-¿Cómo es eso que el amor puede convertirse en odio?
Pregunta el niño a su hermano mayor.
-Te voy a contar una historia. Era la de un muchacho que se enamoró de una niña más o menos de su edad. El tipo se siente feliz, es algo hermoso el enamoramiento, ¿sabés?. Todo se ve bien, hay amor en el aire, como dice la publicidad.
-¿Pero cómo se puede odiar eso?
Interrumpe el niño.
-Dejame terminar. Esa es la primera fase del amor. Pero luego te das cuenta que no podés vivir sin ella, que te sentís mal si no te responde en el Messenger, que no te podés poner una camisa si a ella no le gusta.
Es una hermosa prisión.
-¿Y el amor no lo vale?
Pregunta el niño.
-Eso es lo que se pregunta el muchacho. Muchas veces siente que puede vivir en esa prisión toda su vida, otras veces se siente desesperado, ¡Quiere salir!
-¿Y vos conocés a ese muchacho?
-Lo conozco desde hace mucho, antes que vos nacieras.
-¿Y quién es ese muchacho?
-Ese muchacho... soy yo.

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2 Comentarios

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  Migue

  osea la trama esta muy buena..
  me gusto como encaminaste la primera parte del texto
  despues se volvio muy simple...
  puedes mejorarla y volver a publicarlo...
  pero me gusto...
  

  09/06/10 03:06

• 

  Vocesdelibertad

  No puedo más que felicitarte, he tenido conversaciones respecto al punto medular de esta historia, amamos hasta la médula y se resultan haciendo cosas por complacer a la persona, pero en ese complacer a veces se logra hacer feliz a la persona y otras exige más, al punto que pueda que se desee salir y ser uno mismo, pero como bien lo dices resulta siendo una hermosa prisión que no debería convertirse en odio.
  
  Don Alberto, estaré leyendo tus publicaciones.
  
  Saludos cordiales,

  11/06/10 10:06