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El Rock Aun Sigue Vivo

EL ROCK AUN SIGUE VIVO

Por Cristy GM y Salvador CP

En el pasado solían decir que se debe tener cuidado con los deseos secretamente anhelados ya que sin distinción de valores al final de la luz pueden volverse reales. Esta historia parte de la simple expectativa sin embargo fue superado por la realidad.
Tras una noche caótica, después de haber presenciado el concierto más excitante de su vida, Indra camina junto a su pareja y un par de amigos de regreso a casa.
Por capricho del destino son víctimas de un intento de asalto, dos tipos con pistola en mano pretenden despojarlos de sus posesiones, contrario a lo esperado por los mal vivientes cada quien corre por su vida. La dama se queda paralizada del miedo mientras observa como los vándalos se van persiguiendo a sus acompañantes. El lugar donde se encontraban caminando era un parque infinito. Después de un rato de silencio Indra comenzó a explorar tratando de encontrarlos, indagó en todas direcciones sin resultados. Al borde de la desesperación observó a lo lejos la silueta de un tipo de aproximadamente 1.80 metros de estatura, avanzó a él con la idea de pedir ayuda. Conforme se acercaba pudo apreciar mejor a aquel sujeto: rubio, vestido de negro, playera de mangas cortas con ambos brazos cubiertos por tatuajes, fumando un cigarrillo recargado en una banca, al acercarse y preguntarle el nombre del lugar, notó un impresionante parecido con el líder de la banda que acababa de ir a ver; se quedó callada tratando de reconocerlo; Él, cuyo nombre era Elijah, acostumbrado al acoso de los frenéticos y desbordados fans le pidió que se alejara, con gusto le daría su rúbrica. La mujer afligida lo rechazó alegando que estaba perdida. Lo único que le interesaba era encontrar a sus amigos y marcharse. Antes de que el Rockstar pudiera contestarle el celular de Indra sonó frenéticamente, desesperada contestó pidiendo ayuda, trataba de dar señales para ser ubicada, Del otro lado de la bocina solo emanaba furia y reclamaciones mientras la joven trataba de explicar la aflicción que las circunstancias le provocaban. Elijah la miraba de forma curiosa y un tanto lasciva, desde sus ojos felinos color miel pasando por la suavidad de su piel clara hasta la profundidad de su largo cabello color negro.
Tras no llegar a nada, Indra colgó el teléfono mientras observaba a aquel hombre de brazos tatuados, hizo una pausa a su desesperación para adularlo por el excitante espectáculo que junto con su banda causó euforia total a los presentes incluyéndola a ella. Por supuesto recalcó el sex appeal que había descubierto en el al conocerlo en persona, después de mas de 10 años de haber seguido su trayectoria pasando por alto dicha cualidad.
Elijah desde sus inicios se había caracterizado por ser rubio rudo y corpulento, con el tiempo consolidó esa imagen dándole toques de sofisticación con cabello corto y tatuajes en ambos brazos. Congratulado por sus comentarios se ofreció acompañarla en tanto la localizaban.
Apenas iniciaban la conversación cuando la lluvia los sorprendió. Al principio no le dieron importancia pero conforme se fue intensificando decidieron resguardarse tratando de encontrar un lugar seguro. El Rockero la tomó con firmeza del brazo para emprender la huida. Tras un largo camino y ya un poco empapados, notaron una pequeña cabaña abandonada, tenía empotrada la puerta trasera. Elijah la acomodó creando un acceso para entrar. Acto seguido y ya a salvo de la tempestad, Indra complacida se recargó en la puerta, miró fijamente y con gesto de reto hacia los ojos azules de aquel hombre quien hasta ahora había sido su salvación. El se acercó poco a poco hasta tenerla frente a frente, le sujetó las muñecas y devolviendo esa mirada retadora por parte de ella le preguntó si temía no ser encontrada. Con un poco de miedo pero con la adrenalina fluyendo al máximo por todo su cuerpo le contestó con una negativa. Cuando sus labios estaban a punto de conectarse ella le susurró al oído que moría de sed, detrás de ellos se encontraba una pequeña cantina tipo barra y casualmente entre envases de licor vacíos encontraron un par de botellas de Absinth, Elijah como todo un caballero sirvió en dos tarros que encontró por ahí. Después de brindar, el efecto del elixir de ajenjo fue magnífico. El sonido constante del celular de Indra interrumpió de golpe aquel momento. Indra un tanto entumecida por el licor ingerido sonrió de forma burlona intuyendo quien llamaba. El hombre arrebató de las manos aquel aparato para destrozarlo sin piedad, sorprendida no supo que decir, sin embargo casi de inmediato sacó de su bolsillo su teléfono, le quitó la memoria y se lo obsequió. La vida no podía ser mas mística, la tempestad había quedado afuera, solo era necesario perderse en aquellos ojos de mirada profunda para sentir libertad, la rudeza de su amante era excitante, el miedo a la expectativa encendió su alma. Elijah la tomó por detrás y comenzó a acariciarla, mordió sus oídos y lentamente fue bajando hasta su cuello, pasando por sus hombros, la piel de Indra comenzó a erizarse. Aun así se resistía pero para entonces ya era imposible que pudiera escapar. Siguió bajando hasta llegar a su parte íntima, ahí introdujo su lengua. El placer intenso que experimentó hizo que clavara sus uñas en la espalda. Todo se resumió a un agudo gemido. Sin perder tiempo Elijah. Cargó a la chuca apoyándola en una de las paredes de aquella antigua cabaña, ahí en medio de la noche, en medio de la nada, la hizo suya.
