Aquel día el Altísimo Financiero se sentía tan orgulloso de su magnífico negocio y estaba tan soberbio por sus enormes ganancias que al salir a la calle se puso el sombrero pero se olvidó la cabeza en el perchero. !No os imagináis la que se armó cuando le pidieron que pensase!.
Cuando una cabeza verdadera se pone un sombrero siempre muestra sus ojos porque en ellos est? siempre la idea global de su pensamiento y no tiene por qu? ocultarlo...