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Educación (ensayo).

Somos seres humanos en busca del futuro. En este sentido somos seres sociables y debemos saber que el pilar básico y fundamental donde sustentar el futuro de la humanidad pasa, inexorablemente, por desarrollar la Educación a nivel global. La Educación, como dice mi esposa, es el camino del porvenir. Efectivamente el porvenir de la humanidad entera, en este siglo donde ya se ha impuesto la globalización del planeta, pasa por la necesidad de saber que la Educación no es sólo un derecho que tiene cada uno de los seres humanos que pueblan la Tierra sino que es una obligación que tienen los gobernantes de los países para construir un futuro mejor, un futuro donde exista la comprensión de la multitud de culturas diferentes que cohabitan en este planeta.

Hemos citado la cultura, elemento básico para desarrollar a los seres humanos. Pero antes de obtener una cultura de elevado rango es necesario y obligatorio que, desde niños, a través de las familias y las escuelas, se desarrolle la Educación. Escribo Educación con E mayúscula porque debe ser de carácter mundial pero respetando las idiosincrasias culturales de todos y cada uno de los grupos humanos.

Hoy en día vivimos ya en lo que Mc Luhan llamó "la aldea global". Aldea global es un término posiblemente acuñado por el filósofo canadiense Marshall McLuhan, como expresión de la exponencialmente creciente interconexión colectiva y humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. En 1968, McLuhan escribiría el libro Guerra y paz en la Aldea Global.

El término se refiere a la idea de que, debido a la velocidad de las comunicaciones, toda la sociedad humana comenzaría a transformarse y su estilo de vida se volvería similar al de una aldea. Debido al progreso tecnológico, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instantánea y directa.

Como paradigma de aldea global, McLuhan elige la televisión, un medio de comunicación de masas a nivel internacional, que en esa época empezaba a ser vía satélite.

El principio que destaca en este concepto es el de un mundo interrelacionado, con estrechez de vínculos económicos, políticos y sociales, producto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), particularmente Internet, como disminuidoras de las distancias y de las incomprensiones entre las personas y como promotoras de la emergencia de una conciencia global a escala planetaria, al menos en la teoría. Esta profunda interrelación entre todas las regiones del mundo originaría una poderosa red de dependencias mutuas y, de ese modo, se promovería tanto la solidaridad como la lucha por los mismos ideales, al nivel, por ejemplo, de la ecología y la economía, en pos del desarrollo sustentable de la Tierra, superficie y hábitat de esta aldea global.

Por otro lado, no deja de ser verdad que, como ya evidenciaba la teoría del efecto mariposa (teoría del caos), un acontecimiento en determinada parte del mundo puede tener efectos a una escala global, como por ejemplo las fluctuaciones de los mercados financieros mundiales.

Expresado y desarrollado este concepto de aldea global en que se ha transformado la sociedad humana debemos interpretar la Educación como, precisamente, el lazo de unión entre los pueblos. Sin Educación no puede existir el entendimiento de los unos con los otros. Es necesario desarrollar una Educación que una y que no separe; una Educación basada en principios fundamentales donde se recuperen los valores éticos y las acciones morales de todos los humanos, comenzando por transformar nuestro modo de vida ególatra por el de compañerismo de los unos con los otros. Esto es necesario inculcarlo ya desde la infancia de cada niño y niña del planeta. Por eso es necesario saber que todo niño y toda niña de la Tierra tiene derecho a un tipo de Educación que le sirva de base para forjar una personalidad encaminada hacia el futuro de la comprensión y la participación dentro de una sociedad mundial que sea, al mismo tiempo, racional, justa y equitativa para todos.

Ahora voy a ir comentando, en base al concepto de Educación, lo que sobre la misma han escrito seres humanos que han pasado ya a la Historia.

Epícteto (Hierápolis, Frigia, hacia 418 antes de Jesucristo - Nicópolis, Epiro, hacia 130 antes de Jesucristo) dijo: "Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado". Efectivamente el hecho de hacer una reflexión hacia sí mismo es el primer paso que debemos dar para poder entender que la educación debe nacer en nosotros mismos. Quejarnos de que los demás sean maleducados no sirve para que nosotros tengamos una personalidad firmemente adecuada para afrontar el futuro. Es necesario dejar de acusarnos los unos a los otros y no buscar la disculpa de que si los demás son maleducados nosotros debemos serlo también. Yo opino que no siempre seguir lo que hace la mayoría es positivo. Lo verdaderamente positivo es situarse ante uno mismo y preguntarse uno mismo si ha sabido desarrollar una educación propia. Porque la educación no llega de afuera hacia adentro sino que se inicia en nuestro interior y se expande hacia afuera. Para conseguir una sociedad mundial basada en la educación lo primero que debemos hacer es nuestro propio esfuerzo por ser personas educadas y no echar la culpa a los demás porque fuimos incapaces de formarnos dentro de la educación. Piensa en quien eres para saber cómo son los demás.

Gilbert Keith Chesterton (Londres, 1874 - Beaconsfield, Buckinhhamshire, 1936) señaló: "Democracia significa gobierno por los sin educación, y aristocracia significa gobierno por los mal educados". Esto es lo que se consigue cuando sólo se piensa en el poder olvidándonos que la creación del ser humano la realizó Dios como a imagen y semejanza suya. En otras palabras, los gobernantes del mundo entero deberían entender que la mejor manera de ser educados en el mundo global pasa por lo que se conoce como Teocracia. Ponerse en la dirección que Dios señaló para ser comunitarios los unos con los otros es totalmente necesario; porque por muy demócratas o aristócratas que se autodenominen quienes basan su poder en la falta de educación hacia los gobernados produce situaciones de caos social. Si estamos siendo gobernados por personajes maleducados es imposible que los pueblos tengan un referente válido en este sentido. Los sin educación no pueden educar a los demás porque carecen de educación y no se puede dar lo que no se tiene. En cuanto a los maleducados hay que entender que, a pesar de que sean parte de la aristocracia mundial, no son ejemplos a seguir. Cuando Jesucristo nos enseñó su Palabra vino a decirnos que debemos ser como los niños para poder entender lo que es la creación de Dios. Y si los niños observan dirigentes maleducados es imposible que sean niños sino que se convertirán en personas maleducadas. De esta manera entramos en el círculo vicioso de si somos maleducados nuestros descendientes seguirán siendo maleducados.

Karl Kraus (Gitschin, 1874 - Viena, 1936) señaló: "Educación es algo que reciben los más, que muchos transmiten y que pocos tienen". Ese es uno de los problemas que hoy asolan la Tierra; porque resulta que son muy pocos, comparados con la cantidad de miles de millones de habitantes de nuestro planeta, que tienen educación y se muestran como seres educados. La educación es algo que está al alcance de muchos -y es necessario que esté al alcance de todos- pero pocos son los enseñantes ejemplares que existen hoy en día, puesto que se preocupan más del sueldo que van a ganar que dedicarse de lleno a educar a los niños y niñas que han sido confiados por los padres y madres para, una vez iniciados en la manera educada de ser familiar, desarrollen ya la educación a nivel colectivo a través de las enseñanzas escolares y colegiales. Es tarea fundamental de los educadores y educadoras que sean precisamente educadores y educadoras y que piensen que el material humano que se ha depositado en sus manos debe ser moldeado en base a la educación y la sensibilidad hacia los demás. Si los educadores y educadoras se dedicasen más a esta labor que en lugar de saber cuánto van a ganar o cuánto van a dejar de ganar, tendríamos una nueva generación de niños y niñas que, a través de la educación correcta, transformen esta aldea global en una aldea feliz y comunitaria donde nadie quede desprotegido o desprotegida. El reparto de la riqueza sólo puede ser justa, distributiva y equitativa, si existe la suficiente educación a nivel global para comprender y entender las necesidades de los demás.