Minutos posteriores a la catarsis de ambos, Elijah abrazó al tiempo que besaba su mejilla, mientras Indra se arreglaba para salir de nuevo, su ahora amante secreto abotonándose la camisa le anunciaba que debía partir. Jamás olvidaría ese momento, además explicó que no había sido una casualidad que se encontraran. Desde que el la observó entre la multitud le atrajo, organizando a parte de su Staff de confianza para arreglar el encuentro. Los ladrones, la cabaña, todo había sido cuidadosamente planeado, sin embargo lo ocurrido superó las expectativas, convirtiendo todo en algo aun mas especial. Indra se quedó en shock, en una sonrisa resumió su respuesta. Con el aviso de que en veinte minutos pasarían por ella y un profundo beso, Elijah se perdió en la oscuridad. Nada fuera de serie ocurrió durante ese tiempo, su pareja y amigos emocionados la acogieron de nuevo sin reclamación alguna. Indra finalmente fue encontrada.
Cinco años pasaron, la vida de Indra transcurrió en calma excepto porque ciertas situaciones difíciles que experimentaba se solucionaban repentinamente, sin justificación lógica, la musa no les daba importancia y se las atribuía a la casualidad. Su relación de pareja hacia meses que había terminado, celos y carencias irresponsables la destruyeron Indra sufrió con filosofía, ahora a sus treinta y cinco años vivía el esplendor de la plenitud, a pesar de ser señalada y juzgada.
Una calurosa mañana de Junio en la casa de los padres de la joven, transcurría una disputa familiar referente a su estilo de existir. La puerta de la entrada se encontraba abierta, mitigando las altas temperaturas de una primavera que ese año parecía no tener fin. La familia tomaba el desayuno, de pronto una Harley se detuvo frente a la casa, de ella bajó un chico de melena lacia color ébano, saludó de manera formal para enseguida dirigirse directamente a Indra y entregarle un sobre sellado, terminada su misión dio media vuelta y partió. La familia quedó absorta, Indra rompió el silencio alegando que era un antiguo conocido, subió corriendo las escaleras hacia su antigua habitación de soltera, al cerrar la puerta abrió aquel sobre. Ahí encontró un boleto de avión sin retorno, un pase especial para un concierto de la banda liderada por aquel singular personaje que cinco años atrás brindara a Indra una de sus experiencias más emocionantes de su vida y una nota que textualmente decía:
“No aceptaré un NO como respuesta, Saludos. Elijah”
Se emocionó tanto que salió corriendo del cuarto, bajó las escaleras, dijo adiós a los presentes y se esfumó, camino a casa ningún pensamiento pudo ocupar su mente excepto de encontrarse con aquel singular Rockero.
