Humilde Ruiseñor
La voz profunda y trasnochada
del juglar se hizo notar;
era su dulce cantar
una cita para su amada.
Quedó en silencio la manada
de pájaros del manglar
y se escuchaba el pleamar
de la olas en la explanada.
Un beso salió del alma
encendida en la calma
del canto del trovador
y ella soñó en la cama
que se convertía en la dama
del humilde ruiseñor.