Burrhus Frederic Skinner (Susquehanna, Pennsylvania, 1904 - Cambridge,Massachusetts, 1990) advirtió que "Educación es lo que sobrevive cuando se olvida lo que se ha aprendido". Esta frase es realmente importante. Efectivamente los conocimientos que nos inculcan desde la misma infancia y a través de todo el desarrollo de nuestras vidas es de tal cantidad que, poco a poco, olvidamos muchos de ellos. Ahora bien, la educación nunca se olvida. Podemos olvidarnos de saber, por ejemplo, cómo se llama la capital de Mongolia sin recordar es Ulam Bator; olvidar, incluso quien escaló por primera vez el Himalaya sin acordarnos de que fue el neozelandés Edmund Hillary o un largo etcétera de conocimientos culturales, pero la educación recibida desde dentro de la famila y desde dentro de las escuelas y los colegios no se olvida jamás; porque ser una persona educada es, insisto de nuevo, mucho más grande y superior que tener un gran bagaje cultural y ser un maleducado. En este sentido, permítanme que ponga una vez más el ejemplo de Camilo José Cela. Este hombre llegó a alcanzar los premios más importantes dentro de la Literatura. Poseía, por lo tanto, un gran bagaje cultural pero desconocía, en la mayoría de las veces que hablaba en público, lo que es la educación. No nos sirve como modelo a seguir en nuestro esfuerzo por tener referente de personas bien educadas que sirvan para optar por el futuro camino del entendimiento y la hermandad de todos los humanos.

El cantante de Doris Band acierta cuando dice: "El beso es un mordisco que aprendió educación". Aquí debo corregir o puntualizar algo que debe ser aclarado. El beso puede ser un paso para demostrar cariño, afecto, amistad y amor; pero hay besos que se dan con educación y besos que se dan de manera maleducada. El autor de la frase no aclara esta diferencia y por eso es necesario hacer dicha corrección. ¿Se besa bien o se besa mal?. Esa es la cuestión (como diría Shakespeare si se lo preguntasen a él) y eso es lo que debemos diferenciar. Un beso puede ser una demostración de buena educación o puede ser una manifestación negativa de ser persona maleducada. Esto sería muy largo de explicar y entraríamos ya de lleno en otro debate en el que hsblaríamos de amor sincero y noble o pasión desenfrenada y vergonzante; así que lo dejo así para que los demás piensen sobre ello. Un beso apasionado puede ser signo de buena educación si se da a la persona adecuada y de la manera adecuada según sean las circunstancias pero también puede ser una señal de mala educación si las circunstancias son inadecuadas. Pero dejo esto abierto a debate.

Mark Twain (Florida, Missouri, 1835 - Redding, Connecticut 1910 declaró: "El jabón y la educación no son tan efectivos como una masacre, pero son más letales a largo plazo". Eso es una manera metafórica de entender la educación. Y es que, volviendo a lo que dije antes, una vez educada una persona siempre será, a lo largo de toda su vida, una persona educada. Sin embargo un maleducado es como un terrorista de la buena convivencia que destruye todo aquello que se encuentra por su camino. Letal es la mala educación y letal es la buena educación. Lo que es necesario saber distinguir es si el jabón que usamos en la vida es de pésima calidad o de óptima calidad. Si el jabón nos levanta sarpullidos estamos siendo personas maleducadas y, siguiendo con la metáfora, si el jabón usado nos refresca la piel además de limpiarnos es que somos personas bien educadas.

Platón (Atenas, hacia 427 antes de Jesucristo - Atenas 347 ó 348 antes de Jesucristo) dió una definición exacta: "El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano". De acuerdo, totalmente, con Platón en este tema. El objetivo prioritario de toda buena sociedad es educar a todos los seres humanos que componen dicha sociedad para que se desarrolle la virtud de la buena educación. Es la manera de formar buenos ciudadanos. Últimamente el tema tan manido de que todo es relativo está destruyendo la conciencia de los educadores y educadoras que no tienen como meta esa virtud y dejan al libre albedrío que los ciudadanos sean buenos o sean malos. Es necesario plantearse muy seriamente llevar a cabo la frase platónica. La buena educación es siempre una virtud y la mala educación es siempre un pecado. Y no hay que tener miedo en llamarla así. Platón no conoció a Jesucristo pero dijo algo que hasta el mismo Jesucristo hubiese afirmado. Un buen ciudadano cumple un papel virtuoso dentro de la sociedad a la que pertenece mientras que un maleducado sólo lleva a cabo acciones destructivas en esa misma sociedad.

Herbert Spencer (Derby, 1820 - Brighton 1903) propuso que: "El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para se gobernados por los demás". Es una visión personalizada, pero no individualista, de lo que produce ser bien educado. Efectivamente, la educación formativa va encaminada a los seres humanos tomados de uno en uno. Nadie puede pensar que todos por igual van a responder de la misma manera, porque cada ser humano es un universo propio. El esfuerzo que interesa es lograr que cada ser humano sea una persona y no simplemente un número calificado de gente. Un ser humano bien educado es un ser humano bien preparado mientras que un maleducado es todo lo contrario. Entre el bien y el mal debemos elegir, de manera personal, cuál de las dos propuestas hacemos válida para nuestra forma de vivir en sociedad.

Un anónimo señala: "El principal objeto de la educación no es el de enseñarnos a ganar el pan, sino en capacitarnos para hacer agradable cada bocado". No estoy enteramente de acuerdo con la frase. De acuerdo que el bocado de la buena educación siempre es agradable pero yo soy de los que opinan que, además, la buena educación sirve para ganarse el pan. Los buenos modales abren puertas principales es un dicho popular exacto. No sólo consiste en formarnos como personas sociables sino que la buena educación te prepara para ocupar los puestos de trabajo más responsables y, por ello, más propicios para ganarte el pan de los tuyos. El problema es que hoy en día, pongamos por ejemplo los casos del ya fallecido Jesús Gil y del todavía vivo Silvio Berlusconi, es que hombres de mala educación hayan llegado a tener poderes tan omnímodos que han sido malos ejemplos para la sociedad. La sociedad, en general, es siempre imitativa y según el modelo de personajes que observan así es como se comportan en la mayoría de los casos. La buena educación produce, por ese sentido de imitación, una sociedad llena de hombres educados. Lo contrario es lo que estamos todavía viendo hoy en día y esperemos que las cosas cambien de orientación para comprometernos a partir de la buena educación. Es necesario revisar lo que se nos presenta como modelo de personaje para poder cambiar el rumbo que lleva la sociedad actual y enderezarlo a través de personajes verdaderamente ejemplares. Eso es labor y esfuerzo de la buena educación.

Anne Robert Turgot (París, 1727 - París, 1781) declaró: "El principio de la educación es predicar con el ejemplo". Una persona puede ser, supuestamente, famosa en el mundo entero. Es un deber, en ese caso, mostrarse bien educado ya que al ser un referente mundial su ejemplo va a servir de pauta de comportamiento para la sociedad a escala global. En un mundo donde lo que prevalece es la mala educación entre personajes que se han convertido en ídolos de la sociedad, el problema suscitado es de una envergadura enorme. Estamos ya cansados de ver a tanto ídolo que se salta todas las normas educativas y que sirven para ir de escándalo en escándalo. ¿Cómo podemos pedir a los más jóvenes que actúen con sensatez si sus propios ídolos muestran tan mala educación que echa por tierra todas las buenas intenciones de quienes, de manera educada, intentan cambiar la conducta de dichos jóvenes?. Llegar a convertirte en un ídolo de masas debe conllevar una postura social educada y correcta pues ír más allá de los límites de la buena educación y la correcta compostura ante los medios de comunicación social acarrean graves prejuicios para quienes les ven en televisión, les escuchan por la radio o les leen a través de los periódicos y las revistas. En este caso, dichos ídolos pasan a ser indeseables si no mantienen la cordura necesaria para ser considerados ejemplos para los más jóvenes.