Alrededor de las once de la noche ya en casa, con un concierto de la banda en la TV para ambientar el lugar, con una copa de vino en mano, corría por toda la casa escogiendo la ropa, finalmente la fatiga la detuvo e hizo una pausa para recostarse quedando profundamente dormida. Entrada la madrugada despertó, invadida por la sed dio largos sorbos a su botella de aquel tinto cosecha 2004 que celosamente había guardado para una ocasión especial, al degustarlo en sus labios escuchó el singular sonido que solo una moto tipo Harley despide, deteniendo la marcha fuera de su casa, no dio mucha importancia y continuó deleitándose con aquel néctar de uva fermentada en barricas de roble blanco. Alguien la observaba por una ventana que daba a un pequeño jardín de dulces orquídeas y rosales color rojo, la casa se encontraba a media luz y era difícil distinguir de quien se trataba, excepto porque tenía un cercano parecido con el mensajero que horas antes le había entregado aquel sobre. El espanto y la adrenalina se mezclaban en el cuerpo de la dama que solo portaba un ligero camisón de seda negra. Con la mirada algo colapsada , sin pensarlo empezó a llevar el ritmo de la canción con un vaivén de caderas. Se montó en el respaldo de un mueble tipo sofá cama procediendo a juguetear con sus manos al tiempo que no dejaba de mirar a la ventana. El espía parecía disfrutar aquel espectáculo. Fueron instantes de relajación total que enriquecían la alegría que le embargaba, segundos de distracción sumida en aquel delirante momento y al voltear de nuevo el tipo ya no estaba. El horror se apoderó de Indra, se dirigió hacia la cocina donde tomó un cuchillo y en posición de defensa salió a la cochera a investigar, en plena oscuridad a pasos cautelosos agudizó su sentido del oído tratando de identificar algún sonido que pudiera evidenciar al intruso, alguna pista que lo condujera a el. Finalmente en un parpadeo la tomaron por detrás arrancando literalmente el cuchillo de sus manos lanzándolo al suelo, sus gritos se ahogaron en la mano de aquel hombre que reía con malicia detrás de ella. Esa risa conocida y al mismo tiempo dejada de escuchar años atrás lo delataron, ella lo identificó y pudo zafarse, enfurecida intentó lanzarse sobre el pero detuvo los ataques y la besó. Elijah había vuelto.
Pidiendo disculpas por aquel nefasto susto que causó a Indra, hizo desvanecer los miedos de la mujer con un profundo abrazo, el anhelo de tantas noches, ese calor incomparable de su cuerpo protegiéndola de la adversidad. Una vez concluido el abrazo, Indra lo recostó tiernamente para después montarse en el, Elijah no sucumbió y la volteó para volver a tomar dominio, en un parpadeo y con aquella experiencia que un hombre de su edad tenía, amarró las muñecas de ella con un paliacate a la pata de una mesa de centro, sacando una navaja de su pantalón tomó a su amada del cuello y comenzó a deslizar la punta de su arma por cada rincón de su cuerpo, recorriendo aquel par de volcanes que parecían eruptar con cada respiro profundo y agitado de Indra, por la cintura sin olvidarse de su espalda, llegando al lugar prohibido la introdujo suave y lentamente evitando lastimarla, sus ojos se encendían cada vez que la piel de Indra se erizaba, antes de cometer un accidente y lastimar a la bella mujer, retiró la navaja y finalmente la desató. Acto seguido le pidió que se arreglara para salir a cenar, le obsequió una enorme caja, el contenido era un suntuoso vestido negro elaborado en velo y satín, zapatos del mismo material con tacón de aguja así como un labial rojo, un nudo en la garganta nació del mas profundo silencio, sin embargo Indra se limitó agradeciendo aquel gesto y subió corriendo a su habitación para cambiarse. Elijah mientras tanto indagó en la cocina verificando que ingredientes le servirían para poder preparar un delicioso bocadillo. Encendió unas velas que adornaban aquel modesto comedor de cuatro plazas y colocó una botella de exquisito tinto y dos copas. Quince minutos mas tarde bajó la musa enfundada en aquel vestido con sus labios radiantes y cabello suelto a la espalda. La noche fue larga y placentera. Entregada a las palabras y recuerdos, pláticas interminables. Llegada la hora Elijah tuvo que partir a pesar de que Indra lo detuvo con un beso salvaje, la evadió aclarándole que debía prepararse para el espectáculo en el cual Indra sería la invitada de honor. Todo estaría listo a su llegada donde el la esperaría; la dama no sabía si creer o no, detrás de esa duda solo estaban las cuatro paredes donde vivía y su amargo pasado un tanto extravagante. Por lo tanto era momento de emprender la aventura.
