Al final todo se convierte en un pozo
Sin cavidad, el cual nos va absorbiendo
apartandonos de todo y nada
Nos desfiguran las etiquetas, los protocolos
Las modas, los personajes que adaptamos al entorno
Las máscaras que utilizamos según el decoro
Lo que debimos ser y no fuimos
Lo que fuimos y no debimos ser
Y llega un día en el que todo lo que te aterra
Toma forma, masa o cuerpo
Toma alma y arranca tu miedo
Y se desangra en un mísero desgarro
Y esa sombra se convierte en tu único amigo
Y también en tu mayor tormento
¿Merece la pena lanzarte, entonces
a ese abismo ruidoso y solitario?
Aún sabiendo, que nadie vendrá a salvarte,
Quizá porque es algo que no mereces
O porque lo mereces tanto, que te es arrebatado.
¿Pero que puede hacer ese tipo de ser
Que hace tiempo dejo de ser humano?
¿Que hacemos entonces los solitarios y callados, los miedosos y recatados
Los frágiles, los tristes, los deshonrados
Los débiles, los raros, los repudiados
Que no encontramos lugar en ningun sitio
Que mendigamos por un trozo de cariño?
¿Donde pedimos ayuda, si nuestros gritos no son oídos, porque carecen de importancia y de sonido?
Solo podemos rendirnos y resignarnos a vagar tristes y solitarios
Por un mundo absurdo y desalentado,
Tan gélido y desgastado como el largo abismo que habita en mis zapatos.
Me gusta tu relato. Mirar en el amanecer al sol,...uhmmmm...maravilloso a veces. Hay muchos amigos por conocer y compartir tanto talento como el tuyo a veces es Buena idea...