Raniero de Mónaco (Mónaco, 1923 - Mónaco, 2005) predicaba que: "El protocolo es la última barrera contra la mala educación". Pero a mí me asaltan las dudas cuando he visto tantas veces a su hijo y a sus dos hijas saltarse todas las barreras de la buena educación cristiana por muy católicos que digan que son. El hecho de estar cambiando continuamente amores sexuales por amores sexuales nos hace introducirnos en un tema espinoso de verdad. Si la relación sexual es uno de los puntos más importantes donde hay que ser perfectamente cristiano, por mucho que se llamen católicos los individuos que continuamente llenan las páginas de las revistas del corazón, su comportamiento deja mucho que desear. La buena educación no consiste únicamente en saber dónde se debe colocar, ante la mesa, a cada invitado o memorizar por completo las clases de cubiertos que se deben utilizar para cada plato que se come. La educación sexual es importante, mucho más importante, que saber bailar un vals o ser una de las princesas que más corazones rompe. El fingimiento de querer demostrar una exquisita educación porque sabemos cómo actuar en un acto público se viene abajo cuando, instantes después, en otro acto público, nos saltamos todas las limitaciones que deben existir para ser un ejemplo de buena educación. Posiblemente el protocolo sea muy interesante de mantener en una reunión de la alta sociedad pero eso conlleva a otro principio fundamental que es el siguiente: cuánto más alta sea tun condición social mejor conducta debes llevar en lo personal. No me bastan las apariencias porque más allá de ellas se descubre la falsedad o la veracidad de ellas.

Bertrand Arthur William Russell dejó por escrito que: "El sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación". Si eso es verdad... ¿por qué existe, en medio de la civilización de los países más desarrollados en este siglo, tanto latrocinio de voluntades colectivas?. Me explico. El ocio no es un producto de la civilización. El ocio es un producto necesario de los seres humanos incluso antes de que surgiesen las civilizaciones. Y la educación, si repasamos la Historia de las Civilizaciones Humanas, ha dejado mucho que desear en numerosos casos. Yo me planteo la siguiente duda: ¿Es la civilización la que crea el ocio educado o es la civilización la que ha convertido al ocio en un disparate lleno de ejemplos de mala educación?. Claro que si por ser famoso ya te creees que formas parte de la civilizaión entonces se explica el asunto. No existe un ocio más educativo que el de rechazar el consumismo de los mass-media (ahí tenemos por ejemplo el caso de La Familia Simpson) que nos aliena al mismo tiempo que nos da el mensaje de la contra cultura. Ir contra la cultura es una desfachatez y un ejemplo de mala educación que, en el ejemplo citado de La Familia Simpson, nos atrapa en una espiral inacabable de actos no ya de mala educación sino de una educación pésima que estoy seguro no practicaban los humanos anteriores a las primeras civilizaciones humanas que nacen unos 8.000 años antes de Jesucristo. Cuando Jesús de Nazaret llamó a los más altos de los cargos religiosos hebreos y a los más altos cargos sociales de su época con el nombre de hipócritas y fariseos lo dejó bien claro. La falta de caridad para con el prójimo es un acto de falta de sensibilidad y para ser bien educado hay que tener una sensibilidad muy elevada. No es cuestión de normas sino de formas. La buena educación no es una norma de etiqueta más o menos comercializada sino una norma ética y moral que hoy está casi olvidada y que los cristianos estamos criticando continuamente. Quizás a Bertrand Russell se le olvidó que el principio de toda educación parte de uno mismo y él, en las áreas personales de lo ético y lo moral, dejaba mucho que desear. Se le ocurrió escribir "¿Por qué no soy cristiano?" y yo le hubiese respondido que se mirase primero en un espejo y que fuese sincero al detallar lo que veía. Exactamente veía a un hombre sin principios ni valores sólidos. Él quiso demostrar la invalidez de ser cristiano y se encontró con la horma de su zapato; o sea, no sólo la invalidez del ateísmo (que bien inválido es) sino las tremendas contradicciones que existen entre los ateos a la hora de predicar con el ejemplo de la buena educación. Quizás Russell se las quiso dar de genio y la verdad es que, bajo mi punto de vista, sólo fue un maleducado sin base consistente para demostrar que su vida era un ejemplo de buena educación.

Ángel Jordán Goñi (Pamplona, hacia 1925 después de Jesucristo): "En la educación de los niños es más conveniente decir no en voz baja que decir sí gritando". Estoy de acuerdo con lo que dice este doctor navarro. No porque sea español como yo sino porque cuanto más se le grita a un niño más ejemplo de mala eduación le estamos dando y más gritón será ese niño o niña en la edad adulta. Basta con saber decir las palabras adecuadas con un tono mesurado para demostrar una verdadera buena educación. El problema de muchos hombres del mundo, y algunas mujeres también, es que dicen todo gritando a pleno pulmón. Esto, además de un acto de incultura general es un acto de falta de personalidad, irresponsabilidad ante la infancia y mala educación.

Marco Fabio Quintiliano (Calagurris Nassica, actual Calahorra, 35 - Calagurris, actual Calahorra, 99) esgrimía el siguiente argumento: "Esa suave educación que llamamos indulgencia, destruye todo el vigor del alma y del cuerpo". Sepamos primeramente qué significados tiene la palabra indulgencia porque muchos lo desconocen. Indulgencia significa facilidad en perdonar o en conceder gracia. Por eso digo que la frase de Quintiliano es un completo desatino. Si no fuésemos lo suficentemente bien educados y correctos para ser indulgentes tal como nos predicó Jesucristo, seriamos unos perfectos animales y la animalidad (y me refiero a animalidad humana) es un ejemplo vivo de lo que es la mala educación. Quintiliano conocía ya la vida y obras de Jesucristo pero se negó a considerarla y por eso posiblemente fuese el primer maleducado de su gobernatura. El vigor del alma y del cuerpo no sólo no disminuyen con la indulgencia sino que aumenta la personalidad y un aumento de personalidad sólo se produce cuando un sujeto activo, y no pasivo, se convierte en una persona bien educada. Al parecer Quintiliano debió de ser de esos de "la letra con la sangre entra" que demuestra, además de barbarie, una falta de educación y respeto hacia la personalidad del que está siendo educado que tira de espaldas de lo maleducada que es esa forma de actuar. Las razones deben ser las que se deben imponer en una manera de vivir con personalidad y buena educación y las razones nos guían a ese estado de perosonalidad en la que somos capaces, por buena educación entre otras cosas, de saber ser indulgentes con quienes cometen errores. No digo que se les justifique pero, desde luego, si nos falta capacidad de tener indulgencia estamos creando un ambiente donde la mala educación sustituye al buen gesto caballeroso. Y es que, para mí, Quintiliano no era un ser caballeroso.