En el avión pidió a una azafata que le proporcionara algunas pastillas para dormir y un trago de Whisky, la emoción le había quitado el sueño por lo que cayó rendida hasta su llegada al San Francisco Airport (SFO), una mujer de cabellos rubios la recibió identificándose como la asistente personal de Elijah. Pese a ser parte del mundo del rock tenía una imagen discreta, había estado enamorada de su mentor sin ser correspondida. A la fecha solo llevaba una buena amistad y estrecha relación de trabajo con él. Todo eso y más tuvieron la oportunidad de conversar en un largo recorrido que hicieron primero al Mandarín Oriental San Francisco Hotel, donde se hospedaría y posteriormente a las principales casas de moda en San Francisco, SaKs, Neiman Marcus Macy's, y Tiffany's ya que por cuenta de su amado debía renovar su guardarropa. Brillos, tonalidades oscuras, terciopelo, animal print, maquillaje, parecía el paraíso de la frivolidad pero con causa, tuvo la oportunidad de recorrer las inmediaciones de la famosa Union Square, encontrándose las tiendas de famosos diseñadores como Calvin Klein, Burberry, Wilkes Bashford, Armani y Chanel. Pasadas tres horas decidieron tomar un descanso en el café mas cercano. Mirtha C. la asistente de Elijah lo contó su historia de amor roto, le aconsejó de no tomar a la ligera el afecto que Elijah le profesaba. Indra afirmó estar profundamente emocionada cono todo ese nuevo universo que la rodeaba y aunque con un tanto de confusión trataría de actuar de la forma más acertada posible. Apenas llevaban el segundo café cuando la musa de cabello negro notó que alguien la miraba con insistencia desde el local de tatuajes que se encontraba cruzando la avenida, el nombre de aquel enigmático hombre era Trendy Hammet, bajista de un famoso grupo de rock contemporáneo de la banda de Elijah. Se está haciendo su décimo tatuaje en el brazo. Indra bajó la mirada al tiempo que volteó para otro lado evitando meterse en problemas. El músico no perdía detalle mientras disfrutaba el placer que el dolor a consecuencia de las agujas penetrando su piel le provocaba, plasmaba en su brazo una nueva dimensión de sus recuerdos, no tardó en dejar a medias la obra para dirigirse al café donde sorprendió a las doncellas, Mirtha era conocida suya desde hacía ya mucho tiempo, así que saludándola con afecto le confió los deseos que tenía de tratar a su acompañante, sin titubear la rubia se la presentó, un efusivo beso en la mejilla fue el detonante para generar polémica en cuanto al comportamiento de Indra, la excusa perfecta para que su rival pudiera desvirtuarla ante Elijah, Trendy Hammet de tez blanca, cabello negro estaba igual, forrado en Tatuajes, pero a diferencia del rockstar, este tenía una notable identificación por la estética femenina, lo reflejaba en sus ojos enmarcados en negro y lipstick en sus labios. Era cínico y desenfrenado, malicioso a la vez, no era fácil notarlo ya que su simpatía opacaba todo. La asistente aclaró que compañera de mesa era una invitada muy especial de su jefe, por lo tanto era intocable, el trigueño solamente respondió “Yo siempre hago lo que quiero”. Despidiéndose con una reverencia se marchó.
El espacio quedó en silencio hasta que Mirtha con un guiño de comprensión le pidió a Indra que no le prestara atención, su forma de ser era algo extravagante. Por otro lado la razón de su estancia no tenía nada que ver con Trendy Hammet. La chica lo entendió y juntas partieron rumbo al hotel, debían prepararse para el espectáculo de esa noche. De nuevo en la habitación del hotel, Indra quedó sorprendida al observar en su cama un conjunto de prendas en color negro y una tarjeta roja con letras blancas que decía “Hoy te verás espectacular” se trataba de un pantalón de cuero, una blusa ajustada con brillantes en la espalda formando la figura de una Ave Fenix iniciando el vuelo, una chaqueta y un exquisito perfume de Channel no. 5. Indra, quien no podía en ese momento ocultar su emoción no daba crédito a tanto consentimiento por parte de Elijah. El teléfono de la habitación sonó, la diva atendió la llamada solo para ser notificada que bajara a la estética del hotel y continuar con el ritual de embellecer aun mas su imagen para la ocasión.
