.
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"Zzzzz.......zzzzz...."
-
Regina
Me ha gustado tu cuento, con reflexión, y el final con el que nos vienes a decir que la niña se durmió.
Muy bueno.
Saludos muy cordiales.
21/04/19 09:04
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Clopezn
Me alegro que te guste. Y la verdad es que sí, la niña se durmió antes incluso del final.
Un saludo cordial.
23/04/19 01:04