Herbert George Wells (Bromley, 1866 - Londres, 1946) nos dejó lo siguiente: "La civilización es una carrera entre la educación y la catástrofe". Volvemos a tocar el tema de las civilizaciones humanas. Las ha habido, efectivamente, que han sido modélicas en cuanto a educación y las ha habido (por degracia más abundantes éstas) que han sido verdaderas catástrofes humanas. Todas las civilizaciones basadas en las feroces batallas y guerras que han existido en la historia humana son ejemplos de barbsrie y, repito, la barbarie es el signo más expeditivo de demostrar una falta de educación total. Las civilizaciones que crecieron a través de la cultura siempre propugnaron una buena educación como base para la paz y el entendimiento de los pueblos. Pero no podemos llamar civilización a la que desata el mal carácter, la lucha bárbara y la descomposición de toda clase de paz y armonía, porque todo ello es producto de una pésima educación para con los demás a los que se les esclaviza. ¿Cómo puede existir un ser humano bien educado que castiga con la esclavitud a otros seres humanos a través de la conquista de sus territorios?. No. Yo no estoy en contra de mezclar unos grupos humanos con otros grupos humanos si es en base al respeto (que es norma básica de la educación) sino a aquellos que atropellan vilmente todos los conceptos de buena educación que tiene una sociedad para anularla o esclavizarla. La buena educación es solidaria y tiende la mano para ayudar a levantarse; mientras que la mala educación no sólo no ayuda a levantarse al caído sino que lo pisotea para herirle más. El ejemplo lo tenemos en el fútbol. Pongo el ejemplo de dos ex jugadores: el alemán Franz Beckenbauer y el inglés Nobil Stiles. Mientras el germano era un ejemplo de buena educación tanto dentro como fuera del terreno de juego; el británico, al menos dentro del terreno de juego, era un verdadero maleducado para con sus rivales. Quien sabe respetar a los demás produce actos de buena educación mientras que si se convierte en fiera contra los demás es, desde luego, un maleducado.

Cristina Almeida (Badajoz, 1944) hace una verdadera denuncia al zfirmar que: "La educación actual hace a los hombres inútiles". Es la voz de la conciencia la que le hace expresarse así. Mi coterránea lleva razón excepto que no se debe generalizar. Yo corregiría un poco la frase y la dejaría así: "La educación actual hace a muchos hombres y a algunas mujeres inútiles". Es más correcto esta versión porque si bien es verdad que el machismo implica a muchos mas hombres que mujeres, y el machismo es la peor demostración de lo que es ser un maleducado, también hay mujeres que se pasan de la raya y muestran una desvergüenza tal que es señal inequívoca de maleducadas. Por supuesto que actualmente hay una gran mayoría de hombres maleducados (derivados de las generaciones machistas que les antecedieron)que las escasas mujeres que todavía quedan en el mismo plano. No todos los hombres son maleducados ni todas las mujeres son bien educadas. La educación no sabe de géneros. Aunque los hombres sean, por lo general (y vuelvo a insitir que no se debe genralizar) más machistas que las mujeres, todos machismo y todo femenismo radical es producto de una pésima educación. Existen hombres que no saben tratar a los demás, especialmente cuando de mujeres se trata, y también existen mujeres (aunque cada vez sean menos) que responden de la misma manera. El problema quizás radica primero en los hombres maleducados; porque sobre los hombres nos recae la obligación de ser modelos para las mujeres. Hombres maleducados pueden ser la causa de mujeres maleducadas pero es mucho más difícil que una mujer maleducada sea la causa de un hombre maleducado. Sobre este tema dejo abierto el debate porque pertenece al ámbito de la sociología humana y tendría que desarrollar todo un tema amplísimo para ello. Dejemoslo en que sí, en que la pacense (o badajoceña) Cristina Almeida lleva casi toda la razón (y no lo digo por haber nacido yo en Badajoz ya que me crié siempre en Madrid).

Hesíodo (Ascra, Beocia, mediados del siglo VIII antes de Jesucristo) ya decía: "La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser". Sabia frase por cierto. Sí. Estoy totalmente de acuderdo en que es la buena educación la que nos hace aprender a ser de lo que somos capaces de ser. Por eso, la mala educación también produce un ser lo que se desea ser. Si se quiere ser un hombre integral es necesario demostrar una buena educación; pero si se quiere ser un homobre indeseable (como algunos prefieren ser) la mala eduación es el principo de ello. A un hombre bien educado se le puede permitir que tenga algún que otro error, alguna que otra equivocación o algún que otro fallo; porque no se discute que los ha cometido sin alevosía. Eso no ocurre con los maleducados que, precisamente, se basan en la alevosía para ser maleducados. Es en las relaciones hombre-mujer cuando más se descubre esto. Si deseamos ser hombres que caen bien a las mujeres en necesario saber comportarse con buena educación. Lo contrario, el ser maleducados, sólo nos lleva a ser rechazados por ellas a no ser que estemos tratando también con otras maleducadas. Ser lo que se quiere ser. Eso es un principio que no nos impone nadie sino que lo elegimos nosotros mismos. Hesíodo llevaba toda la razón. Somos lo que queremos ser. O queremos ser bien educados y eso es fácil de conseguir o queremos ser hombres maleducados y eso es mucho más fácil de lograr. La buena educación, en el mundo actual, conlleva el esfuerzo de la buena preparación humana mientras que, en el mundo actual, ser maleducado sólo consiste en dejarse guiar por la abundante mala educación que existe hoy en día.

Otro anónimo señala que: "La educación consiste en enseñar a los hombres no lo que deben pensar sino a pensar". Eso es exacto en gran parte del sentido en que está dicho. La verdad es que sí, que la educación enseña a pensar pero debo señalar que, según mi punto de vista propio, lo que se debe pensar tiene mucha importancia y del pensar se deriva precisamente lo que se debe pensar. De acuerdo en que los pensamientos los tienen tantos los hombres educados como los no educados pero, en síntesis, cuando la educación nos hace pensar es porque, al educarnos, somos lo suficientemente aptos para poder discernir. En caso contrario seríamos solamente unos seres inmovilistas e inmovilizados y, sin embargo, la vida me ha demostrado que saber pensar bien depende de estar los suficientemente educado para saber qué es lo bueno y qué es lo malo. En el Cristianismo se llama a ésto el don de discernimiento y lo podemos leer en Levítico 10,10 que dice: "para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio". En 1 de Reyes 3,9 se detalla con más exactitud cuando se lee lo siguiente: "Concede, pues, a tu siervo un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo, pues ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?". La tercera cita bíblica sobre este tema la vemos en Job 6,3: "¿Es que hay iniquidad en mi lengua, o acaso no puede mi paladar discernir los malo?". Por último tenemos, en la Santa Biblia Cristiana, el siguiente versículo de Ezequiel 44,23: "Enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y los enseñará a discernir entre lo puro y lo impuro". Todo esto demuestra que pensar está al alcance de todos y que saber lo que se piensa depende de nuestra buena educación o nuestra mala educación.

Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851 - Madrid, 1921) escribió la siguiente barbaridad: "La educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión". Está herrada por completo la famosa gallega pues, si bien es cierto que esa manera de educar es la que antiguamente se usaba, no siempre ha sido así a lo largo de la Historia (y si estuviese viva le recordaría lo de la época de Safo de Lesbos y su forma de educar a las doncellas entre otros casos) y, por supuesto, no lo es ahora. Hoy en día las mujeres se merecen mucho más respeto y admiración porque, saliendo de aquella forma de esclavitud, se educan correctamente, mostrando muchas de ellas un gran sentido de responsabilidad en la sociedad. Y eso es producto de una buena educación. Los tiempos pasados no fueron mejores ni peores sino distintos pero ya existía ejemplos de mujeres bien educadas como la bíblica Ester, la francesa Juana de Arco o la misma Emilia Pardo Bazán. En fin, que esta frase queda coja para hoy en día y pierde su vigencia ante los empoderamientos que llevan a cabo la gran mayoría de las mujeres actuales que viven en países desarrollados. El desarrollo de una sociedad basada en la buena educación da como resultado mujeres liberadas del yugo machista y muy preparadas para ofrecer calidad y cualidad en sus acciones diarias. Es por eso por lo que, cada vez en mayor número, hay mujeres que forman parte de los gobiernos de algunos países de Occidente, tanto en Europa como en América. Mi experiencia personal es que, y lo digo sin temor a equivocarme, he aprendido mejores modales y mejor buena educación a través de lo que me enseñan las mujeres que lo que me enseñan los hombres. Por supuesto que no generalizo sino que estoy señalando que existe una falsa tendencia a desvalorizar la buena educación de las mujeres (por algunos casos que siguen existiendo) pero por supuesto que están tanto o incluso más cualificadas que los hombres para tener buena educación, al menos digamos que se encuentran a la par nuestra. Una mujer bien educada es capaz de hacer lo que muchos hombres maleducados no lograrían hacer jamás. Insisto en que no estoy generalizando ni quitando valores a los hombres cultos y bien educados sino que a nosotros nos han dado, históricamente, muchas más oportunidades para ser bien educados pero, la verdad histórica y social (dejando a parte las regiones asiáticas y africanas y en un término medio la región oceánica) ellas han sabido aprovechar mejor la cultura y, con ello, tener más predisposición a resultar bien educadas que la mayoría de los hombres. En un hombre incluso, en algunos puntos del planeta, está mal visto que tenga buenas costumbres (y vemos el claro ejemplo en las sociedades islamistas) porque en ese caso parece menos hombre. Sin embargo un hombre bien educado vale más que mil hombres maleducados. En este sentido claro que existen algunos grupos de mujeres maleducadas pero son más excepciones que la existente entre los hombres. Ahora bien, y también hay que considerar que una mujer maleducada puede ser más peligrosa para la sociedad que mil hombres maleducados. Y es que los poderes femeninos influyen más en el ánimo de los hombres que los poderes masculinos en el ánimo de las mujeres.


Oscar Wilde (Dublín, 1854 - París 1900) escribió una verdadera perla literaria: "La educación es a las personas como el perfume a las flores". Demasiado rebuscada y algo remilgada me parece a mí esta metáfora pero no está desencaminado. Yo hubiese colocado otra frase diferente., Por ejemplo: "La educación es a las personas lo que la miel es al panal". Pero bien está la frase de Wilde porque no se le puede pedir más a alguien tan refinado que sólo piensa en perfumes en vez de pensar en un verdadero alimento como es la miel y que tanta relación tiene con las flores. Se sabe que Oscar Wilde era más bien afeminado pero no deja de tener su parte de razón. Una persona (sea hombre o mujer) se refina más con la buena educación que siendo un maleducado o una madelucada; pero no para ser un ser débil de carácter como lo era él, sino para tener el valor de poder sentirse sensible ante la mirada de los demás. Un hombre no se puede alimentar de aromas sino de mieles y la buena educación es como la miel. No está hecha para la boca de un asno sino para ser cultivada por un hombre verdadero. En este caso deberíamos señalar que el perfume, que es más simbología de la mujer, viene bien para citar a la mujer educada, mientras que el hombre educado vendría a ser como una especie de miel para que su inteligencia sepa elaborar las virtudes necesarias sin perder, para nada de ello, su masculinidad. El perfume es a la mujer cultivada como la miel es para el hombre cultivado. Esta comparación literaria la traduzco en el siguiente planteamiento: una mujer bien educada es aroma para un hogar mientras que si el hombre está bien educado es sustento para la mujer. En fin, esto sería ya entrar en temas más colaterales y mucho más propios de la psicología que de la sociología. Y yo estoy intentando solamente elaborar un ensayo socilógico y no psicológico.

Otra vez vuelvo a citar a un anónimo que escribió la siguente frase: "La educación es algo que recibimos cuando nuestro padre nos manda a la universidad, pero no estará completa mientras no mandemos allí a nuestro propio hijo". Esto sí. Esto es verdadera toma de conciencia de la cuestión. Si somos capaces de hacer que nuestros hijos e hijas lleguen a lo más alto de la educación habremos dado un gran salto cualitativo en la mejora de la sociedad. En esos niveles de cultura se basa un gran porcentaje de la buena educación. No es que tenga nada en contra de quienes no han podido asistir a las universidades porque sus circunstancias sociales se lo impidieron (y es una lástima reconocer que eso ha pasado en la Historia muchas veces) sino que, al contrario, yo apoyo cualquier sacrificio de los padres para conseguir que, de una manera u otra, sus hijos y sus hijas puedan tener estudios universitarios. A una escala de cultura superior corresponde una mayor probabilidad de buena educación tanto en el hombre como en la mujer. El poder llegar a lo alto de la cultura es un esfuerzo que los padres y las madres deberían comprometerse a realizar una vez que han formado una familia con sus hijos e hijas. Lo que sucede es que como hoy en día hay tantas familias destruídas por culpa de la relatividad absoluta ocn la cual nunca estaré de acuerdo, es bastante común ver a algunos universitarios y universitarias que se comportan como maleducados y maleducadas; siendo esta contradicción como producto de las familias rotas por el mundo materialista. La buena educación tiee mucho más de espiritualidad que el mero materialismo. Y ahí es donde yo no puedo estar de acuerdo con la educación laica cuando es atea. No. Yo planteo que una buena cultura de tipo universitario si posee los elementos de conducta del Cristianismo es mucho más perfecta y, desde luego, produce hombres y mujeres bien educados.

Immanuel Kant (Königsberg, 1724 - Königsberg, 1804) dio por cierto que: "La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección de que la naturaleza es capaz". Se queda corto el famoso filósofo. La educación, cuando estamos hablando de una buena educación, no sólo es la búsqueda de la perfección a través de la naturaleza sino algo todavía de mayor enjundia; porque Kant deja en el olvido al espíritu humano y entra en una contradicción, puesto que la naturaleza simple y sin la añadidura del espíritu es solamente una fase animal mientras los seres humanos no somos animales sino personas. En la persona humana existe las espiritualidad y ya he dicho anteriormente que una buena educación tiene sus raíces en una bien desarrollada espiritualidade del hombre y de la mujer. Somos algo más que simple naturaleza y por eso no somos los objetos de una educación (materialismo de la educación) sino los objetivos de una educación (materialismo más espiritualidad de una educación). Aquí quiero hacer uina clara diferencia entre objeto y objetivo. Objeto es solamente cosa material y determinada, generalmente, de dimensiones reducidas; mientras que, objetivo es objeto del conocimiento en sí mismo, independiente del sujeto pensante. Voy a aclarar esta diferencia de matiz. Si somos objeto somos cosa; pero si nos liberamos del objeto y nos convertimos en objetivo pasamos a ser meta; o sea, que una cosa es ser gente (simplemetne materia) y otra cosa es ser persona (espiritualidad apoyando a la materia). La buena educación es eso: una espiritualidad que apoya y refuerza a lo que tenemos de materialidad; mientras que la simple naturaleza nos reduce a un simple eduación con el problema que de aquí, de la simple educación, se pasa muy rápidamente a ser maleducado. El soporte de la espiritualidad consolida la educación que, sin él, quedaría corrompida muy fácilmente como, por desgracia, está ocurriendo en un sistema de pensamiento actual (menos mal que ya lo estamos superando) donde todo lo relativiza a la mínima expresión de la materia. La educación no es un minimalismo material sino un maximalismo epriritual y material a la vez. Comprender esto es muy importante para seguir adelante con el presente ensayo.