Más tarde la nueva Indra Lacroix lucía notablemente glamurosa con música y un poco de champagne. Era perfeccionada por un par de estilistas. Su cabello era menos curvilíneo pero con cuerpo, la palidez de su piel era enmarcada por unos ojos felinos embellecida con tonalidades grises y brillos. Sus labios eran una flamante cereza decorando el atuendo proporcionado por su anfitrión. Su aroma formaba una marea de sueños y sensaciones que podrían estremecer a cualquiera. Con la copa a medias, ansiosa porque llegara el momento contemplaba las luces de la ciudad mientras esperaba el arribo del personal que la recogería para trasladarla al Estadio de los 49ers de San Francisco donde se daría aquel espectacular concierto., no tenía la más remota idea de que su nueva amiga estaba dando informes negativos respecto a su persona. El rockstar dudaba, aun así la ira nació dentro de él. Una hora después la ninfa impresionaba a todos quienes la saludaban como si la conocieran de años, sorprendida se limitó solo a corresponder al saludo y llegar hasta Elijah, este trató de comportarse distante sin embargo la atracción y esa nueva sofisticación lo superaron, tomo a Indra entre sus brazos pidiéndole que le deseara suerte, al aviso del staff Indra corrió al escenario ubicada en una sección especial donde podría disfrutar plenamente el espectáculo. Indra cantaba y enloquecía en compañía de otros invitados que igual estaban eufóricos, muchos recuerdos pasaban por su mente al escuchar aquellas melodías de antaño tan llenas de energía. Potentes y enérgicos ritmos saliendo de aquel cuarteto liderado por Elijah. Un momento mágico para todos los presentes. Finalizado el concierto de inmediato fue conducida por los agentes de seguridad hasta las afueras del lugar donde su amado la esperaba adentro de un lujoso auto. Cada miembro de la banda iba por separado con un mismo destino “The Monster Destroy House”, una mansión propiedad de Elijah a las afueras de la ciudad donde celebran después de cada presentación. Del brazo del ídolo la joven pussycat hizo su aparición, había decenas de celebridades viviendo, respirando la fantasía del éxito, algunos de ellos fueron presentados por su acompañante de lujo, otros solo los observó de lejos, desde Jimmy Page, pasando por Joe Elliot, Iggy Pop, Fiona Apple y Shirley Manson, así como otros menos conocidos… tras el recorrido la llevó a una mesa llenándola de atenciones y bebidas, como parte de la diversión varios músicos se unían y tocaban en un pequeño escenario ubicado cerca de uno de los jardines de la mansión. Elijah tuvo que dejar sola a su amiga por algunos minutos para unirse a sus amigos y tocar un par de canciones para los presentes. Apenas iba tomando forma la canción cuando un chico con un abrigo de plumas se acercó a la Chica de Elijah con la intención de encender el cigarrillo que Indra acababa de llevar a su boca. Era Trendy Hammet quien sin escrúpulos se acomodó de inmediato a un lado de ella para comenzar a flirtear sin reparo. Pese a las miradas del guerrero que tocaba su guitarra enérgicos acordes. La dama tenía toda la intención de ignorarlo pero un suave mordisco en su oído le inhibió esa posibilidad, trató de distraerse y seguir tomando sin inmutarse. Elijah reventaba de furia ante lo que sus ojos presenciaban así que arrojó su guitarra, dio un brinco del escenario para dirigirse a la mesa donde se encontraba aquel sujeto arrogante, Elijah le propinó certero golpe en la cara de Tendy, quien cayó al suelo casi inconsciente e inmediatamente tomó a Indra y ante la presencia de todos se la llevó de forma apresurada a una especie de Garaje, el cual estaba acondicionado como un pequeño lugar de ensayos, con una batería al centro, postrada sobre un tapete circular Arabí, unas guitarras formadas como si estuvieran listas para ser utilizadas, algunos sintetizadores, bocinas y algunos muebles minimalistas pero reconfortables. Ya encerrados en ese rincón de la mansión, El rockstar no pudo contener mas su molestia soltando severa cachetada. Ella se le fue encima de igual manera enojada por aquel golpe que acababa de recibir. Era obvio que no se igualaba sus fuerzas mucho menos las superaba, con facilidad aprisionó sus manos y la dominó al instante. En voz alta mirándola fijamente le dijo: “Aun no te has dado cuenta de lo que significas para mi, desde nuestro primer encuentro he estado aunque desde lejos siempre al pendiente de ti, he resuelto situaciones en tu vida de las que ni siquiera te has percatado, en verdad me perteneces”. Desconcertada se negó a ser considerada como un objeto, ella no le pertenecía a nadie. Pero el azul profundo en sus ojos la perdían, así que por primera vez se dejó llevar sin restricciones, con suavidad fue retirando poco a poco los cabellos de su rostro, la cargó hasta una pequeña mesa de billar que ahí se encontraba para sentarla de frente a el, empezó a besar sus labios, besó su barbilla, continuó con su cuello, esas manos rudas acariciaban la espalda de aquella mujer que fuera su inspiración para componer las letras de los últimos dos discos de la banda, hizo presión acercándose cada vez mas hasta que logró abrir las piernas de su amada y quedar atrapado a ella.
