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La última Prueba


Caminaba ya de tarde, cuando la noche aprieta el suelo y descansa el silencio junto al viento, por allí iba, sin ánima que saliera a mi encuentro, caminando entre la árida llanura que disimulaba su finitud detrás del horizonte. Algunos perros ladraban y rompían el silencio como levantando una cortina sobre el oscuro del cielo. Escuché sollozar entre el rocío húmedo que agitaba el callado mundo, y me acerqué hasta la sombra de aquél bulto negro. Llorando, rogó la salvación de su alma. Entró bajo mi piel como brisa y no pude negarme a un último favor antes de dejar aquellas bastas tierras. Me contó de su vida, y de su necesidad; un extraño antídoto para curar el alma que en tierras lejanas crecía al bordear un río. Y como agua virgen hasta allí me encaminé, al largo camino que conducía a la búsqueda de un sueño de vida, de la esperanza sublime de dos ojos húmedos y rojizos como un atardecer soporífero. Entre vestigios de vida y filosas campanas recorrí el camino, para salvar aquella alma que el destino había puesto en mi camino. Caminé entre selvas y oscuras cavernas, al filo de telarañas de metal y madera muerta de árboles que yacían en la tristeza y la desolación. Por fin, la luz de un amanecer me otorgó la mirada de aquél extraño antídoto brillante, que bien parecían los ojos de algún Dios. Lo tomé entre mis manos y lo guardé en mi bolsa, orgulloso de alcanzar la meta. Pronto debería buscar otra, pues ¿Qué sentido le daría a mi vida luego de esta travesía? Pero no dejé afligirme, aunque el viento cálido y la sed devastaban mis fuerzas. Caminé varios días en mi regreso hasta aquellas bastas tierras lejanas, perdidas en la lejanía de las distantes estrellas. Busqué a aquél extraño no sin melancolía, como si el final de mi vida estuviera cerca, tan cerca como tardase en dar el antídoto a este extraño hombre que moría inciertamente. Al encontrarlo, sus ojos se cerraban cual montaña cierra el camino de los viajantes, así de fuerte parecía el morir entonces, así de fuerte absorbía la tierra a aquél cuerpo que luchaba por levantar la frente. Y con débiles palabras pude oír su pregunta.
-¿Lo has conseguido? Y el viento se llevaba el poco silencio que rodeaba la tierra.
-Si, aquí lo he traído para que pueda salvarse.
-Pero no es para mí. Y la sorpresa inundó mi corazón que golpeaba mis costillas por dentro.
-¿Y para quién es entonces? Pregunté al unísono con las campanas que como presagio anunciaban el comienzo del día, y el fin de una vida.
-Es para tu alma joven amigo, cúrala y luego encuéntrame allí. Señalando un glorioso sol que borraba las estrellas del firmamento, aquel extraño se despedía. Jamás olvidaría la sonrisa con que dibujó su rostro aquel último minuto, cuando el día comenzaba, robándose el alma de aquel hombre, que sólo buscaba salvarme.

Degraaff02 de mayo de 2010

12 Comentarios

  • Gabrielfalconi

    gaby
    registra este escrito..... te lo van a afanar... ya sabes quien.... jaja
    buensismo el mensaje
    te mando un abrazo

    02/05/10 06:05

  • Normaaristeguy

    Prosa poética querido Gabriel.
    O poesía en prosa, como prefieras.
    Parece un relato mitológico.
    Muy bueno como siempre.
    Un abrazo.

    02/05/10 07:05

  • Degraaff

    Vos decís Gaby?? jajajajaj ya lo tengo registrado de todas formas, jajaja gracias por la apreciación mi amigo, es un placer, como siempre su compañía en mis textos... un gran abrazo amigo y pronto nos veremos.

    03/05/10 01:05

  • Degraaff

    podría elaborarlo para hacerlo mitológico!!
    me has dado una gran idea... gracias norma querida, maestra, siempre gracias por su atención a mis obras, un fuerte abrazo!!!

    03/05/10 01:05

  • Elframoso

    Amigo, me lo llevo… al parecer, será la primera prosa en mis favoritos!!!!!!!!

    04/05/10 07:05

  • Degraaff

    Gracias por pasar y por tu apreciación, un honor que lo guarde... abrazos!

    04/05/10 09:05

  • Degraaff

    jajajajajajaa... está bien mi amigo, jjajajaa no creo ser cobarde por decir lo que pienso, pienso que ser cobarde es querer quedar siempre bien parado... en definitiva no me interesan las polémicas, aunque obviamente ser sincero lleva sin duda a ella, en ocasiones ser sincero se confunde con ofensa, depende la suceptibilidad de cada uno... Así mismo no me queda claro si te gusta el texto o no!!! creo que no es lo importante, si te ha dejado algo ya ha logrado lo que se proponía... por otra parte no sé si me parezco a ti, yo prefiero el perfil bajo, sin gala de mis conocimientos o mi corta inteligencia... la cuestión es que me agradas sabes? no sé bien por que, pero me agradas, y eso que no nos tiramos flores... así que te dejo un gran abrazo y te agradezco las palabras que puedan ayudarme a ser mejor persona, las otras palabras que estén de más, no me importan... jajajaaj abrazo Sin0tE!

    06/05/10 01:05

  • Kili

    Las palabras te sumergen en la historia como si uno mismo fuera el que las viviese. Extraordinario.

    09/05/10 03:05

  • Malarmeriana

    Maravilloso como solo sabes tu hacerlo querido niño admirado desde hace ya mucho tiempo por tu grandes dotes de elocuencia. Este relato no se si lo he leido antes en otro sitio, me equivoco? Pero le he sacado más punta esta segunda vez . Que paradoja la del protagonista de este cuento el afanandose por salvarle la vida a otro y el antidoto era para el mismo. Es un mensaje que lleva a una a reflexionar. Gracias

    09/05/10 04:05

  • Degraaff

    Gracias Sin0te, me das risa...

    10/05/10 04:05

  • Degraaff

    Kili, es un placer que pases por aquí, y más aún que creas que mi obra tiene algo bello... te agradezco el comentario... un gran abrazo!!

    10/05/10 04:05

  • Degraaff

    Mi querida Doris, siempre usted acompañando, seguramente lo hayas leído en otro sitio... es para reflexionar como tú dices, me alegra que te guste mi obra, amiga mía, te agradezco siempre tus buenos sentimientos e intenciones... un fuerte abrazo!!

    10/05/10 04:05

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