Otro anónimo que se equivoca es el que señala que "La educación es el método por el cual uno adquiere más alto grado de prejuicios". Es totalmente falso. A Jesucristo, por ejemplo, en general (pero sin generalizar por supuesto) le entienden mejor las mujeres que los hombres. Ahora bien, en defensa de los hombres, debo de decir que la historia de la humanidad tiene ejemplos suficientes para demostrar que la educación no sólo les hizo más conscientes sino que desarrolló en ellos la falta de prejuicios. Los españoles, por ejemplo, hicieron algunas barbaridades en América pero tuvieron la suficiente cordura y buena educación de no tener prejuicio alguno en unirse con las nativas. En cuanto a las mujeres es totalmente cierto que, en su mayoría, carecen de prejuicios como sucede con eso de entender a Jesucristo y es que al haberse visto obligadas a quedar esclavizadas por los hombres durante gran parte de la historia humana han sabido desarrollar una capacidad de sufrimiento que las hace muy aptas para entender la buena educación de carecer de prejuicios. Su unión es mucho más verdadera que la unión de los hombres. Volviendo a la frase la niego con total rotundidad. Me da lo mismo que la haya escrito un anónimo o el mayor genio de la literatura universal. Es totalmente falso que la educación haga a los hombres (y a las mujeres) más proclives a tener prejuicios sociales y raciales. Yo mantengo la opinión opuesta por supuesto. Mi forma de entender la educación tal como la he vivido yo es que, a mayor conocimiento intelectual más nos acercamos los hombres, y sobre todo las mujeres, a ver al resto de los seres humanos tan iguales como a nosotros mismos. No me refiero a la igualdad absoluta, lo cual sería falso, sino a la igualdad ante los derechos humanos. Para comprender ciertos temas de las relaciones actuales, cuando el mundo ya se ha globalizado, hay que carecer de prejuicios sociales y raciales y a eso se llega más pronto y más sólidamente cuanto mayor sea nuestro nivel cultural e intelectual. Unos tendrán mayor porcentaje de intelecto que otros pero todos estamos preparados, cuando hemos recibido mayor cultura, de tener mayor conciencia de la problemática humana. Para mí, desde luego, cuanta mayor educación se tenga más perfectos somos y cuanto más perfectos somos, hombres y mujeres por igual, menos prejuicios tenemos hacia los demás. Comprender esto es básico y fundamental para rebatir este pensamiento de un ser anónimo que se equivoca desde el mismo planteamiento inicial de su frase puesto que no puede existir prejuicio alguno si no nos importa compartir con los demás el conocimiento adquirido a través de la educación. A mayor conocimiento le corresponde mayor capacidad cultural y a mayor capacidad cultural le corresponde mayor buena educación. Lo contrario, como dice este anónimo, es bajo mi punto de vista personal completamente falso o, al menos, equivocado.

Robert F. Kennedy (Brookline, 1925 - Los Ángeles, 1968) deja un pensamiento de verdad fantástico cuando auguró que "La educación es la clave del futuro, la clave del destino del hombre y de su posibilidad de actuar en un mundo mejor". Perfecta la frase, perfecta la visión de Robert F. Kennedy y perfecto el sentido de la frase. Yo estoy totalmente de acuerdo que el mundo actual (ese futuro que él preveía y que ya es presente) en que la clave del destino de la humanidad es la educación elevada a su máxima potencia dentro de lo posible. Hay parámetros que son indisolubles; porque no podemos separar a lo que es educación de lo que es progreso y, por lo tanto, a mayor progreso humano corresponde una elevación mayor de educación. Si nos ocupamos de desarrollar la educación entre los seres humanos más cerca estaremos para poder comprender a los demás. Y no es cuestión de simple empatía natural sino que es cuestión de profundo enlazamiento con los otros, con los que son diferentes en la forma pero iguales en el fondo. Sostengo que cuando los hombres cultos y bien educados (y me refiero también a las mujeres) aumentan su capacidad de sensibilización es porque la educación que reciben es continua y cada vez más elevada. No hay ninguna barrera que pueda detener el desarrollo humano cuando existe la disposición absoluta y general de crear un nuevo mundo pero no como descubrimiento sino como redescubrimiento. Descubrir la personalidad de los demás significa poder interactuar con los demás y de esa base de integración que daba a entender Robert F. Kennedy antes de morir violentamente se deduce que la capacidad de la buena educación es tan amplia y generosa que convierte al educado, sea hombre o sea mujer, en persona más capacitada para comprender, entender y acompañar a los demás en este caminar hacia lo que todos poseemos de eternidad. No nos debemos asustar por este término de eternidad porque ya Pedro, el discípulo mayor de Jesucristo lo dice en 2 Pedro 3,18 (y echo mano de nuevo de la Santa Biblia Cristiana): "Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. amén". Ese dia de la eternidad está sucediendo continuamente. Cada ser humano que muere día a día es un ser humano que ha llegado a la eternidad y si ha sido capaz de comprender y entender a los demás tendrá muchas más posibilidades de salvación eterna. Vuelvo a la frase de Robert J. Kennedy para añadir lo siguiente: la mayor posibilidad de crear un mundo mejor para todos pasa por la posibilidad de tener mayor libertad para entendernos los unos con los otros y, en ese sentido, la educación es un factor fundamental porque desarrolla el respeto a las culturas pero también la unidad en el espíritu de Dios.

Herbert Spencer (Derby, 1820 - Brighton, 1903) indicó lo siguiente: "La educación es la preparación a la vida completa". Supongo que este sociólogo se estaba refiriendo a la vida en toda su totalidad, o sea, a esa existencia que nos convierte en eternos; porque si es así yo estoy totalmente de acuerdo. La educación es un abanico tan grande de posibilidades de desarrollo humano que sirve de preparación fundamental para alcanzar las metas soñadas por los seres humanos de buena voluntad. Señalo bien lo de la buena voluntad porque en base a ella es como la educación puede servir de arma efectiva para la mundialización de la justicia equitativa, la igualdad de derechos y la posibilidad de desarrollo para las personas de todos los pueblos, países y naciones a escala mundial. Esta preparación para una vida completa no podemos dejarla que suceda de manera pasiva pues si no actuamos activamente para conseguirla se queda en una intención muerta y de lo que se trata es de que la educación sea, precisamente, vida y no muerte. Aquellos que preconizan que morir matando a los que son diferentes es bueno son los seres más negativos que he conocido. Todo lo contrario sucede con quienes han buscado y siguen buscando ese tipo de educación que libera (y aquí digo que especialmente a las mujeres) del yugo de cualquier tipo de esclavitud. Los tiempos de ser esclavos deben ser desterrados de la memoria colectiva de la humanidad. Ahora, en plena globalización del planeta, lo que se debe buscar es, precisamente, la liberación de toda clase de ataduras (y en este sentido abogo de manera muy especial por las mujeres que siguen estando esclavizadas a merced del machismo masculino en todas sus formas) para, como si de nuevos seres humanos nos tratásemos, poder comprender que la patria común de todos los humanos, hombres y mujeres por igual, es el planeta dentro del sistema universal. En otras palabras, el universo humano es aquel que nos hace ser a todos equitativamente iguales a pesar de las diferencias entre un ser humano y los demás. Precisamente la educación es un factor importantísimo para comprender que las diferencias no deben ser motivo de separaciones sino, todo lo contrario, debe ser motivo de complementaciones entre todos los que poblamos la Tierra.