Totalmente conectados en una sola frecuencia fueron interrumpidos por alguien que llamaba con insistencia a la puerta. Separándose abruptamente y arreglando sus atuendos Elijah se apresuró a abrir. Era el bajista de su banda quien le susurraba al oído frases que, Indra no alcanzaba a descifrar por completo. solo fragmentos de entre lo que alcanzó a escuchar parecía que Elijah tenía que partir a Grecia urgentemente, tenía una misión que cumplir y no era precisamente brindar un concierto. El rockstar regresó hacia Indra para despedirse por el momento, disculpándose de mil formas, la invitó a seguir disfrutando de la fiesta dejándola en compañía de una despampanante rubia de nombre Nico. La musa creyó que se trataba de un juego sucio para satisfacer sus placeres ya que aquella vampiresa la incitó a ponerse cómoda y le ofreció una exótica bebida. Un tanto decepcionada se resignó a su destino dispuesta a disfrutar la velada, terminando el cocktel fue víctima de un sueño incontenible. Nico la ayuda a recuperarse tomándola de la mano, la condujo hasta la alcoba principal. En cuanto se pudo recostar cayó en la inconsciencia. A la mañana siguiente apenas abrió los ojos se dio cuenta que estaba desnuda, miró a su alrededor encontrando a la rubia en un sillón quien la contemplaba desde hacía ya un buen rato. Asustada le preguntó que había pasado, Nico confortándola le aclaró que fue encomendada por Elijah para cuidarla, la bebida contenía grandes cantidades de ajenjo para provocarle somnolencia y así protegerla de los excesos de la fiesta. Indra estaba totalmente enloquecida, el atuendo de la noche anterior se encontraba postrado en un sofá al lado de la cama por lo que apresuró a vestirse y bajó corriendo hacia el vestíbulo de aquella enorme mansión la chica que la cuidaba bajó detrás de ella. La Musa de nuestro protagonista le pidió hablar con Mirtha, Ella llegó y trató de calmarla aclarando que no era prisionera. Si su deseo era irse podía hacerlo pero antes debía leer la carta que su amado había dejado antes de partir. “Soñé que dormíamos en el bosque, que comíamos entre los árboles, que hablábamos con la ropa empapada por la tormenta, anhelando que esto nunca termine. P.D. por favor no te vayas”.
Después de leer el mensaje, escrito sobre papel negro en forma de rosa, abrazó a Mirtha y pidió que la llevaran con Elijah.
Mirtha hizo un ademán a uno de los sirvientes de la mansión e hizo llamar a Thanatos, aquel mensajero de cabellos infinitos quien le llevará dos días atrás la invitación de la presente aventura.
Equipaje en mano emprendieron el viaje al aeropuerto. Miles de pensamientos invadieron su cabeza; valía la pena dejar todo atrás para ir tras él?; Era rescatable algo en su vida antes de abandonar la realidad anterior?. Solo su emblema de ave fénix podía darle esa respuesta. Le ordenó a Thanatos detener el auto. Sacó del minibar una botella de absinth, llenó dos copas y ofreciéndole una a su acompañante le pidió que la llevara a un estudio de Tattoos ya que tenía que llevar consigo un símbolo personal antes de emprender el viaje. El joven asintió y la condujo hacia un estudio de un conocido con muy buena reputación en la ciudad.
Su espalda desnuda se extendía a lo largo del sillón, inmóvil miraba hacia la nada, su mueca de dolor mezclada con placer estremecían al experto que con majestuoso arte plasmaba a la mitológica ave que renace entre las cenizas, en colores grises y plata, contaba relatos de sus semejanzas con los humanos, de la antigua magia de anhelar con tanta fuerza algo y después de tiempo verlo realizado. Las horas pasaron rápido, entre pláticas, memorias y sonrisas el tattoo quedó terminado. Felíz salió del estudio para tomar el vuelo. Como era ya costumbre en todos sus viajes, apenas despegó el avión pidió una bebida para mitigar un poco el malestar que le provocaban los cambios bruscos de altura. Thanatos la resguardaba brindando su hombro a manera de almohadilla. Indra simplemente durmió. Horas después, Than como afectuosamente llamaba a Thanatos, con una caricia en la mejilla le avisó que estaban por aterrizar Aeropuerto de Atenas Elefterios Venizelos.
Un sofisticado mundo se abría ante ella a cada paso, el folletos para simples turistas invitando recorrer anfiteatros, la Akropolis, y tantas maravillas y destinos obligados a visitar. La belleza del viejo continente borró por completo sus telarañas mentales. Un BMW Hamman M5 los recogió en el aeropuerto. Sin detenerse llegó a su destino final: La bahía Faliron. En un yate anclado al final del muelle, Elijah la estaba esperando, quedaron restringidas las visitas turísticas además de cualquier otro paseo. Al bajar del auto, el joven de cabellos infinitos cargando el equipaje condujo a Indra hacia la embarcación, la ayudó a subir y finalmente se despidió. Indra no hizo otra cosa que encontrarse con su amado. El se encontraba restaurando la basta colección de armas que poseía, sorprendido al ser descubierto le mostró el funcionamiento y manejo de cada una. Entre tanto justificaba su afición por esos artefactos, ella con un beso acayó ese desesperado intento por no verse como psycho man, ya nada importaba. Sus mentes y cuerpos parecían encadenados a un solo abismo. La ninfa animó con música el paseo por el atlántico. Motorhead era una buena opción para que, al ritmo de Hellraiser mostrara el emblema de su nueva vida, se subió a una mesa y como un felino se iba deslizando entre pistolas y rifles sin alterar su acomodo al tiempo que se desprendía de su ropa, llegando al file de la mesa se impulsó para caer encima de Elijah quien extasiado la puso de espaldas a el y comenzó a lamer su tatuaje, para continuar con el resto de su espalda y hombros. En un ataque salvaje, tiró las armas al piso para colocar a Indra y poseerla como nunca antes lo había hecho, el placer que sentía iba en aumento, a cada paso, cada caricia, cada movimiento, ella cerraba los ojos, pero su amante eufórico le exigía que no dejara de mirarlo, al final su catarsis llegó con tanta fuerza que no pudo mas y desvió su mirada hacia sus brazos colmados de imágenes, En ese momento Indra parecía figurar movimiento en cada una de ellas. Bañada en sudor, después de segundos comenzó a respirar nuevamente con tranquilidad. Fue incorporada de nuevo en los brazos de Elijah que cargándola la llevó a la alcoba.
Era de madrugada cuando la musa despertó, una espeluznante sed la invadía. Así que salió del cuarto buscando algún liquido reconfortante, notó que en uno de los camarotes una pequeña luz se vislumbraba, guiada por su curiosidad se fue acercando hasta que descubrió el protector de pantalla de una pequeña laptop, al mover ligeramente el mouse el monitor mostró el correo de un confidente quedando al descubierto una identidad secreta. Además de ser un rockstar, tenía una arrogante profesión de asesino a sueldo. La impresión que sufrió la hizo derramar la bebida que había preparado momentos antes. Hecha un manojo de nervios recorrió el pequeño camarote en busca de algo para limpiar aquel desorden y borrar el mail donde se le informaba a Elijah los detalles de su próximo objetivo. Indra no se percató que los pequeños ruidos finalmente despertaron al guerrero. Eterno se le hacía llegar a aquel rincón del yate, para cuando arribó la chica ya había limpiado, se dirigió a el con una sonrisa un tanto forzada aclarando que todo estaba bien, solo derramó un poco de licor verde a base de ajenjo sobre su laptop por accidente, como si lo creyera el hombre se quedó sin palabras y solo asintió.
Temiendo que en cualquier instante Indra le preguntara acerca del contenido del correo, decidió adelantarse y revelar su secreto tan celosamente guardado por varios años. Así que al salir de la habitación la tomó cariñosamente del brazo para salir a cubierta. Sin mas le confesó que era un asesino a sueldo. Ella simplemente lo abrazó confesándole que lo amaba. Y así quedaron, suspendidos uno al otro sin pronunciar nada más. Pasaron cinco días de lasciva felicidad en altamar.