Claude Henry de Rouvroy Saint-Simon (París, 1760 - París, 1825) dijo: "La educación es una segunda existencia dada al hombre". Es un símil literario que, traspasado a la sociología humana, tiene vigor y valor. Es cierto que muchos seres humanos no pueden, todavía y a pesar de ellos, adentrarse en la educación que es, vuelvo a repetir un derecho de carácter universal, y es por ello que se merecen una especie de segunda existencia dentro de esta vida de hoy. Es necesario luchar hasta el final por conseguir, de manera pacífica pero valiente, decidida y frontal, la liberación de los seres humanos, sean hombres o sean mujeres, para entender lo que dijo este filósofo. No está hablando de que hay que esperar a la vida que llega después de la muerte sino a una segunda oportunidad dentro de esta vida en la Tierra. Esa segunda oportunidad podemos asimilarla, como él señala, a una segunda existencia totamente diferente a la esclavitud en la que se encuentran millones de seres humanos que viven sin posibilidad alguna, o muy escasa, para desarrollarse. La educación que hemos recibido los más afortundaos debe convertirnos en seres conscientes y concienciarnos para luchar por esa nueva oportunidad que no hay que dejarla para el más allá sino alcanzarla en el más acá. Todos ellos y todas ellas se merecen nuestro más arduo esfuerzo (cada uno a través de la manera que Dios ha querido usarnos) para dar todo lo que tenemos de seres humanos conscientes y concienciados de este problema. Pero no de una forma teórica ni simplemente retórica sino de una manera práctica usando cada uno los dones naturales y espirituales con que Dios nos ha elaborado antes incluso de haber nacido. La conciencia de que somos necesarios para la humanidad entera es la que nos convierte en ciudadanos del mundo, en hermanos del resto de los seres humanos, en compañeros, amigos y amantes del resto de la humanidad entera. Los esfuerzos por conseguir llegar a un estado de cosas en que todos y todas tengan la posibilidad de querer o renunciar a la educación es un esfuerzo que debemos realizar hasta conseguir que cada ser humano decida, por sí mismo y no en contra de su voluntad, tener educación o no tenerla. Esa es la segunda opootunidad a la que se refiere Spencer y esa es la segunda oportunidad que yo he citado alguna vez en algún texto mío. Quienes han tenido la oportunidad y la han rechazado es un problema de ejercitar su libre albedrío pero yo me dirijo a examinar mi conciencia para afirmar que esa segunda oportunidad deben de tenerla, prioritariamente, quienes no han podido, hasta hoy en día, tener la posibilidad de educarse o no educarse según su propia libertad de acción. Los poderes políticos, económicos, sociales y religiosos que coartan esa libertad de acción demuestran una forma de hacer las cosas propias del egoísmo individualista e involucionista que va, incluso, en contra de la voluntad de Dios. La vida ha sido creada para irse desarrollando de manera evolucionista y en avance multiplicador y no paralizándolo e incluso retrasándolo de manera reaccionaria. No es cuestión de peleas ideológicas y políticas lo que el mundo entero necesita sino todo lo contrario; una colaboración voluntaria (no voluntarista sino voluntaria) hacia el desarrollo total de la educación a nivel global y terrenal. No estoy señalando que sea para la futura vida del más allá de la muerte sino para la presente existencia actual. Y en ese sentido los habitantes que hemos tenido la oportunidad de habernos realizado culturalmente y de haber recibido la educación necesaria para ser conscientes de cómo se encuentran millones de seres humanos todavía hoy esclavizados por los poderes fácticos debemos esforzarnos en darles esa oportunidad que ellos se merecen más que nosotros.

Gabriela Mistral (Vicuña, 1889 - cerca de Nueva York, 1957) dejó una cita realmente profunda: "La educación es, tal vez, la forma más alta de buscar a Dios". Esta frase me llega alma y me confirma que la educación si no sirve para sentirnos más cerca de Dios es que es una educación fallida. Los regímenes que basan las politicas educativas solamente en enseñanza laica comenten una especie de adulteración cultural de la enseñanza y la educación. Imposible que seres humanos educados en esa laicidad absoluta sientan la necesidad de ponerse del lado de los más necesitados. La maestra chilena acertó rotundamente. Cuanto más aprendo de la vida humana, cuanto más me educo, cuánto más desarrollo mi capacidad intelectiva no soy perfecto del todo pero más me acerco a la idea de que los humanos, hombres y mujeres por igual, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Me basta con consultar Génesis 1,26 ("Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre todsa la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra") para poder deducir que Dios estaba hablando en plural porque se estaba refiriendo al misterio de la Santísima Trinidad. Efectivamente, viendo lo que hizo Jesucristo para transformar la conciencia de la humanidad, me doy cuenta de que mucho más allá de si la Teoría de la Evolución de Darwin es cierta o es falsa, Dios creó a los humanos a su imagen y semjanza. En este sentido Jesucristo vino a dar la oportunidad a todo hombre y a toda mujer y no hizo excepción alguna (cosa que sí han hecho el resto de los profetas de otras religiones) y eso me hace pensar que el hombre y la mujer que desarrolla sus aptitudes, sean cuales sean los dones espirituales y naturales que Dios nos ha otorgado, tenemos la obligación (no digo el derecho sino la obligación) de luchar por la equidad de todos los humanos y la libertad de pensamiento, epxresión, decisión, acción y elección, de todos los humanos. La educación es algo que nos eleva por encima de nuestro componente animal y nos recrea en el espíritu haciendo que nuestras almas nos dirijan hacia esa lucidez mental que algunos no comprenden porque están viviendo solamente una vida egocéntrica y ególatra. La educación ha hecho de mí una persona que pone en el centro de sus prioridades a Dios, Jesucristo y Espíritu Santo; y eso me sirve para ver a cualquier ser humano con los mismo ojos que Dios les mira. Eso es lo que señaló Gabriela Mistral cuando habló de que la educación, efectivamente, nos acerca a la divinidad creadora (Dios), a la divinidad redentora (Jesucristo) y a la divinidad vivificadora (Espíritu Santo). Una manera más de entender y explicar para qué hemos venido a la Tierra y cuál es el motivo principal por el cual vivimos en este mundo.

George Trevelyan (Leicester 1838 - Leicester, 1928) señaló en su día que "La educación ha logrado que las personas aprendan a leer, pero es incapaz de señalar lo que vale la pena leer". Es buena la frase para poder relajarnos un poco y meditar tranquilamente. Cierto es que sin educación es imposible aprender a leer. Toda persona, hombre o mujer, que sabe leer es porque ha recibido educación suficiente pare ello; pero la segunda parte de este pensamiento es la que muchas veces he sentido y a veces he puesto por escrito. ¿La educación nos enseña a saber elegir bien lo que leemos?. Yo creo que la educación, en sí misma, no lo puede conseguir. Esto es una responsabilidad de los maestros y las maestras, especialmente los que imparten enseñanza de Literatura, Historia y Comunicación (y yo lo he podido comprobar personalmente porque esas materias, en algunos momentos de mis actividades profesionales las he impartido) los que deben de orientar cuantas veces sea necesario a sus alumnos y alumnas y sea cual sea la edad de ellos y ellas. Una orientación de lo que sirve para educarnos conscientemente sabiendo qué valor positivo o valor negativo tiene cada uno de los libros que leemos es factible siempre que los profesores, profesoras, maestros y maestras, sean conscientes de que su labor educativa es importantísima para desarrollar personas positivas o personas negativas. El esfuerzo de orientación está bien definido en algunos libros de sociología y pedagogía que realizan estabulaciones mediante tablas de contenidos de lecturas. Cada edad o cada grado de conocimiento (que a veces no coincide con la edad escolar propiamente dicha) debe estar de acuerdo a las lecturas que se recomiendan. De esta manera se llega al equilibrio racional y mental de las personas que, una vez alcanzado cierto grado de intelectualidad, ya están preparadas para poder leer algunos libros que en otros momentos anteriores no es conveniente que lean. Y lo msmo digo en cuanto a las revistas, los periódicos, la televisión, el cine, el teatro, etcétera. No es posible dejar de orientar para que la educación sea lo convenientemente sensata y capacitada para preparar hombres y mujeres sanos de mente y espíritu que puedan tener acceso a cualquier producto del conocimiento. La educación gradual, que es la que debe ser enseñada según los baremos de las edades intelectuales de los alumnos y las alumnas es la más indicada para educar bien. Mucha culpa de la mala educación que existe hoy en día, se debe a que primeramente los padres y las madres y después los maestros y maestras, profesores y profesoras, han olvidado de tener en cuenta. Desde esos cimientos graduales se edifica el buen edificio de cada ser humano.

David Herbert Lawrence (Eastwood, 1885 - Vence, Francia, 1930) se explaya bastante en la siguiente frase: "La educación nos inculca desde el nacimiento un repertorio de emociones ya hechas: no sólo lo que nos es permitido o no sentir, sino cómo se han de sentir las pocas emociones que nos son permitidas". Continuamos con el mismo punto concreto que el estudiado en el anterior pensamiento. Sí. Efectivamente la educación nos inculca un repertorio de emociones y de sensaciones que se tranforman en formas de pensar e, inmediatamente, en formas de actuar. Los pensamientos y los sentimientos humanos no vienen de la nada y por eso no puedo estar jamás de acuerdo con los ateos. Los pensamientos y los sentimientos se producen a través del desarrollo de la personalidad desde el mismo instante en que quedamos engendrados en el vientre de nuestras madres. Conozco el caso de que existen libros que sólo hablan de la naturaleza humana como algo pecaminoso y algo que hay que destruír. No es broma. Hay libros que, de una manera u otra (y también música y otros objetos culturales) incitan a la autodestrucción de un ser humano. Son los llamados mensajes subliminales que ya están siendo totalmente abolidos ahora que se ha visto cómo la humanidad iba camino de su autodestrucción. Estamos a tiempo de reorientar nuestras horas del ocio. Ese ocio al que tenemos derecho para gozarlo puede hacernos seres positivos, alegres y optimistas de cara al futuro o seres negativos, tristes y pesimistas de cara no ya al futuro más inmediato sino a la propia actualidad. Insertar en el cerebro de un ser humano cargas positivas o cargas negativas es una elección que, lamentablemente, hemos dejado que recaiga en los mitos, los héroes, los ídolos de moda... todos ellos líderes artificiales del consumo del ocio que estaban guiando a la humanidad a un callejón sin salida. Ha llegado la hora de cambiar el sesgo de los acontecimientos y dejar que quienes tengan las capacidades suficientes para ser líderes positivos de cara al futuro y a la realidad actual que estamos viviendo sean quienes tomen las riendas de esa responsabilidad. No es posible seguir inculcando ideologías arbitrarias y faltas de conciencia social en los pueblos porque esos puebolos están compuestos de seres humanos. Siempre abogo y abogaré por la idealogías, y no por las ideologías, para construír una base de ideas libres quen nos desencadenen de esas rémoras ideológicas y, a partir de ahí, ofrecer y dar a la humanidad valores éticos positivos, moral individual positiva y esperanza para un futuro mejor.

Thomas Carlyle (Ecclefechan, Escocia, 1795 - Londres, 1881) ha señalado algo que ya cité con otras palabras: "La educación y la cortesía abren todas las puertas". Lo que sucede es que el dicho popular se queda corto cuando señala que "buenos modales abren puertas principales". Esta frase me hace meditar aún más allá. La educación y la cortesía (que son dos maneras de expresar los buenos modales) no sólo abren puertas principales sino que abren todas las puertas que nos pueden ser beneficiosas. Nunca un valor tan tangible como es la buena educación cierra las puertas de ningún hogar si ese hogar es lo suficientemente humano y comprensivo para entender dichos buenos modales. No sólo las puertas principales tienen derecho a que penetre por ellas la buena educación sino todo tipo de puertas... hasta las de los hogares más sencillos y humildes porque quizás estas puertas sean las que más lo necesiten. La buena educación se distingue de la mala educación en que nos hace pensar y repensar sobre lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal. Esta reflexión siempre conduce a algo positivo. El resultado es que si tienes una mala conducta no tienes la posibilidad de granjearte no sólo compañeros o compañeras sino amigos, amigas y el amor de otro ser humano. Esta forma de entender la educación no sólo es válida sino más bien valiosa para crear un nuevo mundo sobre las cenizas de este viejo mundo que se está hundiendo en la mediocridad. No hay que ser mediocres y, en este sentido, los verdaderos cristianos tenemos mucho que decir. Por ejemplo, los verdaderos cristianos no estamos faltos de educación ni somos unos ignorantes como tanto señalan los que no nos creen. Los verdaderos cristianos nos preparamos día tras día, hora tras hora y hasta minuto tras minuto, en desarrollar una buena conciencia y una buena educación que nos sirva para ser mejores que los demás y así ser referencias válidas y creíbles para quienes nos necesitan. Sabemos que muchos nos rechazan llamándonos reaccinarios cuando en realidad reaccionarios son ellos porque rechazan a la sabiduría de la buena educación. Entraríamos aquí en un debate a favor o en contra de la educación en los valores cristianos. Sin querer extenderme mucho en este aspecto yo sólo puedo decir que mi experiencia me ha demostrado que aquellos niños y niñas que se educaron en escuelas y colegios cuyos propietarios y profesores tenían bases cristianas bien sólidas (cito por ejemplo al Frederick Hopkins School del que hablo en otros textos) son hoy hombres y mujeres de gran valía, de gran talento, de gran posición sociual... y eso es porque la buena educación y la cortesía, que deben ser impregnadas en sus personaliades desde el mismo vientre de sus madres antes de nacer y después de haber nacido, les han abierto todas las puertas a donde han ido a tocar. No importa que muchos sigan llamándonos ignorantes. Yo puedo demostrar que mi experiencia como cristiano verdadero me transformó totalmente y de ser un don nadie me transformó en ser algo muy importante para alguien (no importa el número de esas personas sino su calidad y calidez humana). Me convirtió en un hombre que amaba y ahora es amado hasta la manera que he podido comprender que perdonar a los demás lleva consigo que los demás también te perdonen. Lo dice el Padrenuestro en uno de sus bellos párrafos: "perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores". Traspasen este sentimiento a cualquier otro aspecto de la vida y habrán comprendido que amor con amor se paga y que, dentro de esa capacidad de amor mutuo entre unos y otros, el hecho de haber desarrollado una verdadera educación y cortesía, se refleja en nuestros modales tanto en lo público como en lo privado y, a pesar de nuestros propios errores, las puertas se nos abren allá donde quiera Dios que se nos abran.

Benjamín Disraeli (Londres, 1804 - Londres 1881) exageró mucho al decir que "La mayor desgracia que le ha caído al hombre ha sido la invención de la imprenta. La imprenta ha destruido la educación". Yo estoy de acuerdo en que la
Diesel31 de marzo de 2011

4 Comentarios

  • Norah

    Acá hay dos cuestiones , y las dos conllevan responsabilidad , una la de la palabra que se ofrece, otra…la responsabilidad de no dejarse llevar por la palabra ajena y ser capaz de construir una historia propia y te digo desde cierto cansancio cuantos hay?
    Como siempre agradezco y me deleito en tu pensar.Cariños.

    01/04/11 07:04

  • Norah

    Es obvio que coincido contigo, se trata de educación, pero desde mi Sur hay celebrantes pruebas, de que la lucha da sus frutos.

    02/04/11 06:04

  • Norah

    Hay mucha razon en lo que dices, solo la educación podra batallar contra el sistema opresivo y que conviene al capitalismo.

    02/04/11 07:04

  • Diesel

    Gracias NOrah. Tengo muiy en cuenta tus opinionmes porque demuestras saber dialogar., Un abrazo amistoso

    04/04/11 11:04

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