Alrededor de las 4 am el teléfono de Elijah sonó, la hora de su siguiente misión había llegado. Indra quien fingía estar dormida escucho atenta las respuestas que daba su amado prestando especial atención a la dirección y el nombre de los personajes a quien visitaría. Enfundado en ajustada ropa negra se dirigió hacia el timón para hacer llegar el yate a tierra firme donde ya lo esperaba Thanatos en uno de los atracaderos del muelle, no hubo tiempo de despedidas. El Rockstar se apresuró a enlistar las armas que ocuparía para el trabajo asignado y salió de la embarcación montado en una Harley Davidson EL 1941. Tomó la ruta de sobre la costa de Odos Poseidonos para continuar y perderse sobre la avenida Leoforos Syngrou avistando a lo lejos el histórico y afamado Partenon
El mensajero a su vez se quedó en el Yate al cuidado de Indra. Ella trató de dormir recostada en el camarote sin embargo a lo lejos escuchó la voz entrecortada de Than, prestando atención a una frase que la dejó helada “Todo está listo, Elijah se dirige a su destino, la muerte”. La musa siente desvanecerse y visualiza al rockstar en peligro, lo que la hace retomar fuerza y reincorporarse inmediatamente. Al caer en la cuenta de que sería inútil entablar una pelea con aquel hombre y escapar, se pone unos jeans ajustados y una blusa de seda negra con un generoso escote, apareció ante su vigilante y con una mirada seductora le ofrece una bebida. Thanatos no se da cuenta que en su otra mano Indra sostiene un objeto punzocortante, parecido a un picahielos, sus labios se aproximan a los oídos de Thanatos y le dice “Siempre has sido un traidor” al tiempo enfilaba aquella daga hacia la garganta, bastaron unos cuantos segundos para que el cuerpo inerte dejara de sacudirse, mientras la ninfa emprendía la huida en busca de su hombre.
Elijah se encontraba en el interior de un almacén agudizando sus sentidos, listo para dar muerte a su presa, sin saber que desde momentos atrás era vigilado por un individuo acechándolo cada vez mas de cerca. Siempre a espaldas de nuestro protagonista masculino. El misterioso acechador comete un error de movimiento provocando que nuestro héroe caiga en la cuenta de que todo es una trampa. Su experiencia e instinto se lo confirman. En el instante adecuado y sin dar tiempo al adversario, se enfrascan en una pelea intentando de vez en vez disparar sus poderosas armas en alguna parte vulnerable de sus cuerpos. La batalla se torna cada vez mas violenta, el arma del Rockstar cae y pronto suena un disparo. La bala va directamente al corazón de Elijah, mientras cae, los ojos del moribundo alcanzan a observar entre sombras la figura de Indra recogiendo su arma y apuntando a la sien del enemigo quien no se percata de su presencia. Antes de desvanecerse por completo una sonrisa alcanza a dibujarse en su rostro. La dama jala del gatillo, sangre escupe en su cara, cae el verdugo de su amado. La rabia se apodera de Indra y dispara el arma en cuatro ocasiones sobre el cuerpo de aquel desconocido, finalmente suelta el revólver y se deja caer al lado del cuerpo sin ya sin vida de Elijah y por primera vez es devorada por el llanto, en un momento de lucidez la chica se levanta, comprende que no tiene caso quedarse ahí, así que toma el arma donde estaban plasmadas sus huellas para enseguida salir a toda prisa del lugar, limpiándose las manchas de muerte en su ropa.
Indra camina sin rumbo fijo por una calle vacía cuando es sorprendida por las luces de un auto que se orilla hacia ella. El rostro del conductor le es familiar, mas aun las plumas de su abrigo. Era trendy Hammet quien con una voz burlona le dice “Animo, el Rock aún sigue vivo” esta frase la hizo entender quien era el verdadero autor del crimen, así que a la primera insinuación de subir al auto ella aceptó, con gentileza irreverente se mostró sensual y cariñosa, ante el exceso de confianza de Trendy, sacó de su bolso el arma, el viento sacudía su cabello por el exceso de velocidad alejándose cada vez mas de aquel lugar, mientras Indra era seducida por una gran excitación, la cual finalmente la llevó a la destrucción.

Indra Lacroix
Diciembreags23 de agosto de 2009

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